Siria y el punto de inflexión de la guerra civil
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Siria y el punto de inflexión de la guerra civil

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(Infodefensa.com) Por Rafael Calduch – El atentado cometido por el Ejército Libre de Siria (ELS) contra la cúpula militar del régimen de Bachar al Assad, cometido el pasado 18 de Julio, viene a sumarse a la adopción por el Consejo de Seguridad de la Resolución 2059 del 20 de este mismo mes, por la que se acuerda una única y definitiva prórroga de 30 días para la misión de observadores de Naciones Unidas en Siria (UNSMIS). Obviamente ambos sucesos están íntimamente relacionados y es poco probable que se hubiese alcanzado un acuerdo con Rusia y China sobre el texto de la Resolución si el atentado no se hubiese realizado o no hubiese tenido éxito.

Los resultados del atentado van más allá de provocar una inevitable reorganización del mando militar y de la seguridad nacional del régimen sirio. Implica, al menos, tres efectos decisivos que cambiarán en los próximos meses la superioridad militar que hasta ahora habían mantenido las Fuerzas Armadas sirias sobre los grupos rebeldes del ELS. En efecto, los nuevos altos mandos militares no gozan ni ofrecen al Presidente Assad la confianza personal que tenían el Ministro de Defensa, Daoud Rajha, el Viceministro de Defensa y cuñado del Presidente, Assef Chawkat, y el Jefe de la Seguridad Nacional, Hisham Ijtiar.

Aunque a corto plazo Bachar al Assad está obligado a apoyarse en los nuevos mandos militares, a medida que avancen las operaciones militares rebeldes y se incremente la represión contra la población civil, el conflicto de poder entre el mando político y el militar será inevitable debilitándose la cohesión interna del régimen. Al mismo tiempo, la fragmentación imperante en el ELS está comenzando a superarse mediante la estructura de un Mando Militar Conjunto en el interior del país que a través de 10 Consejos Militares Regionales, está organizando a los grupos y milicias en brigadas cada vez más controladas y operativas.

En segundo lugar, el atentado ha puesto de manifiesto la principal vulnerabilidad de las Fuerzas Armadas sirias: la infiltración del núcleo de sus servicios de inteligencia y seguridad. Naturalmente semejante infiltración supone que los grupos rebeldes del ELS tienen acceso a una parte significativa de la información y los planes estratégicos del Estado Mayor, lo que sería coherente con los éxitos alcanzados por los grupos rebeldes durante las últimas semanas en sus ataques a instalaciones gubernamentales e infraestructuras militares importantes para la continuidad del régimen sirio.

Además, junto a la infiltración en el aparato de seguridad del régimen, el éxito del atentado y las importantes defecciones que se están produciendo entre los dirigentes, militares y civiles, del régimen también demuestran la eficacia de las operaciones encubiertas desarrolladas sobre el terreno por terceros países, como probablemente Israel, Arabia Saudí, Francia, Turquía y, tal vez, Estados Unidos. Frente a ellas, la alianza del régimen iraní, cada vez más comprometido en su posición interna e internacional tras la aplicación del embargo petrolífero, así como el apoyo diplomático y logístico que ofrecen la Federación de Rusia y China, se están demostrando claramente insuficientes para garantizar el triunfo militar del régimen.

En tercer lugar, las medidas de creciente presión política y embargo económico internacional que está sufriendo el Gobierno, están ahogando progresivamente la capacidad militar de las Fuerzas Armadas sirias. Ello significa que el factor tiempo opera en su contra. De forma simultánea, los grupos rebeldes del ELS han visto acrecentada su capacidad de aprovisionamiento militar tanto por las deserciones en el ejército sirio como por las entradas clandestinas de armamento que se realizan a través de las fronteras de Turquía, especialmente tras el derribo de un avión de su fuerza aérea el pasado 22 de junio, e Irak.

La evolución de los enfrentamientos armados de las últimas semanas evidencian que la guerra civil en Siria se encuentra en el punto de inflexión, es decir en el momento en que sucesos como el atentado del 18 de Julio están provocando cambios irreversibles en la dinámica bélica en perjuicio del régimen sirio. La creciente percepción de la nueva realidad militar hará que los apoyos externos del régimen de Bachar al Assad vayan progresivamente debilitándose hasta resultar inútiles para influir en el resultado final del conflicto armado.

Con la prórroga de la UNSMIS durante un mes, el Consejo de Seguridad envía un mensaje claro a las partes beligerantes sobre el carácter limitado que ofrecen a la oportunidad para alcanzar un alto el fuego como condición para una solución negociada que, obviamente, incluiría la salida del poder del Presidente Assad. Transcurrido dicho plazo, si los observadores internacionales se ven obligados a retirarse, el resultado final dependerá sólo de la lógica de las armas y en ese escenario a Bachar al Assad le aguarda un futuro similar al que tuvo Muammar el Gadafi. Sólo será cuestión de tiempo.

Semejante final de la guerra civil no es deseable ni deseado por la comunidad internacional, incluidas las potencias occidentales, Rusia, China, Israel y algunos importantes países árabes, porque abriría un escenario incierto e incontrolable en uno de los estados más importantes para la estabilidad regional en Oriente Próximo coincidiendo con un momento crítico en el que otras potencias esenciales, como Egipto, se encuentran bloqueadas políticamente por su propia crisis interna.

La Declaración del pasado 30 de Junio del Grupo de Acción para Siria, demuestra que existe un consenso internacional básico sobre la necesidad de lograr una transición política pactada tras el conflicto armado que garantice la viabilidad de un nuevo régimen sirio más estable y democrático. Semejante escenario incluye la desaparición, política o física, del dictador Assad pero al mismo tiempo excluye un éxito militar aplastante del ELS, ya que provocaría una represión incontrolada contra los sectores baazistas y una ruptura interna del país de consecuencias inciertas para la seguridad regional y del resto del mundo. La evolución del conflicto armado en Siria durante las próximas semanas determinará cual de los dos escenarios finales terminará imponiéndose.

Rafael Calduch Cervera es catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid



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