La IV edición de Feindef ha confirmado algo que ya intuíamos: la industria de defensa española se encuentra en un momento de madurez y proyección sin precedentes. Más de 600 expositores, 91 delegaciones internacionales, 44.000 asistentes y una superficie expositiva de 66.000 m² son cifras que hablan por sí solas. Pero más allá de los números, lo verdaderamente relevante ha sido la demostración de capacidades, de innovación y de una voluntad de cooperación que ha inundado nuestros pabellones durante tres intensas jornadas.
Una vez cerrada esta edición, debemos reflexionar sobre lo que este éxito significa para España y para su industria de defensa. Porque Feindef no es solo una feria, es un reflejo del compromiso colectivo por un país más seguro, más autónomo tecnológicamente y mejor preparado para los retos del siglo XXI.
Una industria con músculo
La industria de defensa española es un motor económico de primer orden. Genera empleo cualificado, estimula la I+D+i y fortalece nuestra soberanía tecnológica. Feindef ha vuelto a demostrar que invertir en defensa es también invertir en progreso, pues la transferencia tecnológica entre el ámbito militar y el civil impulsa la innovación y no puede haber seguridad económica sin una base industrial estratégica fuerte.
En este sentido, la salud de nuestra industria de defensa es robusta. España cuenta con grandes empresas punteras que desarrollan tecnologías de vanguardia en ámbitos como la ciberdefensa, los sistemas no tripulados o la inteligencia artificial aplicada. Entre ellas, destacan unas pocas empresas tractoras que desempeñan un papel clave en el fortalecimiento de la base industrial y tecnológica nacional gracias a su capacidad de inversión, desarrollo tecnológico y proyección internacional.
Sin embargo, ha sido inspirador ver cómo este músculo industrial se apoya en una cadena de suministro sólida, dinámica y enraizada en el tejido productivo nacional. Las pequeñas y medianas empresas son protagonistas silenciosas, pero imprescindibles, de esta cadena, pues aportan una especialización, flexibilidad e innovación muy elevados. Cuidar de ellas es cuidar de nuestra soberanía industrial. Por eso, desde Feindef seguiremos trabajando para visibilizarlas en cada edición.
Cooperar es avanzar
Uno de los grandes consensos que se ha consolidado en esta edición es la importancia de la colaboración entre la industria y el Ministerio de Defensa. La coordinación entre ambos ámbitos es fundamental para asegurar que las Fuerzas Armadas dispongan de los medios más adecuados, en el momento preciso y con el respaldo de un tejido nacional confiable.
Además, la cooperación entre nuestras empresas -y su participación activa en programas europeos y multinacionales- es esencial para consolidar una presencia estratégica en los grandes consorcios internacionales. La defensa del futuro será interoperable, multinacional y tecnológica, y España está en una posición privilegiada para ser protagonista de ese proceso.
Mujeres que abren camino
En los últimos años hemos observado un creciente papel de la mujer en un sector tradicionalmente masculino. En esta edición, hemos vuelto a poner de relieve el compromiso con la igualdad y la excelencia profesional, destacando las experiencias y aportaciones de referentes femeninas del sector.
Lo hicimos en el marco del proyecto Mujer, Ingeniería y Defensa, una iniciativa impulsada por la Secretaría de Estado de Defensa, en la que participamos desde la Fundación Feindef, destinada a organizar distintas iniciativas con el objetivo de potenciar, impulsar y dar visibilidad al talento femenino ligado a la ingeniería en la industria de Defensa. Pues no habrá futuro posible sin la presencia de la mujer.
Una mirada hacia adelante
Hoy cerramos una edición histórica, pero ya miramos al futuro. Porque el verdadero éxito de FEINDEF no solo se mide solo en el número de visitantes o de metros cuadrados, sino que también lo hace en la confianza generada, en las puertas abiertas y en los proyectos que empezamos a construir juntos desde ahora. Feindef seguirá siendo ese espacio de encuentro, de colaboración y de ambición colectiva para que España no solo tenga una industria de defensa competitiva, sino también un papel relevante en la configuración del nuevo orden global.
Gracias a todos los que lo han hecho posible. La defensa de hoy construye la paz y la libertad del mañana.