Cuando mis antecesores en las ventanas de opinión de este medio son gente tan importante como Alberto Fabra, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, o Gerardo Sánchez Revenga, presidente de Aesmide, o firmas tan prestigiosas como Cristina Rehberger Bescós, Emilio Pérez de Urigüen, Antonio Fonfría o Carlos Calvo, o almirantes y generales prestigiosos expertos en política, empresas, industria y economía de defensa, y en defensa en general, no me atrevería yo a escribir nada relacionado con cuestiones similares, pero si así lo hago es para darle a todos esos excelentes artículos de opinión un rebaje intelectual con la intención de hacer llegar al gran público algo más “entendible” y más cercano.
Todos son temas complejos, me refiero al conglomerado de política, economía, industria, empresa y organización de la defensa, que si ya es complejo de por sí, más aún lo es a nivel europeo, cuyos organismos desarrollan otro conglomerado burocrático legal que más que facilitar las operaciones de investigación, innovación y desarrollo de proyectos para la defensa, imponen un camino enormemente complejo que muchas empresas, sobre todos las pymes abandonan perdidos en los pliegos administrativos y legales.
La situacional nacional, si bien menos compleja, se está europeizando en el sentido de la complejidad cuando quizás hace poco, todo era más sencillo. Entraré más adelante en ello, pero antes de seguir, me gustaría que el gran público llegara a entender bien el concepto de DEFENSA, concepto que es común a la gran mayoría de los países de nuestro entorno.
El concepto de defensa puede variar según el contexto en el que se utilice, pero en general, se refiere a la acción o conjunto de acciones destinadas a proteger, preservar o resguardar algo o a alguien de un daño, ataque o amenaza.
En el ámbito militar, la defensa es la capacidad de un Estado para proteger su soberanía, territorio e intereses frente a agresiones externas. Se manifiesta a través de las fuerzas armadas, estrategias y políticas de seguridad nacional.
Y he aquí una primera pregunta, ¿realmente interesa al ciudadano proteger su soberanía, territorio e intereses frente a agresiones externas?
Elementos clave de la defensa militar
En un principio la respuesta es fácil, claro que sí, pero pienso que para ello es necesario considerar los elementos claves del concepto de defensa militar, es decir:
Las Fuerzas Armadas, que son el componente principal de la defensa militar, formadas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y del Espacio, y en algunos países, también incluyen otras fuerzas como la guardia nacional o cuerpos especiales.
La doctrina de defensa, que es el conjunto de principios, normas y estrategias que guían la organización y el uso de los medios militares para enfrentar conflictos o disuadir agresiones.
Los sistemas de defensa, que incluyen infraestructuras (bases, puestos de vigilancia, sistemas de radar, etc.), armamento, tecnología, logística, y el marco legal e institucional que regula la defensa nacional.
La Defensa nacional, que incluye la Defensa Civil, concepto amplio que involucra no solo a las fuerzas armadas, sino también a instituciones civiles, la diplomacia y la población, y que incluye también la Defensa territorial, enfocada específicamente en proteger el espacio físico del país.
La Disuasión, cuyo principio fundamental es tener una defensa fuerte que no solo sirva para combatir una agresión, sino también para evitar que ocurra, al mostrar que cualquier ataque tendrá consecuencias.
La Cooperación internacional, en la que, en el mundo moderno, muchos países participan en alianzas (como la OTAN) y tratados de defensa mutua para fortalecer su seguridad colectiva.
Pues, también debería de estar claro que teniendo en cuenta todo esto, sería lógico para un ciudadano medio normal contestar que definitivamente que sí, todos debemos estar protegidos antes agresiones externas, agresiones representadas previamente por los conceptos de riesgos y amenazas, y de aquí la segunda pregunta, ¿es consciente el ciudadano de los riesgos y amenazas que tienen nuestra nación ya como nación soberana, ya como aliada en organismos internacionales?
Seguro que la mayoría conoce algunos de los riesgos y amenazas que nos atañen, pero ¿saben realmente su alcance?
Riesgos y amenazas
En el contexto militar y de defensa nacional, los riesgos y las amenazas son conceptos fundamentales para el análisis estratégico y la formulación de políticas de seguridad. Aunque a menudo se usan como sinónimos, tienen diferencias importantes ya que las amenazas son acciones, actores o situaciones con la intención o capacidad real de causar daño a la seguridad, la soberanía o los intereses nacionales, son amenazas tradicionales: los conflictos armados con otros Estados; las invasiones militares; el terrorismo organizado con objetivos políticos o ideológicos. Y son amenazas no tradicionales: el narcotráfico y el crimen organizado transnacional; los ciberataques a infraestructuras críticas; el terrorismo no estatal (grupos radicales o extremistas), la piratería marítima o aérea; y el bioterrorismo o pandemias intencionadas.
