El Boeing 787 para la Presidencia de México no será entregado antes diciembre

El nuevo avión presidencial de México, un Boeing 787-8 Dreamliner, no arribará antes de diciembre próximo pese a que se había previsto que la entrega de la aeronave se iba a realizar en septiembre. Lo sorprendente es que el retraso que no ha sido explicado por ninguna fuente oficial mexicana.

El oscurantismo ha sido la tónica dominante en una situación que ha sido consignada por varios medios de comunicación en México, entre ellos el periódico La Jornada. Es de destacar que ni la Presidencia de México ni la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) se han pronunciado aún de manera oficial al respecto.

Un proceso oscuro desde los inicios

El avión, ya con los colores presidenciales y su matrícula la FAM, llegó por breve tiempo a México en octubre del año pasado, concretamente a la Base Aérea de Santa Lucía, en el estado de México, y lo hizo sin que se explicara su arribo, ya que no se trataba aún de la entrega. Posteriormente la aeronave partió de regreso a Estados Unidos para continuar con su equipamiento, presumiblemente, en cuanto a seguridad de equipos especialmente adaptados para la labor de transporte del mandatario mexicano se refiere.

Aparte, según recordó también La Jornada en su publicación, el proceso de adquisición de la aeronave fue motivo de una investigación y procedimiento administrativo por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al encontrarse presuntas irregularidades administrativas.

Por orden de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Sedena debió documentar cada paso y determinar si funcionarios o dependencias incurrieron en faltas en la compra del avión. En los resultados de la auditoría pública, correspondiente a 2012, el órgano fiscalizador determinó que se debe investigar la conducta de los funcionarios que elaboraron el estudio denominado Adquisición de una aeronave de transporte estratégico para uso presidencial Estado Mayor. En principio, porque no se hallaron los elementos técnicos y económicos suficientes con base en los cuales se eligió la aeronave y se diseñó el plan de inversión.

La ASF llamó la atención en que el proceso para seleccionar el Boeing B-787-8 "fue regularizado", toda vez que "siete meses antes de que se elaborara el estudio para la compra del avión presidencial ya se habían llevado a cabo reuniones con personal de la comandancia de la FAM, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Banobras y del proveedor del avión para adquirir el B-787".

Investigación sin resultados y precio desconocido

Por tanto, la Sedena dio inicio al procedimiento administrativo DE/496/2014SFP para deslindar responsabilidades, aunque hasta el momento no se han dado a conocer los resultados de la indagatoria.

Los medios de comunicación en México han brindado varios precios del nuevo equipo, algunos de hasta 400 millones o 500 millones de dólares; sin embargo, en respuesta oficial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a Proceso.com.mx, de mediados de 2014, precisa una inversión de un poco más de 127 millones, tal como lo informó Infodefensa.com.

Foto: Universidad Aeronáutica de Querétaro