El astillero de Navantia San Fernando en Cádiz acoge mañana martes la botadura del Patrullero de Altura (PHM) para la Marina Real de Marruecos. La ceremonia comenzará a las 15:45 horas.
Navantia inició la construcción de este buque en julio de 2023 y colocó la quilla en la grada en septiembre de 2024. El patrullero, basado en el modelo Avante 1800 de Navantia, entrará en servicio previsiblemente el próximo año.
La embarcación tiene una eslora de 87 metros y una manga total de 13 metros, con un desplazamiento a plena carga de 2.020 toneladas, y podrá disponer de una dotación de 60 personas a bordo. Su construcción supone para el astillero gaditano y su industria colaboradora más de un millón de horas de trabajo y alrededor de 1.100 empleos entre directos, indirectos e inducidos durante tres años.
El buque podrá alcanzar los 24 nudos. Respecto a las especificaciones del motor, el barco llevará un sistema de propulsión combinado diesel y diesel (Codad), con cuatro motores principales MAN 175D y cinco grupos electrógenos marinos Baudouin 6 M26.3.
Lo que por el momento no ha trascendido es el armamento que llevará el buque. No obstante, el patrullero clase Avante 1800 está diseñado para portar un cañón principal de 75 o 57 mm y dos cañones secundarios de 25 o 30 mm, junto con lanzadores de misiles de defensa de punto (PDMS), SAM y SSM. Además, contará con una cubierta para la operación de un helicóptero y transportará hasta dos lanchas rápidas tipo RHIB.
El encargo contempla además un paquete de apoyo técnico-logístico (piezas de repuesto, herramientas y documentación técnica), incluyendo servicios de formación técnica para el personal de la Marina Real Marroquí en España.
El patrullero es una solución que garantiza largos periodos de despliegue en la mar, con unos costes de operación y ciclo de vida muy reducidos. Para ello, el diseño de sus sistemas tiene como objetivo mantener la operabilidad, mantenibilidad y fiabilidad con una dotación reducida, destaca Navantia.
Este es el primer buque de guerra que un astillero español construye para Marruecos en cuatro décadas. El último, todavía en servicio por cierto, fue la corbeta teniente coronel Errahmani entregada en 1983, que salió de las gradas de la entonces Bazán (hoy Navantia) en Ferrol.
Con este patrullero, Marruecos busca mejorar las capacidades de la Marina Real, uno de los puntos podríamos considerar débiles de sus Fuerzas Armadas. El país ha centrado sus esfuerzos en los últimos años en la compra de drones, sistemas antiaéreos y armamento de diverso tipo, dejando a un lado el ámbito naval.
El buque insignia de la Marina Real marroquí es la fragata Mohamed VI, en servicio desde 2013, construida por el astillero francés DCNS. También cuenta con otras tres fragatas de la neerlandesa Damen y dos corbetas clase Floreal, más una coberta clase Descubierta española, la citada teniente coronel Errahmani. El resto de su flota está compuesta por patrulleros de menor calado y poca potencia de fuego.