Tal día como hoy, 11 de junio pero de 1485, en Marbella el alcaide Mohammad Abuneza se rinde a los Reyes Católicos entregándoles las llaves de la ciudad. Las noticias de la rendición de la ciudad apenas sí se reflejan en las crónicas, posiblemente por el eco que tuvieron las resistencias de Ronda y Málaga.
Con la rendición de la primera de estas ciudades, el 23 de mayo de 1485, desapareció el más duro de los sectores fronterizos y el camino hacia Marbella quedaba muy despejado para las tropas del rey Fernando de Aragón, quien delega en el conde de Ribadeo los detalles de la entrega de la ciudad, que se va a producir sin lucha ni brillantez, lo que no satisfacía a un guerrero como Fernando.
Las Capitulaciones de la ciudad siguen el modelo de las establecidas para Álora, y en ellas se estipulaba la obligación por parte de los antiguos habitantes de abandonar la ciudad, otorgándoles ciertas facilidades para su exilio. En cualquier caso, el rey tenía poca predisposición por integrar a los musulmanes.
La nueva población estará compuesta por un grupo heterogéneo de personas en el que predominan los soldados y los campesinos, en un número total que podría ascender a 275 vecinos, lo que supone una disminución sensible respecto al periodo musulmán.
Cada año se escenifica el evento en la plaza de la iglesia de la localidad. De aquella época se conservan las murallas, los restos de la Alcazaba y el Real Hospital de la Misericordia ordenado levantar por Isabel de Castilla para atender a los enfermos.