Consorcios
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Permítanme ejemplos con apellidos ficticios, que puedan servir para iluminar sobre consorcios:

Imagínense un gran consorcio nacional que pudiera hacer frente en igualdad de condiciones al potente mercado internacional de plataformas navales completas, un consorcio que sea la unión de un prime líder constructor naval nacional como pudiera ser MARANTIA, con empresas armamentísticas, como INPAL, MMS, IM&I, TRIGARDO Hispania, con empresas de sensores y de telecomunicaciones y mando y control nacionales como ANDRA, MOVIFÓNICA, TECNOBYTE, IM&I, etc, y con empresas auxiliares de todo tipo.

U otro gran consorcio nacional para sistemas terrestres completos que pueda desarrollar plataformas terrestres de cualquier tipo, con una “prime” plataformista líder como pudiera ser SANTA TEMERARIA, TOROVESA u otro, con sistemas de armas, de mando y control, de comunicaciones y sensores, etc, nacionales de ANDRA, INPAL, MMS, OSTALAZA, SIAMMO, IM&I, TECNOBYTE, MOVIFÓNICA, etc, y con empresas auxiliares nacionales de todo tipo.

O un gran consorcio aéreo nacional, que desarrolle plataformas aéreas completas, con un prime plataformista como AIRTROLE, con empresas que desarrollen las telecomunicaciones, mando y control y armamento de las aeronaves como ANDRA, MOVIFÓNICA, TECNOBYTE, MMS, IM&I, SIAMMO, etc y empresas auxiliares nacionales de todo tipo.

¿No creen que además de consorcios, grandes consorcios, estaríamos hablando de consorcios ganadores capaces de competir a nivel mundial? Esta es para mí la clave del éxito nacional, defendiendo la Marca España y creando una verdadera y duradera Base Tecnológica Industrial de la Defensa Nacional. Como todos conocemos, un Consorcio es una asociación de empresas o entidades con intereses comunes para participar conjuntamente en un proyecto o negocio importante.

En la Unión Europea las cosas consorciales están esencialmente claras. El Plan de Acción para la Defensa Europea, European Defense Action Plan (EDAP), insta a los países miembros de la UE, a la formación de consorcios trasfronterizos para conseguir un gasto más eficiente, diría que racional, en capacidades de defensa, para fortalecer la seguridad europea a través de una base tecnológica innovadora e industrial, y para garantizar una defensa común. El Plan estará apoyado en subvenciones y ayudas, los Fondos Europeos de Defensa, European Defense Funds (EDF), en base a un reglamento para poder solicitarlas, los proyectos estarán fundamentados en el Plan de Desarrollo de Capacidades, Capability Develpoment Plan (CDP), redactado por la Agencia Europea de la Defensa (EDA), y se redactarán específicamente en Programas de Trabajo, Work Programm (WP), que es de donde se definirán los condicionantes que deben de tener cada una de las propuestas a través de diferentes Call for Proposals que pueden o no incluir topics más específicos.

Dice el Reglamento que estos consorcios deberán estar formados por al menos tres empresas/entidades europeas independientes, de al menos tres países diferentes. Es oportuno señalar que, hasta este mismo momento, los consorcios presentados a los programas experimentales PADR y EDIDP, y los previstos para el EDF, están formados por muchos más de ese mínimo de países y por muchos más del mínimo de empresas. Son grandes, en algunos casos enormes, consorcios transfronterizos que cumplen con los objetivos claros del EDAP y que, seguro que llegarán a formar lo que realmente se pretende, una Base Tecnológica Industrial de la Defensa Europea.

