Persiguiendo la excelencia: Análisis de madurez en la gestión de la cadena de suministro

(Infodefensa.com) Por Juan Ignacio Mascareñas Alonso (*) – Uno de los grandes retos del sector industrial en general, y del aeroespacial y de defensa en particular, es el de optimizar la cadena de suministro con el objetivo de obtener a lo largo de toda ella, productos que satisfagan los estándares de calidad requeridos por el cliente y los plazos de entrega contractualmente establecidos, lo que llamamos OTD (on time delivery) y OQD (on quality delivery).

En la actualidad, detrás de un programa aeroespacial o de defensa, existe una cadena de suministro extensa y altamente estratificada, que será mayor cuanto más complejo sea éste. Esta fisonomía del tejido industrial deriva automáticamente en un seguimiento y control de los proveedores arduo, que requiere de un alto coste para las compañías, y que en ocasiones resulta ineficaz a pesar de los esfuerzos y recursos destinados a ello. Este déficit, afecta directamente al éxito y cumplimiento de los plazos en los programas y por ende a la satisfacción del cliente.

Durante los últimos años, los fabricantes de equipos originales más destacados (OEM) de la industria aeroespacial y de defensa, adheridos en los distintos organismos nacionales e internacionales competentes para ello, han desarrollado una serie de normas internacionales y programas de certificación, diseñados para mejorar la confianza en todos los niveles de la cadena de suministro. Estos estándares proporcionan un amplio conjunto de requisitos para las organizaciones que diseñan, desarrollan y/o producen dentro del sector.

El esquema ICOP ‘Industry Controlled Other Party’, gestionado en España por TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa Aeronáutica y Espacio), y apoyado en la acreditación ENAC, se convierte en el mecanismo de certificación, con reconocimiento mundial, que persigue garantizar la seguridad, fiabilidad y calidad en todos sus aspectos, entre ellos, el control de proveedores, a través de la certificación acreditada de sistemas de gestión de calidad. Amparados en el esquema ICOP, los participantes del sector se comprometen con la acreditación y certificación con el propósito de mejorar la credibilidad y confianza de los certificados emitidos por los organismos acreditados. De dicho esquema nace la normativa EN 9100 que establece los requisitos en materia de calidad para las organizaciones de aviación, espaciales y de defensa.

Por otra parte, el esquema de certificación PECAL/AQAP serie 2000, cuya autoridad competente en el ámbito nacional y en el de la OTAN, recae en la DGAM (Dirección General de Armamento y Material), quién a su vez delega en el CMDIN (Comité Mixto Defensa-Industria) para gestionar la aplicación del mismo y por tanto desarrollar las líneas generales para la obtención de la certificación PECAL correspondiente, constituye el otro apoyo, junto con el esquema ICOP, en donde se sustenta el compromiso de la industria con la calidad a lo largo de la cadena de suministro.

Son los grandes fabricantes los que, como es lógico,encabezan estos esquemas de certificación. Conocen mejor que nadie los recursos necesarios para evaluar, homologar y hacer un seguimiento continuo por sí mismos de todos los sub-tier que cuelgan de los grandes programas que abanderan. Un certificado de tercera parte, acorde a unos esquemas de certificación sólidamente reglamentados, permite aliviar las actividades de control a proveedores, a la vez que homogeneiza el sector en materia de calidad.

No obstante, y a pesar de todos los esfuerzos destinados a este fin, los resultados no son siempre los esperados.Actualmente, si diferenciamos entre grandes proveedores con ventas por encima de cincuenta millones de euros y pequeños por debajo de esta cifra, podemos observar que dentro del primer grupo todas las organizaciones tienen su sistema de gestión de calidad certificado según requisitos 9100, a la vez que el 60 por ciento de las compañías pertenecientes al segundo grupo también están certificadas. Sin embargo, el 69 por ciento de los grandes proveedores y el 82 por ciento de los más pequeños están por debajo de las expectativas de sus clientes en cuanto a la gestión de la cadena de suministro, es decir, contamos con organizaciones certificadas que no alcanzan las expectativas que la industria pone en ellas.

En este sentido, parece insuficiente tener un esquema de certificación consolidado y unos requisitos normativos bajo los cuales se certifican los sistemas de gestión de calidad de las organizaciones, para alcanzar las metas del sector.

La industria necesita ir más allá, y abordar la cadena de suministro desde un análisis de la madurez real del proveedor en aquellos procesos que intervienen indefectiblemente en el mismo momento en el que éste entra a formar parte del engranaje. Las certificaciones de calidad son indudablemente un primer paso, sólido y muy firme en la búsqueda de la mejora continua y la excelencia, y han de entenderse como el pistoletazo de salida hacia la búsqueda de sistemas organizativos maduros, que sean evaluados en base a metodologías de análisis de procesos como las desarrolladas por las consultorías especializadas, capaces de medir el grado de madurez que un proveedor tiene para desarrollar su actividad dentro de la cadena de suministro.

La industria aeroespacial y de defensa necesita dar una nueva visión estratégica de la función de Acquisition y subir un peldaño más en la mejora de la cadena de suministro.

(*) JUAN IGNACIO MASCAREÑAS ALONSO es Ingeniero Aeronáutico con amplia experiencia en Quality & Supply Chain Management y Head Consultant en QUALITY4i Consulting

Foto: Ginés Soriano / Infodefensa.com

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