España se quedará sin ala fija embarcada durante al menos 10 años tras el no del Gobierno al F-35B
EDICIÓN
| INFODRON | INFOESPACIAL | MUNDOMILITAR | TV
Armada >

España se quedará sin ala fija embarcada durante al menos 10 años tras el no del Gobierno al F-35B

El caza estadounidense era la única opción para sustituir al Harrier AV-8B+, que llegará en 2030 al final de su vida operativa
Avión de combate F-35B británico. Foto: Ministerio de Defensa de Reino Unido
F-35B de la Royal Navy británica.
|
Información política y parlamentaria

Aunque en el ámbito militar tenían muy claro desde hace años que la única opción para sustituir a los veteranos Harrier AV-8B+ del ala fija embarcada de la Armada era el F-35B, el caza estadounidense de despegue y aterrizaje vertical, desde el Gobierno nunca se acabó de ver con buenos ojos esta opción y parecía que su mera mención era tabú.

Países como Estados Unidos, Reino Unido, Italia o Japón han adquirido en los últimos años este avión de quinta generación para sus portaaeronaves en cuyas pistas no podían despegar ni aterrizar otros modelos, pero España jamás llegó a materializar su compra y poco a poco empezaron a llegar mensajes que apuntaban a que finalmente ésta nunca se producirá.

Sin ir más lejos, el pasado mes de julio el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Teodoro López Calderón, valoraba en un desayuno las ventajas de este aparato y el escenario futuro de la aviación de caza en España, tras ser preguntado por la posible adquisición del avión por parte de España.

El almirante no se mostró ni a favor ni en contra directamente de la compra del avión de combate estadounidense, pero dejaba caer que si finalmente España no compra el caza de Lockheed Martin, "tendremos que sobrevivir con la cuarta generación que tenemos y esperar algún día la llegada del FCAS". "Lo que pasa es que son muchos años los que tenemos que esperar", remarcó, al tiempo que reconocía que hoy por hoy no hay alternativas al F-35B.

"No quiere decir que nos quedemos sin aviación, solo que no tenemos la tecnología stealth que hoy en día está demostrando una utilidad enorme en algunos de los conflictos que estamos viendo", apuntó, aunque también subrayó que "a largo plazo hay alternativas".

"Definitivamente aparcada"

En este sentido, hoy publica el diario El País que la compra del F-35 para las Fuerzas Armadas españolas "ha quedado definitivamente aparcada, según fuentes gubernamentales", lo que descarta también la opción de adquisición por parte del Ejército del Aire, que se había llegado a barajar para contar con un caza de quinta generación y con el que contarán buena parte de los países europeos de nuestro entorno.

Sí que hubo un momento en que pareció que el acuerdo podía salir adelante, sobre todo cuando en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 se incluyó una primera partida de 6.250 millones para el “avión sustituto del AV-8B y el C-15M 2ª fase”, que no podía ser otro que el F-35, sobre todo en el caso del reemplazo del Harrier.

Además, el Ministerio de Defensa español llegó a formular al fabricante Lockheed Martin una RFI (request for information), un documento formal de petición de información que suele ser el primer paso en un proceso de adquisición aunque no es vinculante. 

Problemas económicos y políticos

Sin embargo, todos esos planes se han ido diluyendo algo en lo que también ha tenido que ver que en el propio Gobierno, sobre todo entre los ministros de Sumar, había bastantes reticencias a un contrato tan cuantioso de armamento con una empresa estadounidense, siendo preferida una opción europea aunque en este caso no hay una opción válida al F-35B.

El problema fundamental de esta situación es que los Harrier AV-8B+ de la Armada y que navegan a bordo del LHD Juan Carlos I, cumplieron hace años su vida operativa y, aunque se ha ido retrasando su jubilación con continúas actualizaciones, no será posible alargarla más allá de 2030, habida cuenta que Italia y Estados Unidos los habrán retirado para entonces y ya no habrá manera de seguir modernizándolos.

Adiós a la Novena Escuadrilla

¿Qué pasará a partir de entonces? Pues que la Novena Escuadrilla, única de caza y ataque de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada, desaparecería y el LHD Juan Carlos I, el portaaeronaves español, solo podría embarcar helicópteros, aunque existe la posibilidad de que pueda embarcar también aeronaves no tripuladas como el Sirtap, después de que el pasado mes de enero Navantia y Airbus Defence and Space firmaran un Memorando de Entendimiento (MoU) para explorar la integración del mencionado sistema aéreo remotamente tripulado en el buque insignia español. Este acuerdo pretende ser el primer paso para garantizar la interoperabilidad de la plataforma Sirtap con el resto de sistemas del LHD, como el sistema de combate SCOMBA.

