Rafael Moreno Izquierdo. Foto: Silvia Varela.
22/07/2017 | Madrid
Nacho G. Pandavenes
3.500 niños salieron de España con destino a la URSS para huir de los horrores de la Guerra Civil. Era para poco tiempo. Solo hasta que el Gobierno recuperara el control. Pasaron dos décadas hasta que el primero de ellos pudo regresar. Corría el año 1956 cuando el Crimea se asomó a las costas españolas con los primeros exiliados a bordo. Era el principio del fin de una diáspora que aún duraría cuatro años más de repatriaciones tras aquella primera expedición.
En total regresaron 2.600, algunos eran sin duda agentes infiltrados enviados por el Kremlin, la mayoría no. 1.500 eran parte de los que se habían ido siendo niños y volvían como adultos deseosos del idílico país que les habían contado o que recordaban de algún sueño de tiempos mejores, el resto eran líderes militares y políticos del PC que habían antepuesto el sentimiento a la ideología, el anhelo del país...
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