Aeronaves no tripuladas parte II: mercado y proyectos
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Aeronaves no tripuladas parte II: mercado y proyectos

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(Infodefensa.com) Por Carlos Calvo González-Regueral (*) – Desde el año 2000 el mercado de sistemas no tripulados ha experimentado un crecimiento exponencial. El número de UAS (sistemas aéreos no tripulados) en servicio en el mundo se ha multiplicado por tres entre 2005 y 2012, mientras que el número de fabricantes se ha duplicado.

El estudio Aerospace America Global UAV Roundup enumeraba en 2011 a unos 40 países y algo más de 200 compañías con capacidad de producción. La edición de 2013 del mismo estudio amplía las cifras a más de 50 países y casi 270 empresas. El número de modelos en producción o desarrollo en ese periodo ha pasado de 675 a más de 800 según la misma fuente.

El mercado militar entre 2011 y 2020 podría llegar a alcanzar los 45.000 millones de euros. Aunque después de 2020 se espera una disminución, la demanda continuará creciendo, y progresivamente evolucionará hacia una mayor preponderancia sobre el sostenimiento y operación de los sistemas y sus servicios asociados. Se estima que para el año 2030 alrededor del 10% de las inversiones militares se dedicará a sistemas no tripulados (terrestres, aéreos o navales).

Los grandes fabricantes norteamericanos continuaran liderando el mercado aunque cada vez en mayor competición con otros fabricantes, especialmente en mercados emergentes, que ya se están orientando hacia productos rusos o chinos o incluso por un mercado de segunda mano todavía incipiente.

La cuota del mercado europeo se sitúa en el entorno del 20% global pero con una oferta y una demanda muy fragmentadas. En Europa existen alrededor de 300 desarrollos, de los que sólo 25 están en servicio. A nivel europeo el desarrollo de UAS constituye un objetivo estratégico. A pesar de las iniciativas en el campo regulatorio, el desarrollo europeo a 27 parece complicado y estará ligado a iniciativas de los grandes.

La demanda ha crecido considerablemente en Rusia, India y China. Estos países han realizado esfuerzos importantes para contar con desarrollos propios.

Israel continuará siendo el mayor exportador a nivel mundial y liderando el desarrollo tecnológico en muchos aspectos.

El mercado militar está amenazado por dos factores fundamentales: los recortes en los presupuestos de defensa que ralentizará la demanda, y el repliegue de ISAF implicará el regreso de sistemas que actualmente están siendo empleados en operaciones. Ambos factores pueden marcar un punto de inflexión para un mercado en el que progresivamente se producirá una mayor demanda en el ámbito civil.

Si se resuelve el problema normativo, hacia 2020 las inversiones en sistemas civiles podrán superar las realizadas en defensa. Los países que retrasen la integración y revisión normativa tendrán que depender de importaciones, con las consiguientes implicaciones sobre tecnologías y desarrollo industrial propio.

A nivel europeo, los fallidos intentos de encontrar soluciones comunes para grandes plataformas podrían tener mayor éxito en aplicaciones de seguridad si se consigue establecer el marco regulatorio adecuado. Se espera que el espacio europeo pueda abrirse a UAS para el año 2016. Una estimación que retrasa un año la establecida por la de la FAA norteamericana.

Latinoamérica

En general el interés en el área iberoamericana por los UAS está dominado por las necesidades de seguridad así como por la necesidad de control de grandes espacios de soberanía. Algunos países, como Colombia y Brasil han desarrollado estrategias globales para adquirir UAS de todos los tipos. En ambos casos esta estrategia ha venido acompañada con actividades específicas para potenciar el tejido industrial y tecnológico y obtener a largo plazo autonomía estratégica.

España

Aun existiendo una fuerte demanda por parte de las Fuerzas Armadas la adquisición de UAS ha evolucionado de forma limitada. Sin embargo, la actividad industrial en este campo ha experimentado una evolución notable.

La demanda ha estado ligada a las operaciones exteriores. Desde el Estado Mayor de la Defensa se considera crítica la carencia de UAS y parece confirmarse el creciente interés del Ministerio de Defensa español por la adquisición de diversos tipos. Las unidades terrestres requerirán medios para obtener superioridad de inteligencia táctica. Las fuerzas navales necesitarán sistemas para mejorar la capacidad de reconocimiento mediante sistemas VTOL. El Ejército del Aire plantea la necesidad de potenciar sus capacidades de vigilancia, reconocimiento y combate mediante sistemas estratégicos. La UME contempla la necesidad de completar sus capacidades en intervención frente a prácticamente la totalidad de escenarios de emergencias.

