Sin grandes resultados en Defensa en la cumbre del Consejo Europeo

El Consejo Europeo de finales de junio ha estado marcado por los ataques yihadistas en Lion, Túnez, Kuwait y Somalia, que han dejado decenas de muertos. Sin embargo las deliberaciones del Consejo se han centrado en buscar la enésima solución a la difícil situación de Grecia. En materia de seguridad y defensa el único resultado es el encargo a la Alta Representante para que revise y plantee una nueva Estrategia Europea de Seguridad para junio de 2016. Sin duda una necesidad relevante pero a la que nuevamente concedemos una prórroga.

La mayoría de los analistas no esperaban grandes resultados de la cumbre en un momento en el que la mayoría de los países de la Unión afrontan una difícil situación interna con opiniones públicas reacias a intervenciones en el exterior y unos recursos escasos que hay que dedicar a otras políticas que pueden resultar más populares.

La declaración de los Ministros de Defensa de la OTAN, es curiosamente lo más destacable en torno a la cumbre en la que participó como invitado su Secretario General y que se produce, como indica el comunicado, a medio camino entre las cumbres de Gales y Varsovia.

Los ministros de la OTAN hacen un acertado diagnóstico de las amenazas que enfrenta Europa: Rusia por el este y la inestabilidad producida por el islamismo radical en el sur. Para hacerlas frente se hace un repaso a la evolución de las acciones tomadas en cuanto a los mecanismos de reacción tanto en cuanto a estructura de mandos como a las acciones tomadas en torno a las Fuerzas de Alta Disponibilidad (VJTF). Precisamente en este aspecto la posición española es muy importante puesto que lidera la Brigada VJTF a partir del 1 de enero de 2016.

Los ministros de la OTAN parecen encontrarse más “cómodos” al hablar de la amenaza planteada por la actitud rusa, ante la que cabe preguntarse si su solución puede encontrarse por medios militares o muestras de un poder cuya capacidad de disuasión es dudosa. Sin especificarlo claramente, parecen llamar a la Unión Europea para hacer frente a las amenazas híbridas.

La lectura del comunicado ministerial permite deducir que la prioridad de la Alianza seguirá centrándose en las amenazas de tipo convencional. Una prioridad que tiene el reflejo más claro en determinadas decisiones del Pentágono de las últimas semanas. La Unión Europea deberá asumir un mayor protagonismo frente al resto.

Evidentemente, y como bien apunta el comunicado de la OTAN, para afrontar cualquier tipo de amenazas se necesita instruir, equipar y mantener las fuerzas militares para que puedan estar en un nivel de disponibilidad adecuado. Eso significa inversiones en adiestramiento, nuevos materiales y sostenimiento de los equipos en servicio en unos niveles que permitan mantener unos mínimos que garanticen poder disponer de los recursos necesarios para afrontar las amenazas. Lo que a su vez implica un mayor esfuerzo en términos económicos y el desarrollo de una industria que pueda proporcionar los medios necesarios con oportunidad y garantías. Dos factores que podían haberse discutido en el Consejo Europeo y que dependen de la voluntad política y social de los países de forma individual, tanto como de la de la propia Unión.