La vida sigue y la Guardia Civil debe continuar trabajando, ajena a las polémicas políticas, como ocurrió la pasada semana con la anulación de un contrato adjudicado a una empresa israelí para comprar munición para sus pistolas reglamentarias Ramon.
Tal y como expresaron buena parte de las asociaciones profesionales de la Benemérita, este tipo de decisiones pueden poner en peligro el abastecimiento de dicha munición y llegar a interferir en sus labores de seguridad ciudadana o en sus ejercicios regulares de prácticas.
Ahora, justo una semana después del rifirrafe entre el Gobierno y sus socios de Sumar, la Guardia Civil ha licitado a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público un nuevo expediente, a través de la Jefatura de Asuntos Económicos del cuerpo, para el "suministro de diversos tipos de munición eslabonada para uso en diversas Unidades de la Guardia Civil", por un importe de unos 100.000 euros (impuestos incluidos).
Se trata de cartuchos del calibre 5,56x45 mm y 7,62x51 bajo el epígrafe Municiones para armas de fuego y acciones de guerra, que tendrán que llegar a las unidades en un plazo de dos meses "desde el día 1 de mayo de 2025, o desde el día siguiente a la formalización del contrato, si ésta fuera posterior".
Según se puede leer en los pliegos del concurso, "dada la creciente participación de la Guardia Civil en Operaciones de Mantenimiento de la Paz, es necesario disponer de equipos y material compatibles con los que tienen de dotación los componentes de las Fuerzas Armadas con los que realizan esas misiones, por lo que se estima necesario adquirir este tipo de munición tanto para su uso en las distintas zonas de conflicto bélico como para la instrucción del personal especialista de la Guardia Civil, con el objetivo de que alcancen un elevado grado de seguridad y manejo. Este tipo de cartuchos no se compran de forma recurrente, al ser empleados únicamente en este tipo de misiones, por lo que resulta inviable planificar su contratación, siendo necesario dotar de agilidad e inmediatez la adquisición cuando surge la necesidad puntual". "Esta munición es la idónea para ser utilizada con cintas desintegrables, uniendo los cartuchos desde la mitad del casquillo hasta el culote, diseñada para usarse en ametralladoras, alcanzando con éxito las misiones encomendadas".
La Guardia Civil tiene unos 300 agentes desplegados en alrededor de 40 países, la mayoría en países europeos, aunque también los hay en otros puntos de África, América y Asia. Buena parte de ellos trabajan en el marco de la Fuerza de Gendarmería Europea (FGE), también conocida como Eurogendfor, una unidad de reacción rápida.
Las misiones de carácter militar que pueden encomendarse a la Guardia Civil son aquellas que tienen que ver con el planeamiento, la preparación y ejecución de operaciones militares desarrolladas por las Fuerzas Armadas españolas o multinacionales, mediante el desempeño de las funciones de policía militar; vigilancia y defensa militares y aquellas otras que se le atribuyan en el marco de las operaciones militares desarrolladas por fuerzas armadas españolas o multinacionales.
También podrán participar, de forma integrada, en actividades desarrolladas por unidades, centros y organismos militares dependientes del Ministro de Defensa, así como por los órganos judiciales militares y fiscales jurídico militares, mediante el desempeño de las funciones de policía judicial en el ámbito de la jurisdicción militar; enlace, apoyo y coordinación; inteligencia, contrainteligencia y seguridad; enseñanza militar o aquellas otras "de análoga naturaleza que determine el Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Defensa".