El gobierno de Temer recorta el 44 del presupuesto de Defensa en 2017

Mientras que Brasil continúa atravesando una grave crisis institucional, ocurre la discusión del cambio en la meta fiscal y recorte de gastos en el Gobierno Federal, generando innumerables embates políticos en el Congreso Nacional. Como consecuencia, las Fuerzas Armadas, en los últimos cinco años, vieron su presupuesto sufrir una reducción del 44,5 % acumulados en el período.

A partir de 2012, los recursos discrecionales cayeron de 17.500 millones de reales (5.487 millones de dólares) a 9.700 millones de reales (3.042 millones de dólares), valores no incluyen los gastos obligatorios con alimentación, salarios y salud de los militares. A cada gobierno y sus sucesivos problemas financieros/fiscales, cortar recursos de las Fuerzas Armadas se configura como una solución "de praxis".

Según el comando de las Fuerzas, la contingencia en 2017 ya alcanzó la nada envidiable marca del 40 %. El recurso restante sólo es suficiente para cubrir los gastos hasta septiembre. Si no hay liberación a partir de octubre, la alternativa será reducir expediente y anticipar la baja de los reclutas, entre otras medidas absolutamente vejatorias.

Actualmente, ya hay un movimiento administrativo en el sentido de la sustitución del cuadro de efectivos por temporales para reducir el costo previsional (costeo). Integrantes del Alto Comando del Ejército, Marina y Aeronáutica evalúan que hay un riesgo de "colapso", según recientes declaraciones a la prensa brasileña.

Efecto secuencial

La Dirección de Fiscalización de Productos Controlados (DFPC) del Ejército, responsable de monitorear el uso de explosivos, es una de las unidades duramente golpeadas por los cortes. Uno de los órganos de las Fuerzas Armadas de apoyo al sistema de seguridad pública, la DFPC perdió parte de la capacidad operativa para impedir el acceso a dinamitas por facciones criminales que roban bancos y cajeros automáticos por todo el país.

El Ejército Brasileño confirmó a una revista semanal brasileña, en la última semana, que el contingenciamiento reducirá "drásticamente" la fiscalización del uso de explosivos, abriendo así camino para el aumento de explosiones de los cajeros automáticos.

De hecho, en julio, la Federación Nacional de Bancos (Febraban) fue a la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara, en Brasilia, para pedir mayor combate al crimen organizado. En la actualidad hay 23.000 agencias y 170 mil terminales de autoservicios en Brasil.

En este mes de agosto, pandillas explotaron agencias en Lindoia e Indaiatuba (prósperas ciudades del interior del estado de São Paulo) y en Capelinha (Minas Gerais). En junio, los delincuentes actuaron en Brasilia, con 22 acciones registradas en el Distrito Federal desde finales de 2016.

Acuado tras sucesivas denuncias de corrupción en su Gobierno, Michel Temer dijo estar tomando medidas en relación al contingenciamiento. "Queremos devolver dinero, digamos así, para los diversos sectores de la administración y, en particular, a las Fuerzas Armadas", dijo el presidente.

El Ministerio de Planificación, por medio de su asesoría, afirmó que se "lucha" para resolver los problemas más "graves". "Sin embargo, cualquier ampliación de límites, sin que haya reducción en otros ministerios, depende del aumento del espacio fiscal.

Mar y Aire

Con el 40 % del presupuesto contingentario, la Fuerza Aérea Brasileña piensa suspender los viernes y centralizó actividades en las mega bases aéreas de Anápolis y Natal para adaptarse.

"La FAB ya ha volado 200 mil horas al año en el pasado. En 2017 había una planificación para volar 122 mil horas", informó el brigadier Nivaldo Rossato, comandante de la Aeronáutica, a través de la Agencia Fuerza Aérea. "Las restricciones presupuestarias de todo orden deben reducir esa cantidad a sólo 110 mil horas hasta el final del año."

Con navíos de 35 años de edad media, la Marina de Brasil mantiene a duras penas, en el mar y en las aguas de la cuenca amazónica, embarcaciones consideradas superadas para sus funciones en la mayoría de los casos.

El comandante de la Marina, almirante Eduardo Bacellar Leal Ferreira, declaró públicamente "Se necesitarán al menos 800 millones de reales (251 millones de dólares) más al año para mantener la escuadra, eso necesita ser acertado o nuestra escuadra de superficie va a desaparecer en poco tiempo. Programas estratégicos (lea Prosub) y también para el funcionamiento pleno de nuestras actividades diarias, con reflejos en servicios que afectan directamente a la población, como aquellos relacionados a la seguridad de la navegación".

Los programas de la Marina se están descontinuando, en el reciente reciente abandono de la modernización en la flota de cazas A-4K/A-4KU (AF-1A/AF-1B) Skyhawk del Escuadrón VF-1, o la desmovilización y descarte del portaviones A-11 São Paulo.

Imágenes: Roberto Caiafa/Infodefensa.