En la fase final de un vuelo de entrenamiento, el avión de instrucción primaria Alarus CH-2000 de matrícula FAP-497 se precipitó a una calle del distrito de Surco, Lima, muy cerca de la Base aérea Las Palmas. Ver video del accidente. El incidente se produjo a aproximadamente las 11:20 horas, tiempo local, del 4 de febrero.
A bordo de la aeronave, los pilotos, capitán FAP Julio César Pinedo Centurión y capitán FAP Juan Carlos Valdivia Rodríguez, resultaron levemente heridos. El impacto de la aeronave fue parcialmente amortiguado por los cables de tendido aéreo que existen en la zona y un poste, probablemente de manera intencional para evitar lastimar a algún transeúnte.
El CH-2000, de denominación local Antarqui, ha causado daños en algunos vehículos (camioneta y motocicleta) particulares estacionados en la cuadra número 6 de la calle Surco, del mismo nombre del distrito. Ningún civil resultó afectado.
Las causas del accidente están siendo investigadas por una Junta de Investigación de Accidentes de la FAP, que tienen un plazo máximo de 30 días.
La aeronave FAP-497 es una de tres CH-2000 Antarqui que fueron entregadas por el Seman Perú SAC a la Fuerza Aérea del Perú en los primeros días de diciembre pasado, tras haber sido ensamblada por la empresa aeronáutica local. La aeronave fue entregada tras las correspondientes pruebas en tierra y vuelos de validación.
Las otras dos aeronaves CH-2000 entregadas en diciembre tienen las matrículas FAP-448 y FAP-499. Según reportó Infodefensa, el fabricante original de estas aeronaves, la empresa canadiense Zenair Ltd indica que los CH-2000 tienen una cabina fabricada en base a fibra de carbono, la cual, en todo caso, y a pesar de las desafortunadas circunstancias, ha demostrado en Lima su gran resistencia.
La FAP tiene proyectado la incorporación de un lote de 18 aviones CH-2000 como parte de sus procedimientos de inducción de nuevos pilotos al parque aéreo militar de la institución.
La caída de la nueva aeronave se atribuye preliminarmente a un supuesto desperfecto técnico y a la habilidad de la tripulación le corresponde el mérito de haber hecho lo humanamente posible por no causar daños mayores a la población civil.