​España diseña con sigilo y cautela el segundo envío de armas a Ucrania

España ha efectuado entre el sábado y domingo un segundo envío de armamento con destino a Ucrania. La operación ha sido gestionada con gran sigilo y cautela por el Ministerio de Defensa. La prioridad en este punto de la guerra en Ucrania es no dar pistas al Ejército ruso sobre el material facilitado a las autoridades de Kiev y, lo que es también muy importante, proteger al máximo a los militares españoles desplegados en la misión.

El cargamento de armas se ha trasladado en dos vuelos; uno salió el sábado por la mañana y otro el domingo, también por la mañana. Desde el ministerio que dirige Margarita Robles no se ha facilitado el trayecto de los aviones españoles que han transportado el material y tampoco se ha informado sobre el armamento entregado. “Este fin de semana se han realizado dos vuelos con el mismo tipo de material”, apuntaron ayer domingo en un escueto mensaje desde el departamento de Comunicación del ministerio.

Ya la semana pasada, la ministra de Defensa declaró en una comparecencia en el Congreso que toca extremar las medidas de seguridad y dar la información justa para intentar evitar que Rusia detecte los convoyes con material. “No puedo dar más datos para que el lado contrario los utilice”, resaltó, tras ser preguntada por nuevos envíos de armas.

Desde la OTAN se ha transmitido en los últimos días a los países aliados que están entregando armamento a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa que no hay que ser tan “transparentes”. Por su parte, Rusia ya ha comenzado a atacar instalaciones militares ucranianas muy próximas a la frontera con Polonia, por donde ha entrado hasta ahora el material facilitado por los países de la Alianza Atlántica. Uno de los últimos ataques se ha producido a escasos 25 km de la frontera polaca.

España facilitó a Ucrania en un primer envío de armamento 1.370 lanzagranadas contracarro C90, ametralladoras ligeras -un número indeterminado-, y 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras. Este material, reunido por el Ejército de Tierra, fue trasladado hasta Polonia entre el 4 y 5 de marzo en cuatro vuelos de aviones A400M del Ejército del Aire.

Antes, el 27 de febrero, el Ministerio de Defensa proporcionó material de protección y sanitario en otro envío. En concreto, 20 toneladas de equipos de protección individual (5.000 cascos de combate, más chalecos antifragmentos y trajes de protección NBQ) que también fueron trasladadas en aviones A400M.

La gran pregunta en estos momentos es si España ha dado un paso más en sus envíos y ha incluido, además de lanzagranadas anticarro y armamento ligero, misiles antiaéreos, un material que está resultando decisivo en desigual guerra entre rusos y ucranianos y que ya ha acabado con varios helicópteros y aeronaves rusas.

Los ataques rusos a las ciudades del oeste de Ucrania, que hasta el momento se habían escapado de los bombardeos más intensos, han encendido todas las alarmas en la OTAN, que ve como crece exponencialmente el riesgo de un “incidente” en territorio aliado. Algo que colocaría a Estados Unidos y al resto de socios ante el dilema de responder y desencadenar una escalada bélica impredecible.