Desde el punto de vista tecnológico las necesidades reflejadas en la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID) permiten definir las líneas prioritarias: tecnologías CIS, electrónica, optrónica y sensores, y sistemas de armas. Algunas tendencias a largo plazo irán orientadas a actividades en integración y distribución de datos, sistemas sense and avoid e integración en el espacio aéreo no segregado.

Desde el Ministerio de Defensa se plantea el carácter prioritario de los UAS, y las tecnologías a ellos asociados, pero estas perspectivas se enfrentan con el escenario económico. En este momento parece poco realista pensar que en el corto/medio plazo puedan producirse grandes adquisiciones pero sería aconsejable contemplar de forma global un esquema a medio y largo plazo para racionalizar la demanda, y establecer medidas en sectores complementarios, como la formación de operadores, instalaciones de certificación y pruebas, o normativa.

El Ministerio del Interior seguramente sea el organismo oficial que más activo puede mostrarse en el futuro cercano. Los UAS tienen una utilidad potencial evidente para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que ya han comenzado a utilizarlos. La Guardia Civil, es uno de los clientes potenciales más importantes en España. Sus intereses se centran en sistemas de observación y vigilancia muy variados, ya que deben operar en entornos muy diferentes (urbanos, rurales, marítimos), con tiempos, alcances y altitudes de operación muy diversos.

La industria nacional no ha permanecido inactiva y ha alcanzado una consolidación notable en este sector. España cuenta con una base industrial y tecnológica sólida, en expansión y con experiencia. De forma complementaria existe una gran capacidad y potencial en áreas relacionadas, como son aviónica, sensores, cargas de pago, comunicaciones o sistemas auxiliares.

Para incentivar el desarrollo en este sector industrial, la asociación AERPAS (Asociación Española de RPAS) con el apoyo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) pretenden impulsar el desarrollo del marco regulatorio necesario para la certificación y operación de sistemas.

Sistemistas. Desde el punto de vista empresarial el proyecto más destacado es el ATLANTE (Avión Táctico de Largo Alcance No Tripulado Español). Liderado por Cassidian (actualmente Airbus Defence and Space), pero con participación de otras empresas entre las que Indra lidera todo el proceso de obtención, transmisión y explotación de imágenes.

Indra desarrolla actualmente tres sistemas. El Mantis, un mini UAV recientemente adquirido por Chile; el táctico medio Albhatros, y el VTOL Pelícano cofinanciado por el CDTI.

Thales España ha desarrollado una estrategia completa para el desarrollo de sistemas. Otras empresas destacan con desarrollos propios de aplicación dual. Unmanned Solutions (USOL) ofrece la familia K. La aeronáutica sevillana Elimco, ha desarrollado una familia con aplicaciones específicas para agricultura, apoyo a emergencias, vigilancia de infraestructura y medio ambiente.

Dentro del segmento de plataformas rotatorias hay que citar a la zaragozana INDA, a Alpha o a Tekplus.

En el segmento de los sistemas micro, EXPAL y Elimco presentan soluciones con cargas de pago de entre 150 y 500 gramos.

Comunicaciones. En el campo de las comunicaciones Tecnobit, AMPER y Rohde & Schwarz, ofrecen soluciones específicas para UAS.

Cargas de pago. En esta área la industria nacional cuenta con la experiencia de Tecnobit, Indra, AMPER, o Álava Ingenieros.

Sistemas auxiliares. Aries Ingeniería y Sistemas y Álava Ingenieros destacan en los sistemas auxiliares, de apoyo y de pruebas en tierra.

Navegación. En este campo destacan las aportaciones de GMV, Indra o Álava Ingenieros.

Sistemas de misión. GMV cuenta con experiencia y capacidad, tanto en lo que respecta a ordenadores de control de vuelo como a sistemas de planeamiento de misión, destacando también Tecnobit, Indra con sistemas de planificación de misión, o UAV Navigation con autopilotos y sistemas de control de vuelo. GMV, Indra y AMPER destacan en el ámbito de la simulación y los sistemas de procesado, explotación, análisis y debriefing de misión.

Hay que destacar el importante papel que están jugando en España algunas universidades que han llegado a desarrollar prototipos propios y están potenciando proyectos de investigación básica.

Debido al esfuerzo de la Federación Andaluza de Desarrollo Aeroespacial (FADA), el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC) ha creado un centro de experimentación de UAS en Villacarrillo (Jaén).

Por su parte el INTA pionero en el campo de UAVs ha desarrollado una familia de sistemas de observación (proyectos ALO y MILANO) y otra de aviones blanco (sistemas ALBA y DIANA) y está desarrollando el proyecto HADA (Helicóptero Adaptativo Avión), una aeronave con capacidad VTOL. Recientemente el INTA ha realizado un esfuerzo considerable en infraestructuras de ensayo, para apoyar el desarrollo, tanto de plataformas como de cargas de pago. El objetivo es poner a disposición de posibles clientes una capacidad que es necesaria para la certificación, experimentación y utilización de UAS.

