Botes lacrimógenos, cascos antidisturbios y máscaras antigás, la Guardia Civil renueva su material antidisturbios

La Guardia Civil renovará el material antidisturbios de sus unidades que intervienen en manifestaciones. La Benemérita, a través de la Jefatura de Asuntos Económicos, ha cerrado recientemente la compra de botes lacrimógenos y de gas, cascos antidisturbios y mascaras antigás por un importe de casi 4,5 millones de euros.

El nuevo material llegará a través de dos contratos. El primero ya está formalizado y contempla el suministro de 38.000 botes lacrimógenos y de humo de la empresa Falken por un importe de 1.742.000 euros. Las entregas se producirán durante el próximo año y medio. Entrando en detalle, la empresa proveerá a la Guardia Civil 36.000 artificios lacrimógenos de lanzamiento por disparo de proyección (ATL) y otros 12.000 artificios fumígenos de lanzamiento por disparo de proyección (ATF). 

La Guardia Civil argumenta que es necesario dotar de “material antidisturbios eficaz” a las unidades que intervienen en “el mantenimiento del orden público en concentraciones de masas, así como la intervención en manifestaciones, reuniones, etc”. También destaca que el contrato permitirá reponer aquellos botes “que pasan a estado de inutilidad por caducidad a los cincos años”.  

El segundo contrato está destinado a la compra de un mínimo de 1590 cascos antidisturbios y máscaras antigás. En este caso, el proveedor será la empresa Uniformidad y Suministros de Protección (USP) que ha ganado el concurso con el casco Schuberth modelo P100N y máscara de gas Avon HM50. El presupuesto es de 2.693.460 euros y el material llegará a las unidades durante los dos próximos años.  

El Instituto Armada recuerda en la memoria justificativa del contrato que entre los equipos que necesitan sus unidades se encuentran “los cascos antidisturbios y máscaras antigás, como medio de autoprotección que se emplea en manifestaciones, reuniones, para la protección de los agentes del Cuerpo frente a lanzamiento de objetos, sustancias peligrosas como ácidos, productos químicos o gases lacrimógenos consiguiendo así una mayor operatividad y efectividad en la realización de los diferentes servicios”.