Venezuela y el fortalecimiento de su fuerza blindada I

El primer intento del Ejército de Venezuela por adquirir medios blindados se dio apenas tres años después de que el tanque debutó como arma de combate en la Primera Guerra Mundial, cuando en 1919 se negoció con Francia la compra de un lote de tanques Renault FT-17.

Esa operación no se concretó y hubo varias tentativas más, pero no fue sino en 1934 cuando se incorporaron los primeros blindados, al menos un carro de asalto Carden Loyd Mk.VI y una decena de vehículos de reconocimiento 6x4 armados con una ametralladora Vickers Mk.3 de 7 mm., construidos en el Astillero Nacional de Puerto Cabello. Cuatro años después se adquirieron 40 motocicletas blindadas belgas FN M86 Mle 1937, dotadas de sidecar y una ametralladora, y dos carros de asalto Ansaldo Carro Veloce CV-33 que formaron parte de un pedido de material diverso en Italia, pero cuya entrega no se completó por el estallido de la Segunda Guerra Mundial

Hubo que esperar, entonces, hasta febrero de 1945, para que el Ejército activara su primer batallón Blindado, el cual fue equipado con 18 tanques ligeros M3A1 Stuart, 12 vehículos de reconocimiento 4×4 White M3A1 Scout Car, nueve semiorugas M3A1 y dos tanques recuperadores M32 Sherman, transferidos mediante los acuerdos suscritos con Estados Unidos en el marco de la Ley de Préstamo y Arriendo (Lend and Lease Act).

En los primeros años de la Post-Guerra se recibieron nuevos lotes de semiorugas M3A1 / M5 y de blindados de exploración M3A1 Scout Car. Posteriormente, en la década de los cincuenta arribaron al país vehículos blindados 6×6 Ford M8 Greyhound y cazatanques Buick M18 Hellcat, igualmente, excedentes de guerra norteamericanos, así como tanques ligeros nuevos franceses AMX-13M51. En 1956 se presentó el prototipo de un blindado antiaéreo 4x4 dotado de un cañón de 75 mm. 'filoguiado' de 75 mm., desarrollado por el Servició de Armamento de las Fuerzas Armadas.

Finalmente, a comienzos de los años sesenta se recibieron, también de Estados Unidos, transportes de tropa anfibios FMC M59 que terminaron en la Fuerza Aérea y cañones antiaéreos bitubos autopropulsados de 40 mm GMC M42 Duster para la Infantería de Marina. Pero en 1960 se abrió un paréntesis en cuanto a la dotación de medios blindados. La insurgencia comunista, primero como guerrilla urbana y luego rural, impuso a las Fuerzas Armadas la adopción de una nueva doctrina, nuevos tipos de unidades y medios para afrontarla.

Dos décadas continúas de reequipamiento militar

A finales de los sesenta, tras ser derrotada la guerrilla por las Fuerzas Armadas, Venezuela se encontró ante a nuevas realidades geopolíticas y situaciones fronterizas conflictivas con algunos de sus vecinos, que obligaron a impulsar un nuevo plan de reequipamiento militar de gran alcance que se inició con el arribo de la siguiente década.

En materia de medios acorazados, se adquirieron en Estados Unidos vehículos 4x4 Cadillac Gage (actual Textron Marine & Land Systems) V100/V150 Comando, un nuevo lote de tanques antiaéreos M42 pero de la versión A1, tanto para el Ejército y la Infantería de Marina, y para esta última, además, los entonces novísimos vehículos de asalto anfibio FMC LVT-7, siendo Venezuela, después de Estados Unidos y España, el tercer país en adoptarlos.

Pero fue Francia la que se llevó la mejor tajada con la venta de 86 tanques y tanques recuperadores Giat AMX-30B/AMX-30D, más de medio centenar de vehículos blindados de la serie AMX-13VTT en versiones de transporte de tropa y apoyo de combate, así como, obuses autopropulsados AMX-13 Mle. F.3 de 155 mm y una docena de blindados antiaéreos bitubo de 20 mm Panhard 4x4 AML-245/HS 530, para darle cobertura antiaérea a la recién creada Brigada Blindada pero que tuvieron una vida efímera. La Guardia Nacional, por su parte, fue dotada de blindados de transporte de personal 4x4 Thyssen Henschel UR-416 y la Fuerza Aérea de blindados ligeros de reconocimiento israelíes 4x4 Ramta RBY Mk.1 para la protección de sus bases.

Las circunstancias que forzaron a la renovación y reforzamiento de los arsenales en los años setenta, en algunos casos persistieron e incluso se agravaron en la década siguiente, a la vez que surgieron otras, por lo que las compras continuaron.

En ese orden, a lo largo de los ochenta se compraron en Estados Unidos 101 vehículos blindados anfibios para el Ejército de la serie Arrowpointe Dragoon 300, actualmente producidos por General Dynamics Land Systems, en versiones: LFV2 (carro de combate LFV2 con cañón Cockerill Mk.3 M-A1 de 90 mm), APC (transporte de tropas), MC (Porta Mortero de 81 mm), CP (Puesto de Comando) y RV (Vehículo Recuperador). También para el Ejército, de Alemania se recibieron trasportes blindados Rheinmetall Landsysteme 6x6 Transportpanzer 1 Fuch (TPz-1/YV-83); de Gran Bretaña, 78 tanques ligeros Alvis Scorpion 90, dos tanques Puesto de Comando FV-105 Sultan y cuatro tanques recuperadores FV-106 Samson y, finalmente, de Francia, 31 tanques ligeros Giat AMX-13.C90, además de doce chasis del mismo modelo a los que les fueron instalados sistemas de lanzacohetes múltiples israelíes IMI LAR-160 de 160.

Asimismo, la Guardia Nacional adquirió blindados transporte de personal 4x4 Fiat / Oto Melara 6614, y la Infantería de Marina 38 vehículos blindaos anfibios Engensa EE-11 Urutú en tres versiones: Transporte de Tropa, Puesto de Comando y Recuperador. También el Ejército contrató, a finales de la década de los ochenta, el suministro cerca de un centenar de Urutú para motorizar a dos batallones de Infantería, pero debido a la quiebra de Engensa no se pudo realizar la entrega.

Continuará en 'Venezuela y el fortalecimiento de su fuerza blindada (y II)'