La realidad asimétrica
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La realidad asimétrica

Características y rasgos del conflicto asimétrico y el Interés Relativo como causa principal en la falta de victorias de la grandes coaliciones
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Redactor

Especial El Camino de los Héroes para Mundo Militar.


La evolución de la naturaleza del conflicto y sus causas han variado y evolucionado a lo largo de la historia al igual que lo han hecho los intereses de los hombres durante siglos. En la actualidad, la realidad del conflicto, su análisis y su entendimiento sugieren tres maneras principales de enfrentamiento. La guerra convencional, la guerra civil y el conflicto asimétrico.


El temor a una guerra convencional que enfrente a dos estados o a dos bloques monolíticos como ocurrió en la mayoría de los enfrentamientos bélicos pasados siempre ha permanecido latente en la memoria colectiva mundial. Hoy en día ese temor está patente tras la anexión por parte de Rusia de la península de Crimea y la hostilidad manifiesta en Ucrania de milicias pro-rusas contra fuerzas nacionales ucranianas.

La guerra civil en el mundo de hoy en día mantiene la crueldad de siempre pero añade un factor preocupante más. La involucración entre los rebeldes de grupos terroristas internacionales, Siria es ejemplo de ello.


Los conflictos asimétricos ejemplificados en la lucha contra el terrorismo islámico internacional son conflictos sumamente complejos en donde generalmente se asocia un enfrentamiento entre una liga o coalición occidental frente a un grupo de insurgentes nativos o terroristas internacionales.


La dificultad que padecen los estados occidentales para la resolución de conflictos asimétricos será lo que se intente explicar a continuación haciendo énfasis en las características que definen a un conflicto asimétrico y atendiendo al enfoque del “interés relativo” como causa principal en la falta de victorias.

La visión clausewitziana  de la supremacía militar como elemento primordial en las victorias de las guerras convencionales no explica la realidad de los enfrentamientos asimétricos.


Un conflicto es una situación generada por un cambio social que evidencia limitaciones heredadas del pasado. Hoy, la mayoría de los conflictos, tienen su origen en las grandes guerras acaecidas en el siglo XX, en el desmembramiento del antiguo bloque soviético, de la culminación de la descolonización iniciada en el siglo XIX y del fundamentalismo religioso principalmente.


Atendiendo al modelo que hace Galtung para el estudio de resolución de conflictos, un conflicto se asemeja a un triángulo cuyos vértices serían la incompatibilidad, la actitud y la conducta.


La incompatibilidad sería la situación crítica subyacente entre las partes de un conflicto. Aquellos intereses irrenunciables por las partes y que desembocan en conflicto. Estos intereses bien podrían ser los recursos energéticos, las materias primas incluida el agua y los flujos migratorios. La incompatibilidad surge pues del conflicto de intereses inherente a la relación entre las partes.


Los ingenieros de montaña del Ejército de Chile se instruyen en técnicas de combate



La actitud de las partes es un elemento con una fuerte carga emocional aunque no sólo emocional y responde a la percepción que hacen las partes entre ellas y de sí mismas. La actitud en el conflicto está muy relacionada con la voluntad. La voluntad de ser, de querer o de hacer.


La relación de la actitud con la voluntad nos lleva a la conducta, que puede ser violenta o no.


La asimetría de un conflicto no viene determinada por la sencillez de un actor poderoso contra otro débil, no es el reflejo de David contra Goliat. De ser así, todos los enfrentamientos producidos hasta la fecha serían asimétricos, ya que siempre alguno de los bandos fue menos numeroso que el contrario, siempre uno fue más inteligente que el otro y siempre uno fue más poderoso que otro.


Un conflicto es asimétrico cuando existe una interrelación de los siguientes factores, que se podrían llamar características fundamentales capaces de producir una interacción estratégica en un campo de batalla no lineal.


Primeramente, el enfrentamiento ha de ser contra un enemigo difuso, fácilmente mimetizable entre los no combatientes.


En segundo lugar, el enfrentamiento no es únicamente entre combatientes sino que en la lucha se encuentran civiles armados o de difícil identificación militar.


Tercero, la superioridad numérica o tecnológica de alguna de las partes no supone una ventaja en sí misma.

Por último, el factor global. La globalización tan característica de este tiempo, donde las consecuencias del conflicto repercuten de un modo u otro a nivel mundial.


La interacción estratégica


La interacción estratégica, mencionada anteriormente, es el modo que tienen de enfrentarse los contendientes. En un conflicto asimétrico los contendientes juegan a un mismo juego pero cada uno utiliza normas diferentes.


La doctrina estratégica de las sociedades modernas tiende a amoldarse a la tecnología disponible. Aquellos que no disponen de tecnología o recursos para neutralizar la capacidad militar del enemigo deben destruir su capacidad política. En un conflicto asimétrico gana quien tenga mayor capacidad de resolución independientemente del poder material.


