(Infodefensa.com) Madrid - Por dos veces el Ministerio de Defensa ha fijado públicamente calendarios sobre uno de los principales programas de futuro de las Fuerzas Armadas, el nuevo vehículo blindado 8x8. Y por dos veces, los ha incumplido sin dar muchas explicaciones. Según el primer anuncio, hecho en agosto de 2009, cuando se solicitó información a las empresas interesadas en el nuevo Vehículo Blindado de Ruedas (VBR), se afirmó que para enero de 2010 debería haberse elegido ya los vehículos finalistas y solicitado precio vinculante para poder firmar el contrato en junio. Demasiado optimismo. Pasó el tiempo y cuando era obvio que sería imposible cumplirlo, Defensa prometió un segundo calendario. En febrero, se anunció que como máximo en la primera semana de marzo, el Consejo de Ministros aprobaría el techo de gasto y una actualización del cronograma. Nueva fecha llegada y pasada sin más noticias.
Y ahora la incógnita: ¿Dónde estamos? ¿Cuál va a ser de verdad el horizonte temporal del VBR? ¿Será realista pensar en una lista corta para septiembre? ¿Habrá tiempo para firmar el contrato este año o se deslizará hasta 2011?
El Programa VBR se lanzó con la promesa de trasparencia y competencia internacional y ante lo que parecía una imperiosa necesidad de sustituir cuando antes a los anticuados BMR. Un modelo para futuras contrataciones, se dijo. Sin favoritos marcados ni condicionamientos preconcebidos. Hasta el extremo de colocar para dominio público en la página de Internet de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio la RFI -por cierto, ahora difícilmente localizable -. Sin embargo, con el paso del tiempo, parece que estas ideas iniciales se han ido difuminando. Nunca se informó oficialmente de las empresas que habían contestado, por ejemplo, ni cuantas fueron visitadas por la comisión oficial del 8x8, o de los resultados de estos informes exploratorios. Quizá por ello, las certezas son cada vez menores y la información más materia prima de conciliábulos y reuniones a puerta cerrada. Lo que sí sabemos es que el Presupuesto del Estado para 2010 no contempla oficialmente ni un programa llamado VBR ni dinero asignado al 8x8. En pura ortodoxia, hasta podríamos dudar de que exista realmente aunque al parecer tenga ya incluso un director de programa.
Portavoces de la cartera que dirige Carme Chacón, quien hasta ahora ha mantenido una exquisita distancia pública y un delicado segundo plano en relación con este programa, reiteran la importancia del mismo y el total compromiso ministerial con la seguridad de los miembros de las Fuerzas Armadas y, en especial con aquellos desplegados en zonas de riesgo (Afganistán o Líbano, por ejemplo). La mala pata ha hecho coincidir las vacas flacas con la necesidad de sustituir al BMR pero, no nos llevemos a engaño, retrasar la decisión seguro que no es la solución adecuada. La llegada de los LMV Lince y RG-31 ha permitido que se empiecen a retirar los BMR pero, como recuerdan los mandos militares, tampoco es la solución ni a corto ni a largo plazo.
Para liar las cosas más, hay quienes ven con preocupación las implicaciones que esta dilación de los calendarios del 8x8 puede tener, teniendo en cuenta las citas electorales próximas, por no hablar de una posible cambio de Gobierno. Bueno será, acaso, recordar que, por principio, la Política de Defensa debería contar siempre con el consenso político de los principales partidos. No caigamos en la tentación fácil de pensar que la culpa es del otro. Si se mantiene la transparencia, se logrará con certeza un respaldo significativo a la decisión final, sea cual sea, ahuyentando fantasmas y oscuros intereses. Seguro que si se explica bien, los españoles comprenderán y apoyarán que España necesita un nuevo 8x8 antes que después. Nadie debería salir beneficiado por no explicar o acumular retrasos.
Ágora