El Grupo de Combate Expedicionario Dédalo de la Armada ha iniciado su segundo despliegue del año 2025, esta vez en un escenario geográfico que abarca tanto el Atlántico como el Mediterráneo. A lo largo de los meses de junio y julio, su misión principal será reforzar la presencia española en las actividades de disuasión y defensa colectiva de la OTAN, además de perfeccionar la interoperabilidad con las armadas aliadas que operan en estas aguas estratégicas.
Bajo el nombre de Dédalo 25, esta agrupación naval constituye una auténtica fuerza de proyección de poder naval sobre tierra. Está integrada por plataformas anfibias tipo LHD y LPD con una unidad embarcada de Infantería de Marina de entidad batallón reforzado, un buque de apoyo logístico para operaciones prolongadas y una fragata de la clase F-100. La capacidad aérea del grupo queda garantizada por la presencia de aeronaves de ala fija y helicópteros embarcados, que complementan la operatividad de todo el conjunto.
Durante las primeras jornadas del despliegue, el Grupo de Combate ha llevado a cabo una serie de actividades conjuntas con unidades del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire y del Espacio. Una de las acciones destacadas ha sido la colaboración en el adiestramiento de pilotos del Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma VI,) con base en Los Rodeos (Tenerife). Estos pilotos, pertenecientes al Ejército de Tierra, realizaron tomas y despegues a bordo del buque Juan Carlos I con helicópteros AB212, recientemente transferidos desde la Armada.
En paralelo, se han ejecutado operaciones coordinadas con cazas F-18 del Ala 46 del Ejército del Aire y del Espacio, desplegados en la base aérea de Gando (Las Palmas). Estas maniobras incluyeron tácticas aéreas integradas entre los F-18 y los aviones Harrier AV8B+ de la Armada, así como la intervención de un helicóptero Super Puma del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), también desde Gando, que reforzó la dimensión conjunta de las actividades.
Otra de las actuaciones relevantes ha sido la cooperación con un avión de patrulla marítima portugués, en una operación orientada a mejorar la vigilancia y el conocimiento del entorno marítimo, ampliando así la coordinación con fuerzas aliadas en el marco de seguridad marítima.
Entre las siguientes fases del despliegue se incluyen ejercicios aire-aire, maniobras de interdicción aérea y desembarcos anfibios junto a unidades francesas en la isla de Córcega. También se contempla la realización de prácticas con fuego real en áreas de entrenamiento en Croacia y Rumanía, que permitirán mejorar aún más los niveles de interoperabilidad y cohesión operativa con otras marinas pertenecientes a la OTAN.
Capacidades del Grupo Dédalo 25-2
Con una preparación multidominio, el Grupo de Combate Dédalo 25-2 está diseñado para actuar eficazmente en entornos marítimos, aeroespaciales, terrestres y cibernéticos. A ello contribuye su dotación tecnológica avanzada y su completa gama de capacidades militares, las cuales son compatibles con los procedimientos y medios de otras fuerzas armadas nacionales y de países aliados.
El despliegue se prolongará hasta el 7 de julio, tras una ruta que ha llevado a la agrupación naval a cruzar el estrecho de Gibraltar y operar en zonas clave del Atlántico y del Mediterráneo. La estructura de la fuerza se articula alrededor del buque insignia Juan Carlos I, acompañado por el buque de asalto anfibio Galicia, la fragata Blas de Lezo, el buque de aprovisionamiento en combate Cantabria, una Unidad Aérea Embarcada y un Batallón Reforzado de Desembarco.
Estos despliegues constituyen una prueba tangible de la capacidad de la Armada Española para asumir el liderazgo en operaciones expedicionarias desde la mar, así como para integrarse de forma eficaz en misiones multinacionales. El Grupo Dédalo representa, en este contexto, un instrumento clave para proyectar fuerza, reforzar la credibilidad disuasoria de la OTAN y consolidar el papel de España como aliado comprometido y activo dentro de la Alianza Atlántica.