Reflexiones sobre la nueva posición de España en EADS
EDICIÓN
| INFODRON | INFOESPACIAL | MUNDOMILITAR | TV
Firma invitada >

Reflexiones sobre la nueva posición de España en EADS

|

(Infodefensa.com) Por José A. Fernández Demaría – El pasado día 5 el grupo EADS anunció que su estructura accionarial ha sido revisada. De todos es conocido cómo Alemania y Francia han establecido su participación en el 12 % y España en el 4 % y, lo que es más importante, que el capital que puede cotizar en bolsa pasa del 40 al 70 %, con una limitación, en cualquier caso, del 15% para un único accionista.

Durante semanas se había seguido con expectación la posible fusión con la británica BAE Systems y las previsiones de desinversión privada tanto de Daimler como de Lagardére pero, finalmente, la lógica de la tradicional división de la industria aeroespacial europea se ha impuesto, y es que la unión de la misma solo ha funcionado aceptablemente cuando se ha tratado de la participación en consorcios para programas de diseño, desarrollo y producción concretos y, aun así, no siempre exenta de dificultades.

Esta reestructuración accionarial tiene consecuencias de varios tipos, pero podemos reflexionar sobre dos de ellas.

1. El valor económico y tecnológico del grupo.

EADS continúa siendo un grupo de gran valor. Su cotización en bolsa, tras descender drásticamente en el inicio de la crisis económica (período 2007 y 2008), se ha mantenido al alza o estable, apoyada en sus buenos resultados anuales, que no han hecho más que mejorar desde 2008, y todo ello a pesar de la continuidad de la crisis económica hasta nuestros días o la disminución de pedidos en Cassidian, que fueron especialmente compensados por los resultados de Airbus y Eurocopter.

Tecnológicamente, EADS representa la punta de lanza de la industria aeroespacial europea en los ámbitos civil y militar, incluyendo el espacio, área en la que se sitúa como la tercera del mundo. Además, EADS participa en otras empresas relacionadas con la defensa y la tecnología aeroespacial, como MBDA, cuyos sistemas de misiles dotan a nuestros ejércitos con las más avanzadas armas aire-aire, aire-superficie y superficie-aire, o como Dassault Aviation, con la que a través de EADS-CASA se participa en el desarrollo del primer UCAV europeo, áreas ambas (misiles y aviones no tripulados) de interés estratégico tanto en el campo tecnológico como de defensa.

España debería, por tanto, seguir invirtiendo y formando parte de EADS con el peso específico que corresponde a nuestra ambición, como país, de pertenecer y formar parte del tejido industrial más avanzado en el conjunto de Europa. España necesita no solo su economía de servicios, construcción o del sector primario, sino que también necesita mantener, desarrollar y ampliar su tejido industrial en tecnología avanzada en territorio propio y (mediante participación) en el territorio europeo.

La reducción al 4% de participación accionarial es aceptable y nos sigue manteniendo en una situación relevante (comparativamente con el 5,44% anterior). Supone una desinversión de alrededor de 350 millones de euros, patrimonio que, aun en muy pequeña parte, compensará las maltrechas cuentas del tesoro. Lo importante, no obstante, es lograr mantener, y si es posible ampliar, el volumen de negocio y

los cerca de once mil empleos que EADS proporciona en nuestro país en las comunidades de Madrid, Andalucía y Castilla-la Mancha, y hacerlo, no solamente desde la fuerza de una posición de propietario e interés político, sino también desde la fuerza de la competitividad.

Y todo ello me lleva a la segunda reflexión.

2. La preocupación por mantener una posición capaz de defender nuestros intereses estratégicos en el campo de industria aeroespacial.

EADS ha aprovechado la restructuración accionarial y el aumento del número de participantes independientes para modernizar su gobierno corporativo. Vivimos en un mundo en el que la competencia lo abarca todo y es esencial para sobrevivir; competencia por obtener recursos, influencia y capacidad de decisión, pero competencia también en lo profesional, en la capacidad de los recursos humanos de las empresas y por ende de sus elementos directivos y órganos de decisión. Por ello, para un propietario (accionista) de la empresa como es España (SEPI), la noticia de que se adopta un mejor gobierno corporativo, que aplique los mejores procedimientos y procesos internos, solo debería ser motivo de satisfacción.

