La Armada española ya dibuja el Juan Carlos I con los F-35 en la cubierta
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La Armada española ya dibuja el Juan Carlos I con los F-35 en la cubierta

Esquema del Juan Carlos I con los F-35 en cubierta. Foto: Armada
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Aunque por ahora no deja de ser un sueño, la Armada española ya dibuja su LHD Juan Carlos I con los F-35B sobre la cubierta de vuelo. En un encuentro reciente con periodistas, el Estado Mayor de la Armada difundió un dossier informativo en el que aparece una infografía del buque insignia de la Fuerza Naval con 11 cazas de combate -ocho en la cubierta y tres más en el hangar-.

Este gráfico es una muestra más del interés de la Armada en la plataforma diseñada por la firma estadounidense Lockheed Martin, exportada ya a una docena de países aliados. Un interés que, desde hace algún tiempo, no esconde los marinos españoles. El principal motivo para apostar decididamente por la versión de despegue y aterrizaje vertical (Stovl) del F-35 es que, en estos momentos, es el único sistema de armas en el mercado capaz de operar en el LHD Juan Carlos I y sustituir así a los vetustos Harrier AV-8B+.

Entre los mandos, la opinión es clara. Si España quiere mantener su capacidad de ataque desde una plataforma naval, el futuro pasa por este avión de combate de quinta generación. No hay otra alternativa. El actual Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), almirante Teodoro López Calderón y su antecesor, el almirante Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, han incidido en los últimos años en esta idea.

Modernización de los Harrier

Pero, por el momento, el proyecto para la adquisición del F-35 no está en la agenda de la Armada y tampoco en la del Ministerio de Defensa. "Es un programa muy a futuro, no es una prioridad", reconoció López Calderón hace unas semanas. A la espera de los F-35, el plan es estirar la vida operativa de los doce Harrier en servicio.

La modernización y sostenimiento de los AV-8B Plus está garantizada a través de un programa de apoyo al ciclo de vida compuesto por Estados Unidos, Italia y España, como principales operadores de la aeronave. El final del acuerdo de colaboración está previsto para el año 2024.

Italia iniciará ese año la retirada de sus Harrier, mientras que Estados Unidos prevé dar de baja este modelo entre 2026 y 2030. En ambos casos, los plazos dependerán del ritmo de entregas de los F-35B contratados. En España, la Armada espera a partir de 2025 extender de forma unilateral la vida de las aeronaves mediante la compra de repuestos estadounidenses e italianos en stock, prolongando cinco años más la vida de AV-8B+ españoles. La División de Planes considera inviable por costes y obsolescencia continuar con la operatividad más allá de 2029/2030.

Programa F-35

El programa de desarrollo del F-35, después de retrasos y sobrecoste en la producción, involucra en la actualidad además de Estados Unidos, a otros países como Reino Unido, Australia, Canadá, Corea del Sur, Italia, Israel, Japón, Noruega, Países Bajos y Turquía y Dinamarca. El objetivo principal de estos estados es renovar sus flotas de F-16, junto con la sustitución de los Harrier en algunos casos.

Durante los inicios del programa, España fue invitada a participar en el diseño y fabricación de la aeronave, si bien por cuestiones económicas se rechazó una implicación directa en el proyecto. Ahora, tanto el Ejército del Aire (F-18) como la Armada (Harrier) plantean la necesidad de renovar sus flotas de aeronaves. En este contexto, algunas informaciones apuntan incluso un posible pedido conjunto de 60 unidades del caza estadounidense de quinta generación. Aunque, todo dependerá de la implicación directa de España en el futuro avión de combate europeo (FCAS) y en la materialización de este proyecto.

Hoy por hoy, el gran hándicap del F-35 es el coste de la aeronave. La Armada española confía en que los próximos años la entrada en servicio de las unidades en los países del proyecto y las presiones políticas reduzcan el precio de la aeronave que ronda los 200 millones de euros, dependiendo de la versión y las capacidades.

Un escenario con acuerdos entre países para el adiestramiento, sostenimiento y modernización, junto con la generalización de las plataformas de quinta generación, abarataría el coste del avión y permitiría a España estudiar la adquisición.



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