Por su parte los riesgos son posibilidades o probabilidades de que una amenaza se materialice, o de que un evento inesperado genere consecuencias negativas para la seguridad nacional. Son ejemplos de riesgos: la inestabilidad política en países vecinos; los fallos en los sistemas de defensa o ciberseguridad; la vulnerabilidad en las fronteras o en infraestructuras estratégicas; y el cambio climático que provoque escasez de recursos y conflictos.
Una amenaza es un peligro potencial real y activo
Dicho de otra manera, una amenaza es un peligro potencial real y activo, un riesgo es la probabilidad de que ese peligro se concrete, dependiendo del contexto y la preparación del país.
Con todo ello habría que ir a la Estrategia de la Defensa Nacional (EDN) donde en su capítulo cuarto define concreta y explícitamente los riesgos y amenazas a España:
Una lista casi interminable pero realista, riesgos y amenazas que lamentablemente se han ido presentando con mayor o menor intensidad los últimos años, téngase en cuenta que esta es la EDN escrita y en vigor el 2021.
Dicho todo esto, voy a intentar contestar a las preguntas del título desde mi punto de vista de militar retirado y desde mi situación actual de asesor en defensa.
La Defensa es un concepto que atañe a todos los españoles, todos somos Defensa, pero sus actores principales hoy en día son el Ministerio de Defensa que ordena y ejecuta la Política de Defensa definiendo las capacidades necesarias que deben de tener las Fuerzas Armadas para hacer frente a los riesgos y amenazas, estableciendo una clara y concisa política económica y presupuestaria para hacer frente a la obtención ordenada y racional de esas capacidades, estableciendo también una clara y concisa Estrategia de la Industria de Defensa (EID) que pueda afrontar el desarrollo de esas capacidades, y ejecutando los programas y proyectos en forma, lugar y tiempo, y por supuesto, la industria y los organismos académicos civiles y militares necesarios que investigan, innovan y desarrollan las plataformas, sistemas y equipos para tener las capacidades.
Es decir, en román paladino, primero, hay que decir qué capacidades necesitan las FAS para hacer frente a los riesgos y amenazas definidos por orden de prioridades, segundo, hay que conocer claramente de qué presupuestos se disponen, de cuánto dinero contante y sonante contamos para obtenerlas, así de claro, y tercero, hay que saber quién de la industria de defensa nacional o europea lo puede hacer en el tiempo en el cual se va a necesitar esas capacidades.
La defensa, también un concepto supranacional
Pero, hoy en día, la Defensa también es un concepto supranacional que atañe a los países de nuestro entorno con quién hemos firmado integración, derechos, deberes, ya sean instituciones político-económicos como es la UE, o ya sean organismos e instituciones de militares de defensa común como es la OTAN, ellos definen también los riesgos y amenazas globales a las alianzas, y en estos casos, la política de Defensa es común, ya no es cosa de una nación, es cosa de todas las naciones que la componen y que por unanimidad la definen, donde las capacidades se armonizan entre todos los países por unanimidad para hacer frente a los riesgos y amenazas comunes, y donde los presupuestos para hacer frente a la obtención son definidos entre todos y de forma también unánime con el compromiso de obtener las capacidades en tiempo y forma.
Insisto, así de fácil debiera de ser, pero, lo resultante hasta ahora son en muchos casos decepcionantes, con procesos complejos e interminables sin poder saltarse trámites legales administrativos de acuerdos de confidencialidad estrictos, con memorándums de acuerdos infinitos, con tramitación de consorcios sinuosos y también interminables, que llevan en definitiva a procesos sumamente largos que en muchos casos cuando se obtiene la capacidad ya está obsoleta.
En definitiva y como conclusiones, la Defensa es un concepto único, es nacional y compartido con nuestros aliados, pero es necesario agilizar de una forma genérica los procesos de obtención, los dineros con los que hay que contar son también a través de entramados políticos y burocráticos que ralentizan los procesos, la burocracia y la legislación son en muchos casos una muralla difícil de superar pero, creo que es lo más importante, pues son murallas que pudieran ser fácilmente superadas por aquellos que están en las listas de riesgos y amenazas.
Francisco de Paula Romero Garat
Capitán de Navío (ret)
Asesor de Defensa