El Gobierno de Australia ha adjudicado a Austal Defence Shipbuilding Australia, filial de reciente creación del astillero Austal Limited, la construcción de nuevas lanchas de desembarco para el Ejército en el marco del programa Land 8710. El encargo, valorado en más de 1.000 millones de dólares australianos (unos 560 millones de euros), incluye 18 unidades de tipo medio y ocho de gran tamaño, con entregas previstas hasta 2032.
El contrato se formalizará bajo un Strategic Shipbuilding Agreement (SSA) que designa a Austal Defence Australia como constructor naval estratégico para buques de superficie de segunda categoría (Tier 2) en el puerto de Henderson, Australia Occidental. Este acuerdo, con una duración inicial de hasta 15 años, es parte de la política australiana de construcción naval continua para garantizar una capacidad soberana y una cadena de suministro nacional robusta.
Dos fases de construcción
La primera fase corresponde a la serie Landing Craft Medium (LCM), cuyo contrato definitivo se espera firmar en el primer trimestre del año fiscal 2026. Contempla la fabricación de 18 unidades a lo largo de ocho años, con un presupuesto de entre 1.000 y 1.300 millones de dólares australianos. El último buque será entregado en 2032.
Tras esta etapa, se prevé la ejecución del programa Landing Craft Heavy (LCH), compuesto por ocho buques de diseño Damen LST100. El contrato para esta segunda serie se cerrará, según las previsiones, antes de finalizar 2025.
Capacidad soberana y modelo de contratación
El SSA establece un marco común para la gestión de los programas de buques de superficie de segunda categoría en Australia Occidental, con un modelo de contratación basado en Target Cost Incentive. Este sistema reembolsa los costes permitidos más un margen de beneficio, sujeto a ajustes en función de la eficiencia y los resultados.
Entre sus objetivos figuran la entrega de capacidades en tiempo y forma, el fortalecimiento de la industria naval soberana, el cumplimiento de los plazos y presupuestos, y la implicación de proveedores locales en el diseño, construcción y mantenimiento de los buques.
Garantías para el Gobierno
El Ejecutivo australiano tendrá una “acción soberana” en Austal Defence Australia, lo que le otorga derechos de información y veto, así como la posibilidad de adquirir la filial en caso de rescisión del SSA o cambios significativos en el control de Austal Limited. De ejercerse esa opción, el Gobierno pasaría a controlar la planta de Henderson y su personal productivo para asegurar la continuidad de la construcción naval estratégica.
Declaraciones de Austal
“El acuerdo estratégico es un momento definitorio para Austal. Nos convierte en el constructor naval de referencia del Gobierno en Australia Occidental y refleja nuestro historial y capacidades para contribuir a sus objetivos de defensa”, declaró el consejero delegado de Austal, Paddy Gregg.
Gregg subrayó que el acuerdo permitirá a Australia disponer de un sistema de adquisiciones navales soberano y resiliente. “Aportaremos nuestra experiencia para reducir costes y mejorar el rendimiento de los buques que operarán los hombres y mujeres encargados de proteger nuestras costas”, afirmó.
Lanchas de desembarco de Navantia
Actualmente, la Royal Australian Navy (RAN) opera un conjunto de lanchas de desembarco de la clase LCM-1E, fabricadas por Navantia en España. Estas embarcaciones, conocidas en Australia como LLC (Landing Craft, LLC), fueron adquiridas como parte del programa para dotar a los buques de asalto anfibio clase Canberra —dos landing helicopter dock (LHD) cuyo casco también fue construido por Navantia—. Su función principal es trasladar tropas, vehículos y material logístico desde los LHD hasta zonas costeras carentes de infraestructura portuaria, operando desde distancias superiores a las 20 millas náuticas (37 kilómetros) de la costa.
Con una eslora de 23,3 metros, manga de 6,4 metros y capacidad para operar con hasta 110 toneladas de desplazamiento, cada LCM-1E está equipada con radar de navegación, GPS, sistemas de comunicaciones HF, VHF y UHF, así como propulsión mediante dos motores diésel MAN de 809 kW cada uno y propulsores de chorro de agua. Estas prestaciones permiten alcanzar 22 nudos sin carga y 13,5 nudos a plena carga, con una autonomía de 190 millas náuticas (352 kilómetros). Disponen de rampa de popa para facilitar el embarque y desembarque de vehículos rodados, pudiendo transferir cargas de hasta 12 toneladas entre embarcaciones.