La interacción estratégica es la causante de que los conflictos asimétricos se demoren y difumine los límites del campo de batalla.


La no linealidad del campo de batalla es clave para entender cómo los actores fuertes pierden en los conflictos asimétricos. La no linealidad del conflicto hace que entren en juego, política, sociedad, grupos de poder, comunicación, élites… y serán los encargados de manera directa de que aparezca el “interés relativo” como elemento aglutinador causante de las derrotas de las grandes potencias.


La teoría estratégica de Mao viene a decir que si la población puede resistir sin rendirse, esa resistencia se transformará en una guerra de desgaste contra el enemigo poderoso y esa resistencia traerá consigo de manera inevitable la victoria.


Una guerra de desgaste es un combate con tácticas de guerra de guerrillas. Esto enlaza con la primera característica del conflicto asimétrico, el enemigo difuso. La estrategia defensiva de una guerra de desgaste frente a un enemigo tecnológicamente superior hace que los combatientes deban esconderse y permanecer ocultos en montañas, cavernas, túneles… Las guerras de Vietnam y de Afganistán son claros ejemplos de ello.


El Principio de Distinción


No sólo esconderse en montañas y cavernas sino que también pueden ocultarse según todas las formas de protección que ofrece el Derecho Internacional Humanitario. Fingir que se es un civil, ocultarse en hospitales, colegios… Algo que ha ocurrido sistemáticamente en el conflicto palestino-israelí o por ejemplo en el Líbano. De esta manera quedan inutilizadas las diferentes técnicas de identificación avanzadas que la doctrina estratégica del actor poderoso puede usar.


La única manera que tiene el actor fuerte frente al débil sería utilizar un enfrentamiento que implique una ofensiva indirecta frente a la defensa indirecta que proporciona la guerra de guerrillas del actor débil. Dicha ofensiva indirecta implicaría olvidar ciertas restricciones morales que traerían consigo una táctica de barbarie. El resultado sería una victoria militar del actor fuerte, pero una derrota política debido al interés relativo.


En la lucha se encuentran civiles armados o de difícil identificación. Segunda característica. La guerra de guerrillas consiste en una organización de parte de la sociedad cuyo propósito esencial es el de provocar costes al enemigo evitando una confrontación directa. Se trata de eliminar no su capacidad de atacar sino su voluntad de hacerlo.


El actor débil requiere para sus planes el apoyo de la población civil. La guerra de guerrillas dificulta la identificación del enemigo, dificulta la identificación de soldados, combatientes, milicianos y civiles y de hecho este tipo de enfrentamiento no proporciona seguridad a la población civil, al contrario, pero proporciona un desgaste y unos costes excesivamente caros para el adversario, sobretodo si su fin último es la destrucción del actor débil.


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La tecnología en sí misma como parte de la doctrina estratégica no supone una ventaja competitiva en la consecución de victorias en los conflictos asimétricos. No supuso una ventaja para los estadounidenses en la Guerra de Vietnam ni tampoco lo fue para los soviéticos en Afganistán.


Hoy en día, tecnología como la desarrollada para los UAV o el Predator aún no suficientemente instaurada puede marcar un éxito relativo en este tipo de conflictos, pero desde luego no son el ariete necesario para garantizar la victoria final, aunque sí éxitos puntuales en determinadas misiones.


Cualquier acción o resultado producido en este tipo de enfrentamientos tiene una repercusión global. La globalización como característica de los conflictos asimétricos queda garantizada y ejemplificada en las grandes ligas y coaliciones que forman parte en la lucha contra el terrorismo internacional. Un enemigo global, requiere respuestas globales, soluciones globales y las afecciones en una parte del globo repercuten en la otra.


El desarrollo de las comunicaciones, sobre todo en la última parte del siglo XX y el crecimiento desproporcionado de las redes sociales en internet como elemento comunicador desde los primeros años del siglo XXI han hecho que los conflictos sean vividos casi en directo por todos los ciudadanos estén donde estén.


Marcados los límites de lo que es un conflicto asimétrico y desarrollado sus características, ¿qué es lo que hace que la victoria final de los aliados occidentales sea tan complicada de conseguir? El interés relativo es la respuesta.


El “interés relativo” tal y como lo analiza Andrew Mack es la falta de interés real que un gobierno tiene en ganar un conflicto. La falta de interés es mayor cuanto más lejos de las fronteras se dé el conflicto y la supervivencia no dependa de ello. Esto hace que la política al respecto sea vulnerable y por lo tanto alguien ajeno al gobierno, por ejemplo perteneciente a las élites sociales, puede doblegar a un gobierno para la consecución de unos objetivos iniciales diferentes.


