EEUU tramita la venta de hasta 12 cazas F-35B a Singapur por 2.750 millones
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EEUU tramita la venta de hasta 12 cazas F-35B a Singapur por 2.750 millones

Avión de combate F-35B. Foto: Royal Navy
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El Departamento de Estado de Estados Unidos ha dado luz verde a la posible venta de 12 F-35B, la variante capaz de aterrizar verticalmente de este avión de combate de quinta generación, por un valor estimado en 2.750 millones de dólares. El anuncio, realizado por la Agencia de Cooperacion de Seguirdad de Defensa de Estados Unidos (DSCA) el viernes, confirma que Singapur se ha decidido por adquirir definitivamente el F-35, siguiendo el interés en este avión que anteriormente han mostrado Polonia, que avanza en la compra de 32 unidades, y Grecia, que estudia la adquisición de entre 25 y 30 aparatos.

Los tres países se incluyen en la lista de potenciales compradores del caza de quinta generación incluida en un escrito oficial presentado a la Cámara de Representantes estadounidense el pasado 4 de abril. Rumanía y España completan esa lista, aunque de momento ninguno de los dos ha revelado oficialmente planes para hacerse con el F-35 (la Armada española sí ha evidenciado en numerosas ocasiones su interés por estos aparatos, en concreto de la variante F-35B, como la que quiere comprar Singapur).

El número de 12 aviones contemplados en la notificación oficial de la DSCA, para una venta que aún debe ser confirmada, triplica las cuatro unidades que en un principio pretende adquirir Singapur, como recogió Infodefensa.com el pasado marzo. En concreto, la operación que ahora se tramita se ciñe a la compra de cuatro aviones, aunque contempla la opción de acabar adquiriendo otros ocho. De ahí la docena finalmente señalada.

La transacción contempla hasta 13 motores Pratt and Whitney F135 para impulsar los aparatos (incluido uno de repuesto). El paquete completo incluye además sistemas de guerra electrónica, de mando y control, de comunicaciones, inteligencia, navegación e identificación, entre otros, además de distintas piezas de repuesto y otros suministros y servicios relacionados. Todo ello es lo que suma un total de 2.750 millones de dólares, de acuerdo con el cálculo del Departamento de Defensa de Estados Unidos. La cifra equivale a un precio de 229,16 millones de dólares por cada aparato, en una compra que no incluye armamento asociado.

Los contratistas principales señalados son las compañías estadounidenses Lockheed Martin Aeronautics Company, fabricante de los aparatos, y Pratt and Whitney Military Engines, responsable de su propulsión.

Variante de despegue corto

El Joint Strike Fighter (como se bautizó el programa de estos aviones en origen) es una iniciativa liderada por EEUU a la que también se sumaron Gran Bretaña, Italia, Holanda, Australia, Dinamarca, Noruega, Canadá y Turquía, aunque Estados Unidos sacó el año pasado a este último país por su desencuentro en torno a la compra de misiles S-400 rusos por parte de Ankara.

Las tres variantes desarrolladas del avión están diferenciadas por las letras A, B y C. El F-35A, el más ligero y ágil de los tres, está preparado para el despegue y el aterrizaje convencional (CTOL) en pistas habituales. El F-35C es una variante naval preparada para operar en grandes portaaviones, desde donde despega con ayuda de catapultas y aterriza en un corto espacio gracias a su resistente tren de aterrizaje y al gancho trasero con el que atrapa un cable de frenado anclado al buque (Catobar).

Por su parte, la versión F-35B, que es la que quiere Singapur y también ambiciona la Armada española, es la planteada para despegues cortos y aterrizajes verticales (STOVL). En caso de necesidad también es capaz de despegar verticalmente (VTO). Esta variante sustituye a los cazas Harrier, como los que en una versión más antigua que los actuales empleó Gran Bretaña desde portaaeronaves en la Guerra de las Malvinas y que actualmente utiliza España desplegados desde su buque LHD Juan Carlos I.



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