Lugo destituyó a toda la cúpula militar ante rumores golpistas

05/11/2009 (Infodefensa.com) Asunción - El presidente paraguayo, Fernando Lugo, destituyó de manera fulminante a toda la cúpula militar, desde el comandante de las Fuerzas Armadas hasta los comandantes del Ejército, Armada y la Fuerza Aérea después de que denunciará que, supuestamente, un sector de la milicia estaría dispuesto a apoyar un golpe de estado en su contrata. Este es el tercero cambio que ordena Lugo desde su asunción el 15 de agosto de 2008.

Lugo relevó al comandante de las Fuerzas Militares, el contraalmirante Cíbar Benítez, con lo que completó la remodelación de toda la cúpula militar que comenzó hace dos días. Cíbar será reemplazado por el general de brigada Juan Óscar Velázquez en un acto que se realizará esta tarde, según un comunicado de la Dirección de Comunicación Social de las Fuerzas Militares.

Lugo estaba previsto que pasara a retiro el próximo mes de diciembre.

Velázquez cedió la Comandancia del Ejército al general de brigada Bartolomé Pineda, mientras asumieron sus puestos los nuevos comandantes de la Fuerza Aérea y de la Armada, el general Hugo Aranda y el contraalmirante Edberto Orué.

Lugo ordenó la remodelación veinticuatro horas después de desmentir la existencia de planes contra el proceso democrático, aunque reconoció que puede haber "pequeños bolsones (grupos)" de militares que podrían "ser utilizados por la clase política".

"Yo les puedo asegurar, como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, que institucionalmente no existe ningún peligro de golpe de Estado, por los menos promovido por el estamento militar", afirmó en rueda de prensa.

Orden general

A través de la Orden General Número 188, el gobernante, en su calidad de Comandante en Jefe de las FFAA, destituyo del cargo a los comandantes de la Fuerza Aérea, general Darío Dávalos Núñez; de la Armada, contralmirante Claudelino Recalde Alonso, y del Ejército, general Juan Oscar Velásquez Castillo.

En su lugar, Lugo nombró de forma interina al general Hugo Gilberto Aranda Chamorro, al contralmirante Egberto Emérito Orue Venegas, y general Bartolomé Ramón Pineda Ortiz, respectivamente.

Los nuevos comandantes tomaran posesión de mando en sus respectivas unidades en presencia del comandante de las Fuerzas Militares, Cibar Benítez, quien también abandonará su rango y será reemplazado por el general Velázquez Castillo.

La decisión del presidente Lugo fue tomada poco antes de que asistiera a un acto donde los Estados Unidos entregaron una millonaria cooperación, consistentes en equipamiento a las Fuerzas Armadas Paraguaya para la lucha contra el terrorismo.

De acuerdo con fuentes no oficiales citadas por la prensa local, Lugo decidió cambiar la cúpula militar por temor a las fuertes que aseguran que presuntamente algunos oficiales de alto rango estarían dispuestos a acompañar a algunos sectores políticos de la oposición y del Partido Liberal Radical Autentico para derrocar al gobernante y que asuma en su reemplazo el vicepresidente Federico Franco.

Las fuentes señalaron que los cambios también afectarán a los diversos comandantes de los regimientos y de las grandes unidades de las Fuerzas Armadas, que tienen sus reparticiones en distintos puntos del país.

Otros cambios

El primer cambio de la cúpula militar se concreto con la salida el año pasado del general Bernardino Soto Estigarribia, de la titularidad de las Fuerzas Militares y de los titulares de las tres armas. Después hubo cambios del comandante de la Armada y del Ejército a raíz del polémico uso del cuartel para un evento político de jóvenes izquierdistas.

Al parecer el distanciamiento entre Lugo y Cíbar se produjo a consecuencia de un fuerte enfrentamiento verbal ocurrido entre ambos con motivo de una reunión por sorpresa convocada en la sede del Comando en Jefe con toda la cúpula castrense y a la que asistió el ministro del Interior, Rafael Filizzola, acompañado de su jefe de Inteligencia, José Amarilla. Sin embargo, el comandante de las Fuerzas Militares no le permitió la entrada a Amarilla, molesto porque éste al parecer estaría realizando escuchas telefónicas, sin haber informado al servicio de inteligencia de las Fuerzas Armadas ni a la Policía.

Lugo, como comandante en Jefe, llamó a Benítez y lo increpo por dicha actitud en otra habitación. Amarilla negó que haya ido a dicha reunión.