La industria española está en disposición de ofrecer una gama de productos y tecnologías que cubriría las necesidades básicas de las FAS y de otros clientes nacionales. Una adecuada política de inversiones a nivel nacional aunque sea en niveles modestos, permitiría que este sector iniciase su despegue para favorecer su competitividad en el mercado mundial.

Planes.

Para racionalizar la demanda y presentar sus objetivos a medio y largo plazo muchos países realizan planes directores.

Australia. Dentro de su plan de capacidades de defensa los sistemas no tripulados reciben una atención preferente.

Francia. El desarrollo de drones se considera prioritario para asegurar la autonomía estratégica industrial y militar. Para el periodo 2014-2019, la prioridad es insertar la operación de drones en el conjunto de la circulación aérea en el marco europeo.

Reconociendo la falta de capacidad real en estos momentos para obtener un sistema MALE local se plantea la compra entre 2014 y 2019 de 4 sistemas MQ9 Reaper. Se hace un llamamiento a la industria francesa para liderar en el marco europeo un sistema propio que pueda entrar en servicio en 2025.

El desarrollo de drones de combate se presenta como alternativa para sustituir aeronaves tripuladas al menos de forma parcial. Se han iniciado los estudios para disponer de UCAV en el horizonte 2030, planteándose la cooperación preferente en el ámbito bilateral franco-británico.

Estados Unidos. El plan 2013-2038 traza las líneas generales que se pretenden seguir en ese horizonte, de tal manera que Defensa e Industria tengan una base sobre la que trabajar de forma coordinada. Contempla un total de inversiones entre 2014 y 2019 de unos 24.000 millones de dólares. El inventario incluye un total de 11.000 sistemas en servicio.

En el plano normativo, el plan insiste en la necesidad de buenas prácticas en los programas de obtención de cara a adquirir sistemas sostenibles, pero sobre todo en la integración de UAS en el espacio aéreo que debe traducirse en un plan específico a desarrollar por la FAA (Federal Aviation Administration) y que debe presentarse en 2015. La FAA, ha publicado en noviembre de 2013 un plan de integración de UAS civiles en el espacio aéreo.

España. Desde la industria se viene reclamando desde hace años el establecimiento de un plan institucional que contribuya a orientar al sector de cara a unas necesidades que están dispersas. Existen distintos proyectos para desarrollar las necesidades de los tres Ejércitos pero no se ha llegado a establecer programas concretos. La DGAM está impulsando la elaboración de un plan específico.

Futuro

El futuro de los UAS no está condicionado tanto por las posibilidades de la tecnología como por problemas de carácter regulatorio. La integración de UAS en el espacio aéreo general y su operación junto con aeronaves tripuladas es un tema no resuelto, pero dónde se están realizando progresos.

La presencia de UAS en actividades civiles plantea el debate sobre la ética de su utilización. El impacto social es uno de los que desde la Unión Europea se está abordando de manera preferente.

En el ámbito militar, el debate está pasando del ámbito de las plataformas a otros aspectos relacionados con asuntos conceptuales y se asume que los UAS actúan de forma transversal en todo el espectro del conflicto y para todas las capacidades militares. Una vez asimilada su presencia en los diferentes escenarios los conceptos de operación plantean la necesidad de estudiar la integración de sistemas tripulados con no tripulados.

El condicionante económico obligará en cualquier caso a que las soluciones tecnológicas se mantengan en unos márgenes de coste razonables sobre todo de cara al mantenimiento y operación durante el ciclo de vida.

Tanto para empleo militar como civil las necesidades de espectro radioeléctrico pueden ser un factor limitativo. Este factor junto con las derivaciones de necesidades de formación de operadores u otras asociadas obligarán a que los clientes deban centrarse sobre las funcionalidades y necesidades del sistema completo y no sólo fijarse en la plataforma.

La tecnología evolucionará ligada a la necesidad de posibilitar presencia masiva en entornos civiles y reducir las necesidades de comunicaciones y mantenimiento.

Una vez resuelto el problema normativo, las potencialidades del sector son muy amplias. En España este futuro dependerá del impulso de clientes gubernamentales. Pero el desarrollo industrial no afectará tan sólo a la producción o el sostenimiento, sino que surgirá toda una red de proveedores de servicios asociados que hasta ahora es incipiente.

Pero quizá la clave del futuro esté en el cambio cultural que supondrá la presencia de estos sistemas en nuestra vida diaria.

CARLOS CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL es Coronel de Infantería DEM

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