Eurofighter apela al sentimiento europeo en el concurso belga

La firma Eurofighter quiere imponerse al Rafale francés y el F-35 estadounidense en el futuro contrato de 34 aviones de combate para Bélgica con la baza del europeísmo. Los principales representantes de las tres compañías que integran el consorcio, Airbus, la británica BAE Systems y la italiana Leonardo, suscriben una carta conjunta enviada a las autoridades del país el pasado jueves en la que argumentan por qué consideran “que Eurofighter es la mejor solución para Bélgica”.

La misiva está firmada por el consejero delegado de Airbus Defence and & Space, Dirk Hoke; el responsable de aviación militar de BAE Systems, Chris Boardman, y el vicepresidente de Leonardo, Maurizio de Mitri. En ella exponen que el avión de combate Eurofighter, es “la única solución europea, y la única solución que aborda todos los intereses militares y de seguridad esenciales de Bélgica, y en la que se fomentan relaciones militares y militares más estrechas entre las comunidades de usuarios de Europa”.

El texto recuerda que el del “Eurofighter es el programa de colaboración de defensa más grande de Europa”. Su desarrollo, apunta, es fruto de “una larga y rica historia de colaboración entre socios europeos, es la encarnación misma de un programa que continúa entregando la seguridad militar, industrial y tecnológica que describimos en toda Europa”. Se trata de un avión “100% diseñado, fabricado y ensamblado en toda Europa” en el que, en caso de ser el elegido, “cada euro invertido en Eurofighter por Bélgica se mantendrá dentro de la economía europea”.

Según los altos directivos de las tres socias de, “nuestro consorcio Eurofighter ya genera en Bélgica un valor estimado de 600 millones de euros cada año”. En total respalda a dos centenares de empresas del país y a 6.000 empleados distribuidos “en todas las regiones”. En este contexto, añade, “tenemos la intención de crecer esto”.

Un contrato de 15.000 millones

El Gobierno belga anunció en febrero de 2016 su plan para comprar 34 nuevos aviones en un programa valorado en 15.000 millones de euros si se incluye todo su ciclo de vida. Teniendo en cuenta únicamente el coste de compra de los aparatos, el desembolso estimado es de 3.750 millones de euros, algo más de 110 millones por unidad. Entre los candidatos para hacerse con el proyecto, como informó entonces Infodefensa.com, se estimaron a las compañías norteamericanas Lockheed Martin, que opta con su F-35A Lightning II, y Boeing, fabricante del F/A-18E/F Super Hornet; la francesa Dassault Aviation, que ofreció el Rafale; la sueca Saab, con el JAS-39E/F Gripen, y Eurofighter, desarrollador de la aeronave del mismo nombre y que está financiada por Reino Unido, Alemania, Italia y España.

Finalmente, la lista de candidatos se ha reducido a Eurofighter, Rafale y F-35. El calendario del programa pasaba por dar a conocer su resultado a mediados de este ejercicio, pero el pasado junio quedó pospuesto unos meses para dar tiempo a evaluar las posibilidades reales del Rafale, que Bélgica ha admitido no haber estimado hasta ahora con el necesario detenimiento, e incluso para contemplar la opción de alargar la vida de los actuales F-16.