El año comienza con un nuevo despliegue de buques de la Armada en las fuerzas navales de la OTAN. La fragata F-102 Almirante Juan de Borbón y el Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) A-15 Cantabria navegan ya rumbo al norte de Europa para integrarse en la Agrupación Naval Permanente número 1 (SNMG-1) de la Alianza Atlántica.
Ambos buques dejaron el Arsenal de Ferrol el pasado domingo. El Cantabria estará fuera de su base tres meses, mientras la fragata se desplegará con la OTAN medio año, hasta principios de julio.
La SNMG-1 opera principalmente en aguas del norte de Europa y tiene como objetivos la disuasión, la defensa colectiva, la presencia naval y el incremento de la interoperabilidad entre armadas.
El Estado Mayor a cargo de la agrupación, que dará sus órdenes a bordo de la fragata Almirante Juan de Borbón, está compuesto en su mayoría por oficiales españoles, comandados por un contralmirante español. El relevo tendrá lugar a mediados de mes en el puerto de Wilhemshaven, Alemania.
En el caso de la F-102, además la dotación, cuenta a bordo con una Unidad Aérea Embarcada (Unaemb) de la 10ª Escuadrilla de Aeronaves de la Armada, que consiste en un helicóptero SH60B, pilotos y personal de mantenimiento de la aeronave; un Equipo Operativo de Seguridad de Infantería de Marina (EOS) del Tercio de Levante.
La fragata Almirante Juan de Borbón es la segunda de la clase Álvaro de Bazán (F-100) y forma parte de la 31ª Escuadrilla de Superficie. El buque es un escolta multipropósito siendo uno de los más avanzados de Europa debido a sus capacidades de vanguardia. Aunque su sistema de combate Aegis hace que su punto fuerte sea la guerra antiaérea, es capaz de defender una fuerza naval frente a diversas amenazas, ya sean aéreas, de superficie o submarinas, en escenarios de alta, media y baja intensidad. Además, puede hacer frente a otro tipo de misiones, como son la gestión y prevención de crisis, operaciones de ayuda humanitaria y embargo naval, entre otras.