Cómo sobrevivir en zona enemiga, el entrenamiento extremo de los futuros boinas verdes

Un total de 16 aspirantes a boina verde del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (Ezapac) del Ejército del Aire y del Espacio han realizado durante dos semanas un entrenamiento simulando estar en un territorio recóndito donde las condiciones de supervivencia son mínimas y sin ningún tipo de apoyo en distintas zonas de la sierra del Segura (Región de Murcia).

Durante la capacitación y el curso, que consistieron en una semana de teóricas y dos de prácticas, estando un total de 14 días -entre el 20 de febrero y el 10 de marzo- "aislados de todo contacto con el exterior", fueron acompañados por un boina verde y un teniente de la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada.

El entrenamiento ha sido de supervivencia, pero también de evasión, resistencia y extracción (SERE). Son las cuatro patas del complejo módulo y curso de perfeccionamiento "que ha de superar todo militar susceptible de quedarse aislado en territorio hostil y en el que han sido capacitados los futuros nuevos operadores del Ezapac", explica el Ejército del Aire y del Espacio.

Misión de reconocimiento especial

Todo comenzó con una misión de reconocimiento especial tras la que los aspirantes se dirigieron a recuperar a un piloto que "había quedado aislado en territorio hostil" (Personnel Recovery), que está entre las misiones principales del Ezapac. Los alumnos tuvieron que poner en práctica los conocimientos adquiridos para rescatar al piloto.

Durante el movimiento de los aspirantes, les localizó un UAV Predator B del Ejército del Aire y del Espacio mientras un T-12 Aviocar sobrevolaba la zona "dándoles las instrucciones pertinentes para que continúen hacia una zona donde las fuerzas de extracción pueden hacer su trabajo".

Por el camino pusieron "todo su empeño en no ser detectados por las fuerzas enemigas, que patrullan los senderos y carreteras en su búsqueda". También tuvieron que "solicitar apoyo aéreo cercano (CAS) de emergencia para neutralizar amenazas que atentaban contra su seguridad, el cual ha sido proporcionado por una pareja de F-18 del Ala 15 de combate".

A varios días hasta la siguiente ventana de extracción y, "ocultándose en la noche", pasaron a la fase de supervivencia, en la que fueron "adiestrados por los propios instructores del Ezapac en recolección de recursos básicos, guardarse de la intemperie con medios naturales, buscar alimento, potabilizar agua, hacer fuego…". En general, "las habilidades básicas que salvarán su vida si algún día quedasen incomunicados".

Falta de comida

La "falta de un plato de comida hizo mella en los operadores, que, tras varios días, retomaron la evasión con la fatalidad de que el enemigo finalmente se hace con ellos". Es en ese momento donde comenzó el curso SERE nivel Charlie C, que imparte el departamento de la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada. En él, "se puso a prueba a los alumnos en un entorno realista, en el cual debieron poner en práctica los conocimientos teóricos recibidos previamente sobre actuaciones bajo situación de captura".

Los alumnos consiguieron librarse de su cautiverio y se dirigieron a un nuevo punto de extracción. Kilómetros antes, las fuerzas de extracción comenzaron a monitorizarlos y prepararon el rescate, que contó con dos helicópteros NH-90 del Ala 48 con un equipo de Operaciones Especiales del Ezapac como parte de la tripulación.

Gracias a que los aprendices "siguieron el procedimiento consiguieron ser autenticados. Son ellos. Los mismos que 14 días antes dejaron el contacto con sus seres queridos para dar un paso más en su sueño de ser boina verde en el Ejército del Aire y el Espacio, adquiriendo una capacidad única en las Fuerzas Armadas españolas: Supervivencia, Evasión, Resistencia y Extracción (SERE)".