En un conflicto asimétrico el interés por ganar es absoluto para el actor débil, su supervivencia depende de ello y podrá usar todo lo que está en su mano para evitar la derrota. Si además ejemplificamos el conflicto asimétrico en la lucha contra el terrorismo internacional, los terroristas únicamente tienen que acertar una vez para llevar a cabo un acto terrorista. Los aliados no pueden fallar nunca.


El éxito de los actores débiles en los conflictos asimétricos no surge de las victorias militares, aunque puedan influir de algún modo en algún momento, sino de ganar por el desgaste progresivo de la capacidad política de su oponente para hacer la guerra.


En la guerra de Vietnam, EE.UU perdió, porque tenía menos que perder que los norvietnamitas. Años atrás en la batalla de Dien Bien Phu los vietnamitas derrotaron a las tropas francesas destinadas en Indochina. Francia únicamente perdió el 3% de las tropas destinadas en Indochina pero acabaron con la capacidad política del gobierno francés para movilizar más tropas.


El interés relativo


El interés relativo es la relación que existe entre la interacción estratégica, la vulnerabilidad política, y el afán de supervivencia de quien se lo juega todo para sobrevivir.


¿Por qué la interacción estratégica juega un papel importante en el desarrollo del interés relativo?


Los estados dependen de otros estados. Las relaciones de los estados pueden provocar conflictos y estos conflictos pueden ser llevados a cabo por la fuerza. El miedo a un conflicto violento entre estados hace que cada uno de ellos invierta en la fuerza. Esto produce una competencia que hace tender hacia la unificación de medidas entre un estado y otro. En definitiva se juega a un mismo juego con unas mismas reglas.

Por otra parte, la escalada de competencia y los intereses generados sugieren que en el umbral de un conflicto armado un estado no es totalmente libre de elegir una estrategia ideal. Las fuerzas, el equipamiento, vehículos, entrenamiento, comunicaciones, contratos, publicidad, medios informativos,…todo responde a organizaciones e intereses que pueden ser privados de ser los mejores por otros intereses u otras organizaciones contrarias a la estrategia ideal y a favor de una particular o propia. Por ejemplo, intereses empresariales nacionales o extranjeros, o el desarrollo de una doctrina estratégica basada en la tecnología teniendo en cuenta los términos de la misma.


Esta “casi libertad” en un conflicto armado propicia vulnerabilidad política.


Cuando por la interacción estratégica se sufren retrasos en la consecución de objetivos surgen presiones domésticas o nacionales que cada vez son más elevadas y las expectativas de victoria se desvanecen rápidamente pudiendo llegar al abandono sin la consecución de los objetivos. En definitiva, la vulnerabilidad política propicia la injerencia de actores no estatales generalmente relacionados con élites sociales de carácter civil capaces de poner fin a un conflicto por la consecución de nuevos objetivos.


La vulnerabilidad política es clave en el entendimiento del interés relativo, pues es el ingrediente del que se servirán los actores débiles para la consecución de la victoria anulando así la voluntad de combatir del actor fuerte.


La vulnerabilidad política será mayor cuanto mayor sea la falta de libertad en la toma de decisiones relacionadas con las políticas dedicadas a la consecución de objetivos y de igual modo, cuanto más grande sea la asimetría del conflicto, mayor será la dificultad de distinguir los objetivos y necesidades políticos y militares, creciendo así la vulnerabilidad política.


La no linealidad de la naturaleza del conflicto dificulta la consecución del éxito. Hay que tener en cuenta que el factor no lineal del conflicto afecta de manera determinante a una de las partes. Es una realidad de la interacción estratégica. El actor fuerte involucrado en el conflicto, además de ganar en el campo de batalla tiene que mantener un ademán comprometido con el sentir de lo que propugnan las élites y grupos de poder de la sociedad. Es decir, la representatividad de un gobierno legítimo que se ve involucrado en un conflicto asimétrico está limitada (vulnerabilidad política) y los grupos de poder de dicha sociedad legitimarán como buena “una manera de actuar” y no otra. Representa esto una dificultad más en la consecución de la victoria, pues la no linealidad del conflicto hace que la victoria para los actores fuertes tenga que ser una “victoria 360º”, o de lo contrario no es victoria.


Conflicto asimétrico, interacción asimétrica, vulnerabilidad política y en definitiva “interés relativo” como causa en la falta de resolución de conflictos asimétricos por parte de las grandes potencias occidentales.


En el capítulo 3 del Arte de la Guerra Sun Tzu dijo:


”Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no necesitas temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo por cada batalla ganada así sufrirás una derrota. Si no te conoces ni a ti mismo ni al enemigo, sucumbirás en cada batalla”.




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