También es oportuno señalar aquí en relación a consorcios y las posibilidades de participación terceros países no pertenecientes a la UE ni a estados asociados, que, según el Reglamento, “todas y cada una de las empresas beneficiarias y los subcontratistas participantes en una acción estarán establecidos en la Unión o en un país asociado. Esto quiere decir que las infraestructuras, las instalaciones, los activos y los recursos de los beneficiarios y subcontratistas participantes en una acción que se empleen para los fines de una acción apoyada por el Fondo estarán situados en el territorio de un Estado miembro o de un país asociado durante toda la duración de la acción, y sus estructuras de dirección ejecutiva estarán establecidas en la Unión o en un país asociado, que a efectos de una acción apoyada por el Fondo, los beneficiarios y subcontratistas participantes en una acción no estarán sujetos al control de un tercer país no asociado ni de una entidad de un tercer país no asociado, pero que, como excepción, una entidad jurídica establecida en la Unión o en un país asociado y controlada por un tercer país no asociado o una entidad de un tercer país no asociado será admisible como beneficiaria o subcontratista participante en una acción solo si se ponen a disposición de la Comisión garantías aprobadas por el Estado miembro o el país asociado en el que esté establecida con arreglo a los procedimientos nacionales.”

Hasta aquí la política europea en relación a la consecución de una verdadera Base Tecnológica Industrial de la Defensa Europea fundamentada en la formación de consorcios transfronterizos de los países miembros de la UE y sus asociados.

Pero, ¿y en España, hay políticas similares?

En España no hay definida una política nacional similar, no hay definido un Plan de Acción de la Defensa Nacional, tampoco existe un programa presupuestario similar a los EDF, por lo tanto, no hay reglamentación, y en definitiva no hay programas de trabajo determinados ni por supuesto, una programación sobre futuros propuestas de proyectos. Sí existe en cambio, un detallado Planeamiento de la Defensa, una definición de Objetivos de Capacidades Militares en consonancia con la UE y la OTAN, y un Proceso de Obtención de Recursos que está supeditado a los presupuestos y fondos disponibles, pero sin un plan definido de gasto a corto, medio y largo plazo.

Con todo ello, en consecuencia, no hay una política definida con respecto a la conformación de consorcios nacionales que sirvan para reforzar la Base Tecnológica Industrial de la Defensa Nacional, solo en su momento hubo una declaración de intenciones del actual Digam cuando tras su toma de posesión instó a las empresas de la Industria de Defensa a 'consorciarse', a trabajar en equipo, a fortalecer la base tecnológica con consorcios fuertes y tecnológicamente avanzados.

España tiene industrias de defensa nacionales punteras de todos los niveles, son primes, midcaps, pymes e incluso micro empresas, start up, pero ya sean grandes, medianas o pequeñas, individualmente todas resultan pequeñas y débiles para competir en el mercado internacional ante otras grandes nacionales e internacionales.

De esta forma, y ya desde hace algunos años, algunas han optado por asociarse a grandes empresas multinacionales, pero con el inconveniente de la dependencia tecnológica y de la exclusividad de la propiedad intelectual e industrial foránea. Otros luchan por entrar en un mundo copado y dominado por las grandes, individualmente, a través de acuerdos de cooperación, joint ventures, UTEs, como socios tecnológicos o a través de otras formas de cooperación.

No ha habido acuerdos de cooperación consorcial propiamente dichos, aunque sí acuerdos contados similares para objetivos concretos, a través de sociedades anónimas ad-hoc para un objetivo específico, es el caso de la creación de Tess inicialmente dirigida a llevar a cabo el programa VCR 8x8, o el caso de SMS, donde se firma un acuerdo de colaboración para una iniciativa concreta, el buscar soluciones nacionales para sistemas de misiles y armas guiadas.

Hay otros casos claros de cooperación entre empresas, pero nunca formando consorcios, SAES y Navantia, GDELS Santa Bárbara con SAPA, TSD con EM&E, EM&E con Ferri, etc. Volvamos al principio y pensemos en lo que este autor defiende, el consorcio, el gran consorcio, grandes consorcios nacionales.

Imagínense un consorcio formado por un plataformista, terrestre naval o aéreo, empresas armamentísticas de grandes, medios y pequeños calibres, empresas armamentísticas de misiles AS, SA, SS, empresas de telecomunicaciones, software y mando y control, empresas de sensores de detección, etc, etc…y de todo esto, hay mucho y bueno en nuestro país, en este sentido, es cierto que la unión hace la fuerza. Pónganle apellidos reales a estas empresas y podrán imaginar el fundamento de esa fortaleza que sí estará en igualdad de condiciones de competir con otras grandes multinacionales.




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