Sea el Sirtap u otro modelo, estaríamos hablando de drones clase 3, de más de 600 kilos de gran autonomía y gran capacidad de carga. con capacidad al menos de alerta temprana y de guerra antisubmarina. 

Habrá, por tanto, varios años en que España carecerá de ala fija embarcada (al menos tripulada) y perderá su capacidad de proyección estratégica. Queda por ver cuánto tarda en llegar ese segundo portaaviones convencional, cuya construcción se dio a conocer el pasado mes de junio en un acto de Infodefensa y que abriría la puerta a nuevos escenarios. Si España al final adquiere un buque de este tipo dotado con catapultas para el lanzamiento y recuperación de cazas, aparecerían más opciones en el mercado, más allá del F-35, como una posible versión naval del futuro avión de combate europeo (FCAS), aunque su futuro se encuentre en la cuerda floja ante las disputas entre Francia y Alemania por el control del proyecto. 

El nuevo portaaviones, no antes de 2040

Según pudo saber Infodefensa, el nuevo buque podría estar listo en alrededor de 15 años. El proyecto que inicialmente se planteó la Armada de disponer en el futuro con hasta tres buques portaeronaves, del tipo del LHD Juan Carlos I que se encuentra en servicio desde 2010, ha evolucionado hacia un nuevo concepto todavía más ambicioso. Los nuevos planes recogen cambiar la naturaleza prevista para uno de ellos hasta elevarla a la de un portaaviones convencional.

De este modo, España dispondrá de dos grandes buques de asalto anfibio y un portaaviones desde el que operarán aviones de combate de manera convencional, lo que les permitirá un mayor alcance y capacidad de portar armamento, y de los que existen más opciones en el mercado.

Precisamente el hecho de que la industria ofrezca distintas posibilidades alternativas para esta clase de aparatos, como los Rafale M franceses y los F-35C y F/A-18F Super Hornet estadounidenses, por ejemplo, conforma un punto clave para el replanteamiento que ha llevado a la Armada a considerar adquirir un portaaviones puro. 

Entre 25 y 30 aviones

El estudio de viabilidad en el que ya trabaja Navantia planteará la conveniencia de que el futuro buque disponga de sistemas de catapultas y de ayuda al aterrizaje con cables, por ejemplo, además de las necesarias dimensiones para poder acoger y operar con una flota que se estima en entre 25 y 30 aviones de combate tripulados. El futuro portaaviones, en cualquier caso, será mayor que el Juan Carlos I, de 26.000 toneladas y 231 metros de eslora. Las fuentes citan al portaaviones francés Charles de Gaulle, de en torno a 40.000 toneladas y más de 260 metros de eslora, para bosquejar un concepto que todavía tiene que definirse.

El desarrollo de un portaaviones resulta menos complejo que el de una fragata, por ejemplo, por lo que no supone un reto especialmente complicado para Navantia, que está a punto de botar (el próximo septiembre) la primera unidad de las nuevas F-110, en la que los trabajos están resultando especialmente intensos.

Dos buques portaeronaves siempre operativos

Teniendo en cuenta que las fuentes de la Armada señalan que ya no se va a esperar más tiempo para embarcarse en esta iniciativa, de hecho el estudio de viabilidad ya ha comenzado, como se ha explicado, se estima que en unos diez años podrá cortarse el primer acero para arrancar su producción, siempre y cuando el Gobierno acabe autorizando finalmente el proyecto. Si así ocurre, en torno a cinco años después del inicio de los trabajos de construcción, lo que supone, como muy pronto, alrededor de 2040, España podrá contar con su primer portaaviones convencional en su historia.

Sus capacidades se verán completadas con la de los otros dos buques anfibios, de modo que al menos siempre habrá dos disponibles cuando uno de ellos se encuentre en los a veces prolongados procesos de sostenimiento que exigen unos barcos de este tipo, por ejemplo.

El futuro portaaviones en el que se trabaja podrá operar con la versión naval del futuro avión de combate de sexta generación del programa FCAS con la que también Francia espera contar.



Los comentarios deberán atenerse a las normas de participación. Su incumplimiento podrá ser motivo de expulsión.

Recomendamos


Lo más visto