Famae y la tecnología del adiestramiento virtual 1
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Famae y la tecnología del adiestramiento virtual 1

El general Carlos Villalobos y equipo de ingenieros a cargo del proyecto. Foto: Andrea Planas
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Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile (Famae) es una de las empresas de defensa de Chile que más ha apostado por la tecnología y por el desarrollo de productos propios. Ante esa realidad, infodefensa.com ha querido hacer un reportaje sobre su producto más novedoso, su simulador de tiro, para conocer de primera mano el interior del polígono, las personas que lo han desarrollado y los planes de futuro de la empresa. Con este fin, infodefensa.com ha visitado las instalaciones de Famae. El resultado se publicará en un reportaje que, por su extensión, saldrá en dos partes de la que a continuación pueden leer la primera.

Chile cuenta con uno de los polígonos de tiro virtual más modernos del mundo. Un proyecto que nació a partir de la solicitud del Ejército de Chile, quien en conjunto con Famae, desarrollan esta idea como herramienta de entrenamiento de sus soldados.

Para este proyecto, hubo aportes tanto presupuestarias como de trabajo por parte de ambas instituciones, por un lado estuvo el Centro de Investigación y Simulación del Ejército y por otro la Gerencia de Investigación, Innovación y Desarrollo (I2D) de Famae.

El gerente de Investigación, Innovación y Desarrollo (I2D) de Famae, general de brigada Carlos Villalobos, explica que el Ejército requirió el proyecto para armamento menor, que permitiera entrenar al personal que se integra a la fuerza en cuanto al aprendizaje de las técnicas de tiro. Antes de la construcción del polígono de tiro virtual, la forma de entrenar a los solados era con armas cargadas con munición real, por lo que para el correcto desarrollo del proyecto “hubo de alguna manera que consultar a los stakeholders, que son las instituciones relacionadas con el Ejército que tienen que ver con toda la parte doctrina y entrenamiento, como es el Cedoc (Centro de Educación y Doctrina), todo lo que era reglamentación vigente para la preparación de doctrina de los tiradores, hubo que tomar la doctrina del Ejército y llevarla a un tema de simulación”.

El general recuerda que entrenar a los soldados con armas cargadas tiene altos costos asociados, como las municiones, el tiempo, el entrenamiento en sí, al igual que las personas que están a cargo, “en términos de corregir en forma directa lo que estaba ocurriendo con el proceso cuando un soldado inicia su entrenamiento y por primera vez toma un fusil, por primera vez hace sus lecciones de tiro, hay nerviosismo, normalmente también hay falta de conocimiento del uso del arma”. Con todo esto en mente, el objetivo del proyecto partió de la necesidad de ahorrar costos, permitir que el entrenamiento fuera seguro y crear un apoyo para quienes inician su proceso de formación, en términos de procedimiento y técnicas de tiro.

Evidentemente, el polígono virtual no reemplaza lo que es el tiro práctico, está considerado como un paso previo en el cual el proceso se puede repetir tantas veces como sea necesario hasta que el tirador alcanza un nivel que otorgue la certeza de que después puede ir a un polígono de tiro real y conseguir éxito de impacto.

La estimación tanto de Famae como del Ejército es que el tirador cumpla entre 15 y 20 lecciones en el polígono de tiro virtual y que con esto debería estar en condiciones de pasar a la fase de práctica real.

Las solicitudes del EjércitoRack del Polígono de Tiro Virtual y cilindro de CO2

De acuerdo a lo señalado por Villalobos, el Ejército solicitó a Famae preparar al combatiente en el arma que hoy día se está integrando a las fuerzas, que es el fusil Galil ACE 22 calibre 5,56 mm; esto incluye todo lo relacionado con lo virtual, es decir todo el proceso de software y la ingeniería de hardware, “el Ejército hizo especificaciones especiales para su sistema de entrenamiento y para su reglamentación, entonces lo que nosotros hicimos fue tomar esos requerimientos, tomar los ingenieros, comenzar a desarrollar toda la ingeniería de software y en paralelo fue todo el tema de la ingeniería de hardware; esto aproximadamente nos llevó del orden de 18 meses y posteriormente vino toda la parte de calificación que nos tomó prácticamente seis meses más”, de esta forma, el gerente de I2D asegura que esto les permitió garantizar que todos los dispositivos, tanto electrónicos como mecánicos que se desarrollaron, tuvieran una alta confiabilidad, por lo tanto el sistema es seguro.

Los requerimientos del Ejército consistían en que el polígono fuera móvil, inalámbrico, que se pudiera escalar, que fuera modular y que tuviera un soporte nacional

¿Por qué Famae?

Famae nace en 1811 como requerimiento del Congreso Nacional para la construcción y reparación de armas del Ejército Patriota. Luego, en 1924, adquiere personalidad jurídica, lo que le permite fabricar y comercializar maquinaria, artículos y herramientas. Su misión es ser la plataforma industrial más potente del país, a través del mantenimiento de armas, elementos bélicos, producción y abastecimiento, entre otros y de esta forma contribuir a la defensa y desempeñarse como contratista principal.

De esta forma, Villalobos explica que la fabricación de armamento menor de Famae es más rápido en términos de la parte metalmecánica del arma. “Poder perforar un cañón, hacer piezas y componentes, porque técnicamente es en la parte del proceso de fabricación del arma donde nosotros introducimos o diseñamos algunos componentes específicos que se requieren incorporar al fusil y eso nos permite dar soluciones de inmediato, no tenemos que ir a un tercero externo y ahí fabricar un componente, todo lo hacemos aquí en Famae”, asegura Villalobos.

¿Cómo funciona?

De acuerdo a los requerimientos del Ejército, Famae reunió a un grupo de ingenieros para desarrollar el proyecto: Edgardo Urbina, jefe de Proyectos; José Saavedra, jefe Técnico; Boris Peña, ingeniero Electrónico; Juan Pablo Pichón, ingeniero Informático, y Adolfo Vargas, instructor de Tiro.

El proyecto consistió en tomar un fusil real y transformarlo, se le incluyeron los sensores y una carga de CO2 a presión que se encuentra en un estanque. “No se trata de un fusil maqueta, es un fusil real, con el mismo peso, al cual se le insertan ciertos componentes y se le sacan algunos, evidentemente ya no tiene munición real sino que es en el cargador donde se instala el CO2 y permite reproducir aproximadamente en un 65% el efecto de retroceso que hace el fusil al momento del disparo”, asegura Villalobos. En el momento del disparo, el soldado pierde la puntería y debe volver a fijar la mira, porque, a petición del Ejército, el Polígono de Tiro Virtual debe asemejar lo más posible a disparo de un arma real.

Por otro lado, en el polígono se puede programar, entre otras cosas, la distancia del disparo, teniendo la posibilidad de configurarlo a una distancia de entre 50 y 300 metros. “Entonces el polígono califica todo, la técnica, el disparo, la respiración, la presión sobre el disparador, la cantidad de tiros, que no se escape un tiro, entonces hay una serie de pasos que el hombre tiene que cumplir antes de llegar al tiro real y por supuesto que esto tiene que ver también con un ahorro sustancial de munición, con un ahorro desde el punto de vista del mantenimiento propio del arma que es muy importante, entonces esto es prácticamente un ciclo que el Ejército inicia antes de llegar al tiro práctico con un proceso de simulación y eso es lo que hemos hecho”, señala Villalobos.

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