El empleo de Redes Sociales en Operaciones de Información
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El empleo de Redes Sociales en Operaciones de Información

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La explotación de la dimensión psicológica en el contexto de la guerra, es una táctica tan antigua como el conflicto mismo, cuyo objetivo principal es el lograr influir en las actitudes, conductas, emociones y percepciones tanto de la población del país adversario como de sus aliadas con el propósito de apoyar al logro del objetivo bélico. En este sentido, las acciones emprendidas en el contexto de la guerra sicológica, se denominan “Operaciones Psicológicas” (Psyops) y a pesar de su mala propaganda histórica, son por lejos el tipo de acciones observables más extendidas en la conflictividad moderna.

En la postrimería de la globalización de las comunicaciones – pues hasta que no surjan nuevas tecnologías pareciera que se ha alcanzado el pináculo de la interconectividad- la penetración de Internet y el acceso masivo a los dispositivos portátiles, ha consolidado el acercamiento a casi toda la población global, directo al usuario/consumidor final, fenómeno novedoso y que debería tener su correlato en el uso de la denominada “dimensión de la información”.

En términos generales, más allá de la tipología de las Psyops, estas acciones son planificadas y dirigidas en tiempos de crisis o guerra, hacen uso intensivo de los canales comunicacionales, buscando influir en el pensamiento de la sociedad civil y del adversario, apuntando principalmente a factores psico-emocionales como la moral, por medio de tácticas y técnicas en la cual se encuentra la propaganda.

Si antiguamente la propaganda –como técnica de una Psyops- era conducida por medio de panfletos y radiomensajes, en la actualidad estos se han digitalizado y por medio del uso de las plataformas de redes sociales, han logrado mejorar su performance, tanto en impacto (n°de sujetos) como en masificación de contenido, mejorando no sólo timing y precisión, sino también ayudado por las herramientas analíticas, optimizándose los procesos de evaluación de las acciones emprendidas.

En este sentido, es necesario atender lo que ocurre con la plataforma “Twitter”. Recordemos que, bajo la presentación, cada usuario emite “tweets” (onomatopeyas del trinar de un pájaro), siendo libre en producir mensajes de cualquier índole que son liberados a la plataforma, llegando a millones de personas en forma casi instantánea. Estos mensajes generan interacciones con otros de cientos de miles de usuarios, los que pueden replicarlo, responderlo y reaccionar ante este, posicionando contenido con ello, construyendo redes sociales. De esta manera, Twitter es una plataforma de difusión de contenidos – generalmente de carácter público- que contiene líneas de persuasión, temas y símbolos.

En la actualidad, se ha observado el surgimiento del fenómeno de las “fake news”, es decir tweets ideológicamente falsos, que hacen uso de recursos simbólicos para la propagación de un determinado mensaje cuyo objetivo es mayoritariamente político o destinado a generar una versión paralela respecto a un determinado hecho de interés público.  Las fake news, son en sí mismas acciones de propaganda moderna.

En contraparte, también se observa que Twitter adquiere ciertos rasgos de PIO (Public Information Office), particularmente en las cuentas oficiales de autoridades o líderes de opinión que –por medio de su uso intensivo- aspiran a mantener una línea comunicacional clara y dilucidar el efecto de la propaganda/fake news sobre su población objetivo.

Esta doble faz de Twitter, se ha empleado en excelencia durante el desarrollo de la guerra ruso- ucraniana, siendo un ejemplo de ello la expansión del mensaje y las acciones político/diplomáticas de Ucrania por medio de la plataforma Twitter, escritas en inglés y apelando al público occidental. También ha sido posible observar la función de PIO en las cuentas de Twitter de autoridades de Rusia, escritos en su idioma y con uso de símbolos propios de su identidad, o sea apelando al púbico nacional más que a la comunidad internacional. Claramente ambas partes persiguen objetivos estratégicos comunicacionales diferentes, que sirven a su vez a los de sus planes de operaciones en el curso de la guerra y que mueven las agujas de simpatías y fobias en la comunidad en pleno.

Conociendo esto, entonces deberemos asumir que, en el desarrollo de la guerra contemporánea, pero además en el conflicto contemporáneo en general- el uso de las plataformas de redes sociales es un activo estratégico para los fines de las modernas Psyops, que, por lejos, han marcado la evolución de la guerra psicológica desde los panfletos hasta los contenidos digitales, llegando a millares de consciencias y subconscientes a cualquier hora y en cualquier lugar.

Finalmente, la esencia de la guerra psicológica no ha mutado, lo que ha sucedido es que la consolidación del multidominio y las tecnologías, han permitido expandir en tiempo, presencia y precisión, las herramientas para el desarrollo de modernas Psyops, dejando como límite de lo posible aquello que emane de la imaginación de quienes las conducen. 

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