La fragata española Méndez Núñez, integrada en el UK Carrier Strike Group 2025 desde abril, concluyó ayer domingo, 10 de agosto, su destacada participación junto al portaaviones británico HMS Prince of Wales y el resto de navíos de otros países que han formado parte del grupo de combate.
El barco de la Armada ha navegado durante cuatro intensos meses por el Mediterráneo, el Atlántico, el Índico y el Pacífico, antes de iniciar su regreso a España, llegando a países como Singapur o Japón. Tras este periplo, el comandante del grupo de combate del portaaviones, el comodoro británico James Blackmore, grabó un emotivo vídeo dando las gracias al capitán y a la tripulación de la Méndez Núñez.
“Al capitán y a la tripulación del buque español Méndez Núñez:
En nombre de la Royal Navy y del UK Carrier Strike Group, les expreso mi más sincero agradecimiento por su profesionalidad, su cooperación y su camaradería en el mar. Ha sido un privilegio navegar y operar juntos durante la operación Highmast. Nos despedimos como amigos y aliados de confianza. Les deseo buenos vientos y mares favorables hasta que volvamos a encontrarnos.”
Este mensaje, compartido por los canales oficiales del grupo de combate y recogido por Infodefensa, resume el reconocimiento y la gratitud del mando británico hacia la dotación española, destacando el alto grado de colaboración y la hermandad vivida entre ambas armadas durante la operación.
Contexto y recorrido del despliegue internacional
La operación Highmast ha sido uno de los mayores despliegues navales internacionales de 2025. El UK Carrier Strike Group, liderado por el HMS Prince of Wales y el comodoro James Blackmore, partió desde aguas británicas rumbo a una larga travesía que aún se prolongará varias semanas. A lo largo del despliegue, la Méndez Núñez escoltó al portaaviones junto a buques aliados procedentes de Canadá, Noruega, Nueva Zelanda, Japón, Australia, Italia, Francia, Corea del Sur y Estados Unidos.
El grupo recorrió zonas geopolíticamente complejas, como el canal de Suez y el mar Rojo —áreas de alto riesgo por los ataques hutíes—, para finalmente atravesar el océano Índico y participar en maniobras multinacionales como el ejercicio Talisman Sabre en Australia y Papúa Nueva Guinea. La integración española fue especialmente valorada por su interoperabilidad: el comandante de la Méndez Núñez, capitán de fragata Jaime Salvador Muñoz-Delgado Pérez, destacó que estas actividades han permitido alcanzar “en muy poco tiempo, un alto nivel de interoperabilidad”, y subrayó que “en la mar hemos realizado ejercicios de todo tipo, algunos complejos, que han puesto de manifiesto la profesionalidad y camaradería de las dotaciones niponas y españolas”. Además, señaló que la fragata española ha actuado como enlace entre las agrupaciones navales japonesa y británica, que continúan operando de forma conjunta.
Durante la misión, la fragata española realizó ejercicios de entrenamiento conjunto, operaciones de control marítimo y relevos de escolta junto a destructores y portaaviones de Japón y otros países, consolidando vínculos de cooperación en todo el recorrido. La labor de la tripulación fue puesta a prueba en escenarios sin escalas y bajo condiciones de tensión internacional, evidenciando la autonomía tecnológica y el compromiso de España con la paz y seguridad global.
Un despliegue para la historia
La operación Highmast simboliza la capacidad del Reino Unido y sus aliados de proyectar poder en escenarios lejanos y desafiantes. La participación de la Méndez Núñez honra la tradición de la Armada, demostrando flexibilidad, tecnología y valor en acciones conjuntas. Precisamente, la marcha del buque español coincide con el inicio de los ejercicios más relevantes de la región, reforzando la imagen de una fuerza europea colaborando activamente en la paz internacional.
Después de su marcha realizará una escala en Filipinas antes de iniciar su regreso a España bajo mando nacional, durante el cual llevará a cabo actividades de diplomacia de defensa. Su llegada al puerto de Ferrol está prevista para mediados de octubre.
Este despliegue, que ha supuesto un reto logístico y operativo para la dotación, ha servido también como escaparate de las capacidades navales de España y de su compromiso con la seguridad y la cooperación internacional.