Rusia usa el proyecto de Kalashnikov en Venezuela como ejemplo a seguir

Rusia lo tiene muy claro. El futuro de su industria de Defensa pasa por un mayor intercambio con los posibles clientes, ya sea de tecnología, formación o suministros, y en ese contexto el proyecto de Kalashnikov para Venezuela es un ejemplo a seguir. Tanto es así, que el modelo utilizado en este caso será una de las referencias a tener en cuenta en los futuros proyectos bilaterales del gigante euroasíatico.

Kalashnikov construirá dos plantas de fabricación de fusiles AK-103 y munición de 7,62 milímetros en Venezuela, concretamente en las instalaciones industriales de la empresa estatal Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), que según el contrato firmado por rusos y venezolanos será la operadora y propietaria de las dos factorías.

El modelo de colaboración parece, en principio, beneficioso para ambas partes, si bien las obras de construcción han sufrido varios parones y retrasos,. No osbtante,el equipamiento interior parece listo para ponerse en funcionamiento en cuanto haya dónde instalarlo.

En declaraciones a la agencia Sputnik , el embajador ruso en Caracas, Vladímir Zaemski, aseguró que, pese a los retrasos sufridos, todo sigue su curso. "La fabricación en el territorio de Venezuela de fusiles AK-103 y cartuchos de 7,62 milímetros con licencia rusa es uno de los proyectos emblemáticos de la cooperación bilateral", afirmó.

El embajador explicó que todos los contratiempos que se registraron en la resolución de los contratos "tienen que ver únicamente con las obras de construcción". Zaemski reconoció que "durante la ejecución de estos contratos, surgieron dificultades que obligaron a suspender la construcción de las plantas".

Zaemski no entró a relatar cuáles fueron los contratiempos que retrasaron las obras, pero sí hizo hincapié en que la corporación estatal exportadora rusa de armamento, Rosoboronexport, nunca se había enfrentado a proyectos de tal dimensión.

Respecto al equipamiento, Zaemski explicó que, "en lo que se refiere a las instalaciones tecnológicas, ya están preparadas para la producción y su mayor parte se encuentra en Venezuela”.

Al ser preguntado por la importancia de este programa para Rusia, el embajador aseguró que "la fabricación en el territorio de Venezuela de fusiles AK-103 y cartuchos de 7,62 milímetros con licencia rusa es uno de los proyectos emblemáticos de la cooperación bilateral".

Proyectos militares bilaterales

Por otra parte, Zaemski aseguró que los acuerdos vigentes de cooperación técnico-militar “reflejan la prioridad de intereses de ambos Estados” y "están dirigidos a garantizar las capacidades de defensa de Venezuela y a luchar contra el tráfico de drogas”.

También puntualizó que los contratos que se han suscrito con Venezuela en materia de suministros de equipos militares y servicios correspondientes se aprobaron cumpliendo las disposiciones legales venezolanas y se corresponden a las normas internacionales. Por lo tanto, a juicio del embajador Zaemski, la situación política actual en Venezuela "no provoca dudas sobre las perspectivas de cumplimiento de los acuerdos logrados".

El caso de las plantas

En 2006 el Gobierno de Venezuela contrató con Rosoboronexport la instalación de las plantas para producir fusiles de asalto Kalashnikov AK-103 y la munición 7,62x39 mm. Inicialmente se dio como fecha de apertura de la producción en 2009, lo cual no sucedió. Posteriormente, se dieron tras fechas más, que tampoco se cumplieron.

En 2014 se suspendió la construcción de las plantas, ante lo cual se abrió una investigación penal en Rusia que reveló que, entre el 12 de febrero de 2010 y el 1 de junio de 2011, fueron sustraídos ilegalmente más de 1.000 millones de rublos (15 millones de dólares) por parte, presuntamente, del contratista original ruso.

Finalmente, el pasado mes de abril, subdirector general del Servicio Federal de Cooperación Técnica Militar de Rusia, Anatoli Punchuk, anunció, como publicó Infodefensa.com, que en ese mes se reinició la construcción de las plantas, las cuales estaban “completadas en un 70%”, y que “la ingeniería está a cargo ahora del equipo de la empresa Kislorodmontaz”. Ambas plantas están siendo construidas en las instalaciones de Cavim en Maracay, estado Aragua.

El fusil de asalto AK-103 de 7,62×39 mm, pesa 3,6 kilos con el cargador vacío con capacidad para 30 cartuchos y tiene una cadencia de tiro de 600 disparos por minuto. En 2005, la Fuerza Armada Nacional de Venezuela adquirió 100.000 AK-103 para reemplazar al mítico FN FAL de 7,62x51 como fusil de asalto reglamentario de los cuatro componentes militares (Ejército, Armada, Aviación Militar y Guardia Nacional).

Foto: Agencia Venezolana de Noticias