Poco a poco, los mandatarios de los países miembros de la OTAN han ido llegando junto a sus delegaciones al World Forum de La Haya, donde se celebra la cumbre, y todos lo han hecho por el acceso principal excepto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que no se ha dejado ver: su vehículo blindado, la Bestia, se ha detenido unos metros antes, ha sido cubierto por una especie de biombos preparados por la organización, y desde ahí ha entrado al pabellón ajeno a las miradas de la prensa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, muy fiel a su estilo, ha sido de los pocos que ha saludado a los medios, mientras que el español, Pedro Sánchez, ha bajado del coche oficial y ha entrado en edificio a paso raudo y vista al frente, seguido de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el resto de la comitiva de nuestro país.
Pese al retraso sobre el horario previsto, la cumbre ha empezado cargada de incertidumbres pendiente del encaje de la “excepción” española en la declaración final que se hará pública esta tarde y de si más países tratan de unirse a esa flexibilidad para llegar al 5% del PIB en inversión en defensa.
De hecho, Sánchez ha evitado la foto con Donald Trump, en la foto de familia aparece apartado y solo y apenas ha participado en los corrillos previos. A su entrada al salón donde se celebra la cumbre se ha sentado rápidamente y casi no ha hablado con ningún otro líder más allá de un cariñoso saludo con su vecino de mesa, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, y el saludo protocolario inicial con Mark Rutte.
Las claves de la reunión
¿Qué pasará a lo largo de la reunión de mandatarios? Es difícil de saber. El primer ministro neerlandés en funciones, Dick Schoof, ha asegurado esta misma mañana, respondiendo a la pregunta de un periodista, que "es demasiado pronto" para valorar posibles consecuencias para España si no cumple con los objetivos que se quieren fijar en la cumbre.
Como país anfitrión de la cumbre, Países Bajos quiere conseguir "unidad" en las metas de gasto de los aliados y "reforzar las industrias de defensa", comentó Schoof.
El primer ministro, informa Efe, confió en que será "un día histórico para reforzar la Alianza" y dijo que en esta cumbre es necesario garantizar que "se compartan las cargas" del gasto en defensa y también las tareas militares.
España se ha convertido, queriéndolo o no, en protagonista de esta cumbre de la OTAN debido a su rechazo a aumentar el gasto militar al 5 % del PIB que reclaman la Alianza y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha dicho que la Alianza está "absolutamente convencida" de que España tendrá que llegar al 3,5 % para cumplir esos compromisos y Schoof insistió hoy en esa misma idea.
“Los porcentajes están relacionados con las capacidades” de defensa que hace falta alcanzar y "necesitamos el 3,5 % al menos, es lo que creemos y lo que la OTAN cree", declaró Schoof.
En este sentido, el primer ministro belga, Bart De Wever, ha dicho que si Sánchez cree que puede hacer frente a las capacidades militares asignadas por la OTAN con apenas un 2,1 % del PIB español, “un genio y, por supuesto, la genialidad me inspira”.
Evidentemente, el objetivo que se ha marcado la OTAN es muy ambicioso, y supondrá un rearme de gran calibre en un continente marcado por la invasión rusa de Ucrania y su incapacidad de hacer frente por sí misma a dicha agresión.
La posición crítica de España con este 5% ha sido secundada por otros países, aunque más tibiamente. Así, Bélgica y Eslovaquia se han expresado en términos similares a España, pero no se han significado tan abiertamente y han preferido que sea Sánchez el que dé la cara por ellos.
Rutte dijo que no está "preocupado" con la posibilidad de que España haga descarrilar la cumbre, y en un gesto diplomático reconoció que el incremento del gasto planteado es "una decisión difícil", que los políticos deben afrontar "dentro de la escasez" de recursos. Asimismo, ha insistido desde el inicio de la semana en que el acuerdo de alrededor del 5% no incluye una cláusula de excepción, y que los países de la alianza estarán todos comprometidos con el aumento de gastos.
Así se desgrana el 5%
Hay que explicar que, en cualquier caso, el objetivo del 5%, para 2035 es la suma de dos componentes. Por un lado, un 3,5% de gasto militar en sentido estricto (compra de armas, salarios…), que tiene varias prioridades, como la defensa antiaérea, la ciberseguridad, la logística, o los satélites; asimismo, debería permitir incrementar globalmente en un 30% las capacidades militares, quintuplicar el volumen de las defensas antiaéreas y añadir miles de tanques a los arsenales de la Alianza.
Por otro lado está el 1,5% adicional del PIB en seguridad en un sentido amplio, que va a parar a inversiones militares y civiles: control de fronteras o infraestructuras (puertos, aeropuertos, carreteras).
Los objetivos están sujetos a revisión cada cuatro años y cada país recibe los suyos en un documento, y es libre de recurrir a los medios de su elección para cumplir con ellos.
Para alcanzar estos objetivos, la cumbre consta de una única sesión plenaria, de poco menos de tres horas, pensada para que evitar que Trump se vaya si no se llega a un acuerdo o se alarga más de lo previsto, dado su difícil y explosivo carácter.
Trump y el artículo 5 de la OTAN
Para añadir un punto más de tensión a la cumbre, Trump sembró dudas sobre el famoso artículo 5 del tratado constitutivo de la OTAN, relativo a la ayuda recíproca en caso de ataque a un país miembro: "Hay muchas definiciones del artículo 5", dijo durante su viaje desde Estados Unidos a Paíse Bajos.
La respuesta de Rutte no se hizo esperar y replicó afirmando hoy que EEUU "está totalmente comprometido con la OTAN, totalmente comprometido con el artículo 5".