Brasil y la defensa de la prosperidad sudamericana
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Brasil y la defensa de la prosperidad sudamericana

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Por Nelson Jobim (Infodefensa.com, bajo autorización de reproducción de la revista DEF) - Debemos hacer hincapié en que nuestra Estrategia Nacional de Defensa (elaborada por el poder civil), basada en la disuasión, no tiene como premisa la existencia de potenciales enemigos, sino la necesidad de que Brasil se capacite para disponer de la mayor autonomía posible sobre sus recursos defensivos, explica el Ministro de Defensa, Nelson Jobim.

El autor es ministro de Defensa de Brasil.

El 18 de diciembre de 2008, el presidente de la República de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tomó la decisión inédita de anunciar al país la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Defensa elaborada por el poder civil. La iniciativa contempla la reestructuración de toda el área de defensa, empezando por las Fuerzas Armadas, y tendrá efectos sobre el servicio de reclutamiento militar y las normas de incentivo a las empresas nacionales del sector. Lo original de este proyecto radica no sólo en el alcance de las reformas que serán implementadas y en el compromiso del área de defensa con el desarrollo del país, sino también y principalmente, en el proceso de elaboración del mismo. Aunque en la iniciativa hayan participado activamente los altos mandos militares, las etapas de debate, definición de prioridades y conducción del proceso estuvieron a cargo del poder civil, presidido por este ministro de Defensa y coordinado por el ministro de Asuntos Estratégicos, Mangabeira Unger.

El poder civil Se trata de un cambio significativo en relación a la postura que la elite política brasileña adoptó a partir del proceso de redemocratización del país, iniciado en la década del 80. Marcado por los sinsabores del régimen militar que acababa de terminar, el medio político rechazó el contacto con los temas de defensa, pues los asociaba con la represión de la dictadura. Incluso, después de la creación del Ministerio de Defensa en 1999, el área siguió siendo considerada un terreno reservado para los militares, con poca participación del sector civil. Hasta en el ámbito académico brasileño reinaba cierta aversión hacia los trabajos de investigación vinculados al área de defensa.

El lanzamiento de la Estrategia Nacional de Defensa impulsó un cambio de escenario. Durante el año de debate previo a la formalización de la iniciativa, el tema comenzó a estar presente en los medios, en el Congreso, en los cuarteles, en las reuniones empresariales, en las universidades. La defensa se convirtió en un tópico de interés para la sociedad, íntimamente ligado con el destino político y económico del Brasil. Y ese debate tiende a profundizarse a medida que se diseñan y se presentan las propuestas de reformas administrativas y legislativas que conformarán la nueva estructura del área de defensa.

Fomento del desarrolloDebemos hacer hincapié en que nuestra estrategia, basada en la disuasión, no tiene como premisa la existencia de potenciales enemigos, sino la necesidad de que el país se capacite para disponer de la mayor autonomía posible sobre sus recursos defensivos. Esto implica, entre otras cosas, fomentar el desarrollo tecnológico a nivel local, priorizar la presencia de tecnología en las compras al exterior, promover la industria brasileña y garantizar la colocación de los productos nacionales en el mercado externo. Este proceso no debe desarrollarse sólo fronteras adentro, sino que debe formar parte de un proceso más amplio, el de integración política y económica con el resto de los países de América del Sur.

Así como se desarrollan decenas de proyectos de integración física y productiva y de interconexión de las redes logísticas y energéticas entre Brasil y sus vecinos, también es posible constituir una estructura industrial de defensa en toda la región. Ya existen iniciativas aisladas, como la venta a Chile de piezas para aeronaves producidas por Embraer, o el desarrollo conjunto, entre Argentina y Brasil, de un vehículo liviano aerotransportable, el "Gaucho".

El mercado regionalPero es necesario que ese esfuerzo se extienda a toda la región, mediante un profundo proceso de planificación que aproveche al máximo el potencial de cada uno de los países socios y posibilite la ampliación del mercado regional. Este proceso contará con el apoyo del Consejo Sudamericano de Defensa, un organismo creado en diciembre de 2008 durante el encuentro de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) realizado en la ciudad de Bahía.

Se trata de procesos de interlocución política y articulación económica que se profundizan mutuamente y fortalecen la presencia de América del Sur en los foros internacionales, especialmente en momentos de crisis y cambios como el que estamos viviendo. Unidos podemos modificar esa vieja regla según la cual toda crisis internacional llegaba multiplicada a América del Sur. Si adoptamos el rumbo correcto y aportamos la cuota de energía adecuada, podremos influir en los procesos decisorios internacionales, efectuar grandes cambios y aprovechar las oportunidades que surjan en el mundo, sin dejar de preservar esta región como un espacio de paz y prosperidad para nuestros pueblos.

Infodefensa.com agradece la autorización de la revista DEF para reproducir esta columna.



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