(Infodefensa.com) Madrid Los últimos cinco grandes programas de modernización de la Armada española han supuesto contratos en el exterior por un valor de 4.100 millones de euros y han proporcionado una carga de trabajo a los astilleros de Navantia de 35 millones de horas.
En una información aportada a los periodistas especializados en Defensa durante un encuentro en el Cuartel General de la Armada se señala que es muy difícil cuantificar los beneficios tecnológicos obtenidos por los programas del BAC Cantabria, el LHD Juan Carlos I, la F-100, los submarinos S-80 y la primera serie de BAM. Sin embargo, sí son medibles los contratos con el exterior de productos altamente sofisticados.
Esto significa que España se ha colocado en primera línea en la construcción naval militar y que nuestra industria es capaz de competir y ganar midiéndose con otros países de primer orden, señaló el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Manuel Rebollo, durante el encuentro.
En cuanto a los planes marcados, desde la Armada se señala que es prioritaria la renovación de helicópteros, que está prevista acometer este año estableciendo un periodo transitorio que se estima en unos diez años, hasta la llegada de los nuevos NH-90 navalizados.
La importancia de la seguridad marítima
Durante el encuentro con los periodistas, el AJEMA alertó de que los mares son cada vez menos seguros porque se han incrementado extraordinariamente las actividades ilegales en ellos y, por este motivo, es fundamental transmitir el mensaje de que la seguridad marítima es crucial para un país como España.
En este sentido, el almirante Rebollo señaló que la Armada no está haciendo más con menos porque no sería posible, sino que ha concentrado la preparación y, por tanto, los recursos en aquellos buques o unidades de Infantería de Marina que van a ser próximamente desplegados en operaciones.
A esta medida, a la que se ha llamado adiestramiento adecuado a la misión, se han unido otras, como navegar menos o compartir recursos entre diferentes mandos, que están permitiendo a la Armada soportar la crisis económica sin deteriores irreversibles en las unidades y respetando siempre la máxima de que cualquier medida restrictiva nunca debe rebajar la seguridad del personal en las operaciones.
Respecto al personal, el AJEMA señaló que los problemas de captación de marineros que hubo en los primeros años de la década pasada se han atenuado bastante, en gran medida debido a la crisis económica, pero también porque se ha echado imaginación y dinero. Por ejemplo, se ha invertido en mejorar la habitabilidad a bordo de los barcos y construir residencias para marineros y soldados en las bases, aunque los recortes presupuestarios han retrasado algunos de estos programas, reconoció el almirante.
En el área de organización, Rebollo indicó que la Armada está inmersa en un proceso de transformación permanente que afecta tanto a la Fuerza como al Apoyo de la Fuerza.