La Haya, una ciudad patas arriba y blindada para proteger a Trump y al resto de jefes de Estado de la OTAN
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La Haya, una ciudad patas arriba y blindada para proteger a Trump y al resto de jefes de Estado de la OTAN

La cumbre de la Alianza Atlántica ha obligado a cortar 60 kilómetros de carreteras y el World Forum donde se celebra está totalmente blindado
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Información política y parlamentaria

La Haya es, durante los días que dura la cumbre de la OTAN, una ciudad completamente blindada, llena de calles cortadas, altas y robustas vallas (más de cinco kilómetros) que rodean el recinto del World Forum, controles policiales por todas partes… En la autopista que une el aeropuerto de Schipol, en Ámsterdam, con La Haya, buena parte de los accesos y salidas están cortados, así como la mayoría de las áreas de servicio, con camiones militares atravesados en mitad de la carretera. En total, unos 60 kilómetros de carretera están parcial o totalmente bloqueados.

Autopista de La Haya con carriles cortadas
Autopista de La Haya con carriles cortados. Firma: Ayuntamiento de La Haya

El ronroneo de los helicópteros nos acompaña a lo largo del trayecto que une ambas ciudades y las patrullas policiales en una y otra dirección son constantes. En la ciudad se respira un clima de excepcionalidad: calles cortadas, rutas peatonales que dirigen hacia el World Forum en que se celebra la cumbre, operarios con chalecos amarillos por todas partes convertidos en guardianes de la fortaleza, soldados armados hasta los dientes que no te quitan ojo y policía, mucha policía.

Sin embargo, nada parece alterar a estos neerlandeses que siguen moviéndose en bicicleta bajo la lluvia como si nada pasase a su alrededor.

Vallas en la ciudad de La Haya
Vallas en la ciudad de La Haya. Firma: Ayuntamiento de La Haya

Una vez pasado el primer filtro, el centro de acreditación de prensa y atravesar unos cuantos controles más, con reconocimiento facial incluido, unos carritos (eléctricos, como no podía ser de otra forma) salvan la distancia que separa el “muro” perimetral del recinto del centro de prensa, un aparcamiento subterráneo convertido en un gran espacio con cientos de periodistas de medio mundo trabajando al tiempo en todos los idiomas imaginables.

La operación Escudo Naranja, en cifras

Las autoridades neerlandesas han bautizado como Operación Escudo Naranja las tareas para convertir a la capital gubernamental del país en una ciudad ultrasegura para sus visitantes, y todo ello con la seguridad del presidente estadounidense Donald Trump en mente, aunque sin olvidar a los demás líderes de la OTAN que esta noche tienen una cena de honor con los Reyes de Holanda, Guillermo y Máxima.

Según reconocen las propias autoridades, se trata de la mayor operación de seguridad en la historia de Países Bajos. Tanto es así que La Haya ha sido declarada zona de emergencia, lo que da poderes a la policía para hacer registros sin mayores explicaciones ante situaciones sospechosas. 

En total, 27.000 agentes han sido desplegados por la ciudad y los itinerarios que seguirán los mandatarios internacionales. Paralelamente, 10.000 militares movilizados, incluidos 5.000 miembros de la gendarmería, completan el despliegue.

En cifras: unos 150 altos cargos, desde jefes de Estado y de gobierno hasta ministros de más de 40 países, se reúnen en La Haya este martes y miércoles. En total, unas 6.000 personas representarán a sus países y unos 2.000 periodistas nacionales e internacionales se han acreditado para informar sobre la cumbre.

Donald Trump

En cuanto al presidente estadounidense Donald Trump, que se espera que aterrice en Países Bajos en torno a las siete de la tarde de este martes, llega con uno de los dispositivos de seguridad más grandes del mundo: viajan con él unas mil personas, incluyendo agentes de los servicios secretos.

Según cifras recogidas por la prensa local, organizar la cumbre ha costado a Países Bajos más de 183 millones de euros, el doble de lo presupuestado inicialmente, con una gran inversión en medidas de seguridad, pero también en cuestiones como la “absorción acústica” exigida por la OTAN que llevó a duplicar las paredes del World Forum para evitar escuchas. Al final, esta cumbre ha costado unos 10 euros por ciudadano neerlandés.

Y aunque el plato fuerte será mañana, con la cumbre de jefes de Estados propiamente dicha, desde este martes por la mañana el complejo de la cumbre está lleno de uniformes y políticos para las distintas reuniones que se celebran. Así, esta tarde se celebra una reunión entre las autoridades ucranianas, las de la Unión Europea y el secretario general de la OTAN; también está prevista una sesión de los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza con Ucrania y otra de los ministros de Defensa de los países miembros, que servirán para preparar la de mañana.



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