UNVEXchr3910: Las Fuerzas Armadas apuestan por los sistemas no tripulados estratégicos operacionales

03/03/2010 (Infodefensa.com) Madrid - Las Fuerzas Armadas españolas platearon a la industria sus necesidades en materia de sistemas no tripulados, apostando por los estratégicos operacionales de media altitud y largo alcance (MALE) y no por los tácticos "que ya no cumplen con los requisitos exigidos", afirmó el general de División del Ejército del Aire Juan A. Carrasco durante la primera jornada de la conferencia-exposición UNVEX'10.

"Tendemos al MALE", insistió el general Carrasco, "porque los requisitos cada vez son más exigentes". El Ejército del Aire fijó en 2000 la adquisición de UAVs como prioridad número uno de la Defensa nacional. Estos sistemas no tripulados deberán contar con sensores electroópticos, despegue y aterrizaje automático, posibilidad de comunicación en tiempo real, sistemas de navegación GPS, operable de noche y de día con una autonomía de 24 horas y compatibles con los estándares OTAN. "El mayor objetivo de los UAV es que tienen que tener sistemas de seguridad como si fueran tripulados", apostilló Carrasco.

Por su parte, el general de Brigada del Ejército de Tierra, Francisco Javier Abajo Merino, comentó a los congresistas algunos detalles de los planes de adquisición de UAVs para Ejército de Tierra tras la experiencia con el Searcher y el Raven.

Merino indicó la necesidad de vehículos de despegue vertical y la intención "adquirir hasta 15 sistemas en 2015, debido al escenario económico", y, posteriormente, "otros cincuenta sistemas". Para ello, apuesta por aprovechar la experiencia en el proyecto Atlante, un sistema no tripulado táctico de largo alcance.

En el turno de la Armada, el capitán de Fragata de la Armada Carlos Martínez-Merello habló de la necesidad de protección de buques, misiones de inteligencia, acometidos ISTAR, identificación de minas, recogida de datos hidrográficos, entre otras acciones "hasta ahora de difícil ejecución en tiempos razonables".

Los sistemas no tripulados que se adquieran a la industria deben ser flexibles ante cualquier escenario, como las operaciones en aguas de baja visibilidad submarina; deben tener una autonomía de 12 horas a dos nudos y que pueda operar a una velocidad entre 2 y 4 nudos. Por su puesto, "debe ser compatible con los sistemas del buque madre en tiempo real y ser preciso en la navegación", continuó Martínez-Merello.

En cuanto a otras características, "no debe pesar más de 50 kilogramos, ni ser más de 3 ó 4 metros de largo. Su funcionamiento debe ser semiautomático".