Los veteranos carros de combate estadounidenses M1 Abrams tendrán entre sus versiones mejoradas unidades capaces de operar drones aéreos y terrestres en el campo de batalla y vehículos robóticos capaces de despejar zanjas antitanques y eliminar obstáculos en general. La nueva variante M1A2 SEPv3 adelanta alguna de las capacidades de esta plataforma que lo diferencian de lo que ha sido hasta ahora. Se trata de un carro dotado de protecciones blindadas mejoradas y una nueva generación de sistemas informáticos y de mando y control, mejores sensores infrarrojos para identificar objetivos a mayor alcance y unidades de energía auxiliares móviles integradas.
Estas mejoras se recogen en un artículo de la revista bimensual estadounidense The National Interest firmado por Kris Osborn, ex experto del Pentágono en el departamento de Adquisiciones, Logística y Tecnología en el que se pone especial acento en “algunas formas interesantes en las que la tecnología, las redes y los sistemas no tripulados están expandiendo sus posibles aplicaciones de combate y, por lo tanto, multiplicando su impacto en la guerra”, referido al contexto de los carros de combate.
Nuevas tácticas
Tras repasar algunas de las mejoras de la nueva variante SEPv3 del Abrams, el autor apunta que este modelo “está cada vez más capacitado para asumir un alcance de misión mucho más amplio, en parte para adaptarse a los tipos de entornos de amenazas cambiantes que probablemente enfrentaría en un compromiso futuro anticipado”. Lo que esto significa, entre otras cosas, añade, “es que los Abrams v3 y v4 están siendo diseñados para realizar tanto operaciones de combate de carros de combate tradicionales como una esfera completamente nueva de tácticas de guerra necesarias”.
“Entre muchas cosas, algunas de las nuevas dimensiones pertenecen a la expansión masiva, estratégica y táctica en curso de los sistemas no tripulados, la conectividad aire-tierra multidominio y formaciones de maniobras de guerra mucho mejor interconectadas y, por lo tanto, dispersas”, explica.
En este contexto, los desarrolladores de armas de Abrams están diseñando e integrando una nueva generación de capacidades técnicas que permitirán a los tanques v3 y v4 “operar, y posiblemente incluso enviar, drones aéreos y terrestres para transportar municiones, probar las defensas enemigas, contrarrestar obstáculos y contramedidas enemigas y vigilar áreas de alto riesgo bajo fuego enemigo”.
De hecho, la tecnología de redes más segura y la llegada de una nueva flota de drones y robots cada vez más autónomos y semiautónomos, proporciona gran parte de la inspiración por la que el Ejército está diseñando una nueva clase de vehículos más livianos, en referencia al programa Potencia de Fuego Protegido Móvil (MPF, por sus siglas en inglés).
Adquiridos por Marruecos
El futuro papel de los carros de combate en el campo de batalla, claves para eliminar al enemigo en el combate y reducir la necesidad de convoyes de camiones y personal de apoyo, según el autor, puede ser una de las razones por las que el Ejército estadounidense ha otorgado recientemente un nuevo contrato a la compañía General Dynamics Land Systems para entregar una gran cantidad de tanques Abrams mejorados.
De momento la señalada versión SEPv3 es la configuración más avanzada de los Abrams estadounidenses. Según distintos medios internacionales, esta variante también prestará servicio en Marruecos. Estados Unidos autorizó en 2012 la exportación de en torno a 220 carros de combate Abrams M1A1 para el Ejército marroquí por algo más de 1.000 millones de dólares (890 millones de euros). Seis años después, en noviembre de 2018, las autoridades norteamericanas aprobaron la modernización de 162 de estos carros por unos 1.260 millones de dólares (1.100 millones de euros).
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