En su comunicado oficial, EADS explica:

“Con este acuerdo se trata de normalizar y simplificar el gobierno corporativo de EADS, asegurando al mismo tiempo una estructura accionarial que permita que Francia, Alemania y España protejan sus legítimos intereses estratégicos”.

Pero ¿cómo se defienden los intereses estratégicos industriales y de defensa desde un 4% de participación?

Con independencia de la capacidad de influencia que se obtenga en el gobierno de la misma, lo primero que hay que asegurar es estabilidad y fiabilidad. Esto es común a los aspectos que consideraría cualquier empresa que pretendiera invertir, establecer o mantener centros de producción en un país. Es una función política, de los gobernantes y de la oposición. Esta necesidad de estabilidad es aún más importante cuando se trata de empresas que fabrican y mantienen elementos esenciales de los sistemas de defensa de un conjunto de países que no querrían ver peligrar dicha fabricación y mantenimiento, pues afecta a su seguridad.

La productividad y competencia de los trabajadores es el segundo de los aspectos. Muchos son los factores que se emplean para medir la productividad, pero es el recurso humano sobre el que más se puede influir, ya que los medios de producción serán siempre consecuencia directa de la inversión de capital de la propia empresa. El capital humano ha de tratar de alcanzar la excelencia, tener la ambición diaria de hacerlo cada vez mejor, y la empresa ha de esforzarse en mejorar y retener a dicho recurso. Este aspecto se desliga más que el anterior de la responsabilidad política y depende en gran medida de la propia empresa y su capacidad de formación y retención, así como de la responsabilidad de los trabajadores y sus representantes.

¿Qué más puede hacer entonces el Estado para mantener el nivel de influencia y por ende asegurar que es en territorio español donde se continua manteniendo o incluso ampliando parte de la capacidad de EADS? Evidentemente manteniendo la inversión en los programas que, por otra parte, son necesarios para nuestra capacidad militar.

Pero la influencia no se obtiene solamente con inversión, también se obtiene disponiendo de profesionales capaces de obtener un puesto directivo no por “cuota de participación” sino por su capacidad profesional y de responder a la confianza internacional de los diferentes propietarios de EADS.

En otro campo y nivel, pero relacionado directamente con la influencia final, está la necesidad de disponer de profesionales cuya capacidad les permita competir por puestos, al máximo nivel posible, en los órganos de dirección de los programas. Es necesario disponer de profesionales de la industria y de las Fuerzas Armadas (como clientes que son) en los órganos de dirección y gobierno de los programas en los que participa España y esto es algo que nunca hemos llegado a alcanzar de forma óptima en las agencias OTAN u OCCAR. Salvo excepciones, el recurso humano de las Fuerzas Armadas, en su capacidad de alta dirección, no se ha explotado ni conservado al nivel que se debería haber hecho, primando otros aspectos de igualitarismo a la hora de tratar de promocionar a personal con la experiencia y capacidad profesional adecuada para tener éxito en los procesos de selección para dichos puestos y eso es algo en lo que deberíamos mejorar.

El portavoz de EADS que anunció la restructuración apuntaba:

“No habrá, pues, con carácter obligatorio ningún consejero en representación de España, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, aunque 'eso no quiere decir que no haya españoles', puesto que hay una regla que dicta que al menos dos tercios del consejo debe estar formado por europeos”.

Para estar entre esos europeos España debe ofrecer capacidad profesional y generar confianza.

(1) José A. Fernández Demaría es General de Brigada del Ejército del Aire actualmente en la reserva y fue jefe de la División de Planes Estratégicos y Política (SPP) del Mando Aliado para la Transformación, subdirector de Programas del MALOG del E.A. y jefe de la División de Logística del Programa Eurofighter en la Agencia NETMA.



Los comentarios deberán atenerse a las normas de participación. Su incumplimiento podrá ser motivo de expulsión.

Recomendamos


Lo más visto