El sueño de un ‘Airbus naval’ construido a partir de la fusión de las compañías Naval Group, de Francia, y Fincatieri, de Italia, queda ahora un poco más lejos. La Comisión Europea ha aceptado la solicitud que le han presentado los gobiernos de ambos países para que examine la adquisición propuesta de los astilleros Chantiers de L´Atlantique, conocidos en los últimos tiempos como STX Marine France, por parte de Fincantieri.
La Comisión considera que esta operación sobre el astillero comercial de St-Nazaire, al este de Francia, “podría dañar significativamente la competencia en la construcción naval, sobre todo en el mercado mundial de cruceros”.
El anuncio en 2017 de que Fincantieri iba a adquirir cerca de la mitad de STX France fue acogido entonces por parte de la prensa gala como un paso importante para la creación de un Airbus de la industria naval, en referencia al consorcio aeronáutico europeo.
Posteriormente, con la llegada del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, París optó por hacerse con la propiedad íntegra de la empresa, lo que el Gobierno italiano calificó de “un acto grave e incomprensible” por su carácter de “proteccionismo y nacionalismo inaceptable en las relaciones entre dos grandes países europeos”. La ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti, afirmó hace un año que con el incumplimiento del acuerdo alcanzado para que Fincantieri adquiera buena parte de STX “se pone en riesgo uno de los pilares de la futura defensa europea: la agregación industrial”.
Lo que el Gobierno francés temió, y le llevó a anunciar la nacionalización del astillero, al menos temporalmente, es que, en un momento en que la industria militar naval europea está en retroceso, la adquisición de STX por parte de Italia acabe con buena parte del trabajo potencial que podría desarrollar la compañía en Francia al derivarse al país transalpino. De este modo París, que ya era propietaria de un tercio de la filial del grupo surcoreano, se haría con los dos tercios restantes.
Finalmente se alcanzó un acuerdo por el que el 51 por ciento de la firma de St-Nazaire pasará a manos de Fincantieri, tras la cesión de un 1 por ciento durante 12 años por parte del Estado Francés, que contaba con el 34,34 por ciento de la empresa. El resto continuará en manos de Naval Group.
La venta de STX France, en la que Fincantieri era el único postor, se enmarca en la quiebra del grupo surcoreano STX Offshore and Shipbuilding. Aunque su actividad principal es la construcción de cruceros, estos astilleros ubicados en Francia también son capaces de fabricar grandes buques militares, como hizo al encargarse de la construcción de los portahelicópteros LHD de la clase Mistral y del portaaviones Charles de Gaulle.
Fincantieri y Naval Group han estado más de dos años negociando una posible alianza de sus actividades que el consejero delegado de la firma italiana, Giuseppe Bono, definió en 2016 como un ‘Airbus naval’ en Europa. Bono, en todo caso, se refería a un acuerdo de mucho mayor calado que, tras la posible alianza entre las firmas de Francia e Italia, también apelaba a los otros cuatro grandes astilleros con capacidad de construcción militar del continente: BAE Systems (Reino Unido), ThyssenKrupp Marine (Alemania), Navantia (España) y Damen (Países Bajos).
La esperada unión entre los gigantes de la construcción naval franco-italiana se ha quedado de momento en la creación de una empresa conjunta, como anunciaron ambas compañías en la pasada feria naval militar Euronaval, que tuvo lugar en París a finales de octubre.