​Cartagena relanza el proyecto para exponer y convertir en museo el submarino Tonina de la Armada

El Ayuntamiento de Cartagena trabaja desde hace unos meses en un proyecto para exponer el submarino Tonina S-62, en servicio en la Armada española entre 1973 y 2005, que también incluye tareas de mantenimiento para su musealización.

El pleno del consistorio municipal aprobó esta semana una propuesta, con el respaldo de todos los grupos que lo componen, para continuar los contactos entre administraciones en torno a esta iniciativa, que implica al ayuntamiento, la Armada, Navantia, la Autoridad Portuaria y el Gobierno regional.

Las diferentes entidades están buscando una fórmula de colaboración público privada para abordar este proyecto desde el punto de vista técnico y asegurar la financiación. Los presupuestos de la Región de Murcia recogen una primera partida de 500.000 euros para afrontar los primeros gastos de un proyecto valorado en alrededor de cuatro millones

Plaza de la Marina Española

El Tonina está fuera del agua, en seco, desde hace 17 años en el astillero de Navantia en Cartagena. Después de casi dos décadas, el submarino necesita un profundo reacondicionamiento tanto por dentro como por fuera antes de exponerlo. La operación más compleja será el traslado desde las instalaciones de Navantia hasta el emplazamiento final.

El Ayuntamiento de Cartagena ya tiene la elegido el lugar donde estaría el sumergible. La alcaldesa, Noelia Arroyo, apunta que “la intención de todas las instituciones que trabajamos en su musealización es exponer el Tonina sobre la plaza de la Marina española, entre la sala de Isaac Peral y el Museo Naval”. También hay que llevar a cabo obras en la plaza, sobre todo, de cimentación, para instalar el submarino con un peso de 600 toneladas de forma segura.

Este proyecto no es del todo nuevo. La propuesta para convertir el sumergible en museo surgió hace unos años, pero al final no ha terminado de salir adelante por la falta de financiación.

Submarino Tonina

El submarino Tonina S-62 es el segundo de la clase Delfín, de diseño francés, construida por la Empresa Nacional Bazán, hoy Navantia, en el astillero de Cartagena. El buque entró en servicio en 1973 y finalizó su vida operativa en 2005. A lo largo de sus más de 30 años en servicio, recorrió unas 200.000 millas naúticas y más de 31.000 horas de inmersión.