Tal día como hoy, 30 de octubre, pero de 1340, el ejército aliado de Castilla y Portugal se dirigió a Cádiz para combatir contra las tropas benimerines en un enfrentamiento conocido a día de hoy como la batalla del Salado. La contienda finalizó con victoria para los aliados.
Las huestes de Castilla y Portugal se encontraron en Sevilla para dirigirse hacia Tarifa. Antes de llegar ante las tropas enemigas, se decidió que las tropas castellanas mandadas por Alfonso XI de Castilla se enfrentaran al contingente del rey Abu Al-Hassan Alí mientras que las de Alfonso IV de Portugal lidiaban con las de rey de Granada Yusuf I.
La caballería castellana cruzó el río Salado, lugar en el que se encontraban sus enemigos, y allí comenzó el enfrentamiento. Este primer asalto de los jinetes no pudo ser detenido por los benimerines, por lo que Alfonso XI aprovechó para avanzar con el resto de sus tropas, que lograron una victoria rápida. Los portugueses tuvieron más problemas que sus aliados en su lucha contra las tropas granadinas, pero finalmente también consiguieron abrir una brecha en sus filas y obtuvieron la victoria.
Tras el triunfo, los ejércitos vencedores se hicieron con un importante botín en la ciudad y regresaron con estas riquezas a Sevilla. Por su parte, el rey Alfonso IV de Portugal se ganó durante la contienda el apodo de "El bravo" con el que sería conocido posteriormente.