El astillero de Navantia en Ferrol trabaja ya en los preparativos para la botadura de la fragata F-111 Bonifaz para la Armada. Si no hay contratiempos, el buque tocará por primera vez el agua el próximo 11 de septiembre a última hora de la tarde.
El constructor naval colocó hace apenas quince días el bloque final de la fragata. El programa F-110 es la gran apuesta de la Armada para asegurar la superiodad en el combate naval durante las próximas décadas y dar de paso un importante salto tecnológico. Para Navantia, el proyecto busca consolidar a la compañía como un referente en este tipo de buques, tras el éxito dentro y fuera de España de la F-100.
La F-110 integrará sistemas de última generación como el Aegis y el radar SPY‑7(V) en estado sólido. Lockheed Martin y Navantia informaron a principios de 2025 de las primeras pruebas en misiones reales con este radar, que en principio llegará al Centro de Integración de Sistemas en Tierra (CIST) en 2026, como paso previo a su instalación a bordo. La fragata contará además con la versión más moderna del sistema de combate Scomba, desarrollado por Navantia.
La construcción de la Bonifaz, la primera fragata de la serie, comenzó con el corte de chapa en abril de 2022. La quilla fue colocada en agosto de 2023 y la entrega final a la Armada está programada para el segundo trimestre de 2028. Entre su botadura y su puesta en serivicio pasarán en principio algo más de dos años y medio en los que el buque será sometido a todo tipo de pruebas.
El programa F‑110 y su dimensión industrial
El programa echó a andar en marzo de 2019 con una inversión de 4.325 millones de euros. Navantia construirá en Ferrol cinco fragatas de escolta polivalentes, diseñadas para misiones antiaéreas, antisuperficie y antisubmarinas, así como para operaciones de seguridad marítima y apoyo civil. Estas unidades reemplazarán a las veteranas fragatas de la clase Santa María (F‑80), que han cumplido cuatro décadas de servicio en la Armada
Navantia y el Ministerio de Defensa definen esta fragata como una pieza clave para la autonomía tecnológica española, gracias a innovaciones como el gemelo digital y la fábrica digital de bloques, que introducen procesos robotizados, visión artificial y monitorización en tiempo real del mantenimiento. El gemelo digital permite operar remotamente mediante IoT, cloud y machine learning, mejorando la disponibilidad del buque sin necesidad de largas ausencias del litoral naval.
El impacto industrial es significativo: el programa dará respaldo a unas 9.000 personas entre empleo directo e indirecto durante una década y movilizará aproximadamente 500 empresas nacionales. Solo para Navantia implicará cerca de 20 millones de horas de trabajo en cada unidad.