CSG suma a sus absorciones en España, Italia y EEUU una planta alemana de nitrocelulosa ante la alta demanda de municiones

La ambición de la firma Czechoslovak Group (CSG) por fortalecerse a través de la compra de compañías del sector en distintos países está lejos de haberse saciado. El grupo eslovaco propiedad del empresario Michal Strnad, de 32 años, acaba de sumar la firma alemana Walsroder al control que ya ejerce sobre empresas de distintos puntos, como la Fábrica de Municiones de Granada (FM Granada), en España; Fiocchi Munizioni, en Italia, y Kinetic Group, en Estados Unidos. La importancia de la nueva adquisición, que se completó la semana pasada, deriva del hecho de que se dedica a la fabricación de nitrocelulosa, un componente esencial en la fabricación de explosivos y munición que resulta complicado de obtener, lo que está ralentizando la producción del material militar que demanda actualmente Europa, principalmente.

El vicepresidente de CSG Group, David Chour, ha avanzado este miércoles en Praga la intención de continuar con nuevas adquisiciones. Chour, que también es director ejecutivo de CSG, se ha reunido con un grupo de periodistas de distintas partes del mundo invitados a conocer varias factorías del grupo en Chequia. Entre los medios presentes, provenientes principalmente de países del este europeo, se incluye Infodefensa como única cabecera en español.

La compra de Walsroder, por parte en concreto de MSM Group, que es la rama de CSG donde se incluye la actividad de munición de gran calibre, forma en realidad parte de la adquisición del parque industrial Walsrode, de 87,5 hectáreas situadas en Bomlitz, al norte de Alemania. MSM Group, (propietaria de FM Granada) está considerada una de las empresas líderes de Europa en el desarrollo y producción de municiones para artillería y carros de combate.

“Este movimiento estratégico representa una inversión significativa en la estabilidad del suministro de nitrocelulosa, un material clave para la defensa y otros sectores estratégicos”, explican en la sede de CSG en Praga. Este material, parecido al algodón, se utiliza en la fabricación de explosivos, propulsores para cohetes, lacas, pinturas, tintas e incluso cumple un importante papel en las películas fotográficas, entre otros usos. En el ámbito militar se trata de un componente esencial que resulta difícil de obtener, especialmente ahora con la alta demanda derivada de la guerra en Ucrania tanto para suministrar a este país como para fortalecer los arsenales de otras naciones, principalmente europeas.

En la actualidad, más del 11% de la actividad de CSG Group se centra en el subsector de la munición. Con la compra de la planta de nitrocelulosa y el parque industrial a la firma IFF, especializada en sabores, fragancias, ingredientes alimentarios, salud y biociencias, la compañía checa gana posiciones en su estrategia de crecimiento en el sector de defensa.

“Se precisará mayor inversión”

Hasta ahora, la factoría alemana estaba fabricando nitrocelulosa estrictamente para fines industriales, atendiendo a los clientes sobre todo en las áreas de recubrimientos y tintas de impresión. “CSG valora a los clientes industriales de la planta de Walsrode y sus capacidades, que aprovechará para permitir adicionalmente la producción energética de nitrocelulosa, en línea con los otros negocios de CSG”. Para ello, continúa la fuente, se precisará de “una mayor inversión y expansión en estas instalaciones y aprobaciones por parte de las autoridades reguladoras pertinentes”.

El consejero delegado (CEO) de la división de Defensa de CSG, Jan Marinov, explica cómo en el actual contexto, en el que “la industria química en Europa se enfrenta a altos precios de la energía y a una regulación exigente, la producción de nitrocelulosa para la industria de las municiones, y otras industrias importantes, como la impresión de tintas y recubrimientos, puede garantizar perspectivas a largo plazo para las empresas que operan en este campo”.

Marinov incide en que la producción energética de nitrocelulosa “es estratégicamente importante para la seguridad de los países de la OTAN y la UE y sus aliados”. Europa, ha destacado, “no debe depender de las importaciones para un producto tan estratégico, ya que es necesario tener seguridad de suministro incluso en una crisis”.

“Riesgo para la OTAN y sus aliados”

En estos tiempos de tensión bélica, “la falta de capacidad de producción en Europa para municiones de gran calibre y componentes como la nitrocelulosa es uno de los riesgos de seguridad más significativos para la OTAN y sus aliados”. Conseguir una “seguridad del suministro de materias primas estratégicas para el sector de la defensa es más importante que nunca”, insisten en CSG.

Durante su comparecencia ante el limitado grupo de periodistas, Chour ha detallado que la adquisición de la planta alemana “es parte de una estrategia más amplia para crear una producción de municiones integrada verticalmente, desde la materia prima hasta el producto terminado”. Para lograrlo, “CSG y MSM Group “han invertido mucho en los últimos años en la ampliación de la capacidad de producción de municiones, sistemas de artillería y tecnologías relacionadas”.

“Insuficiente capacidad europea”

Marinov, por su parte, remarca cómo “la insuficiente capacidad europea para producir municiones, especialmente municiones de gran calibre, es una amenaza para la seguridad de los países de la OTAN y sus aliados”. De ahí, añade, “la razón por la que hemos estado trabajando duro durante varios años e invirtiendo cientos de millones de euros en establecer la producción integrada verticalmente de municiones de gran calibre dentro de CSG, desde productos básicos y semiacabados hasta el artículo final”. La compra de Walsroder, concluye, “nos ha acercado significativamente a nuestro objetivo”.