Las Fuerzas Armadas y la pandemia en Brasil
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Las Fuerzas Armadas y la pandemia en Brasil

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(Especial CEEAG para Infodefensa) Brasil ya es el segundo país con mayor número de contagiados por coronavirus, después de Estados Unidos. El viernes 5 de junio contabilizaba 614.941contagiados, y solo dos días después la cifra aumentó a 672.846, casi el doble de casos que los presentados la última semana de mayo (347.398). Estos datos indican la rapidez en la expansión del virus en este país, el que presenta, además, la tasa de mortalidad más alta en la región. Sin embargo, a pesar de estas cifras, comparativamente, Brasil aún no alcanza los números críticos de Europa, ya que si se considera el número de muertos por millón de habitantes, Brasil presenta una tasa de 152,1 mientras que la de Italia es de 557,2 y la de Reino Unido de 587,8.

El punto es que Brasil aun no llega al peak de contagio, el que está previsto para julio. En este sentido, se mantiene la preocupación por la infraestructura hospitalaria, la que podría, eventualmente, colapsar si es que los números de contagios se mantienen en aumento.

Previendo lo anterior, el gobierno –a través del Ministerio de Salud- ha distribuido un 1 billón de reales ($154.000 millones de pesos aprox.) a todos los estados, disponiendo además 7.741 camas UTI, y distribuyendo 2.651 ventiladores pulmonares para reforzar la red asistencial pública (aun cuando la compra y distribución de cualquier material es responsabilidad de cada estado). Asimismo, se han entregado más de 70 ventiladores al Ministerio de Defensa para reforzar las unidades militares de salud.

Pero esta no es la única preocupación de Brasil en estos momentos, ya que el aumento de contagios y muertos, junto con las dispares medidas de distanciamiento social y cuarentenas por parte de algunos gobiernos regionales, ha generado un escenario político y social complejo, en el que se observa una división entre aquellos que abogan por una intervención militar, y aquellos que exigen la salida del actual presidente. Esta situación podría derivar en una posible fractura nacional que solo complicaría la gestión del actual gobierno, afectando finalmente la gobernabilidad y gobernanza del país en el corto plazo. Junto con este clima de incertidumbre, es posible proyectar incluso un escenario internacional desfavorable, sobre todo si se consideran las últimas declaraciones del presidente respecto de romper relaciones con la OMS.

En este contexto socio político y epidemiológico inestable, el rol de las Fuerzas Armadas ha sido importante para combatir el coronavirus, activando diez Comandos Conjuntos de norte a sur bajo la coordinación del Ministerio de Defensa, brindando apoyo logístico a los distintos estados, realizando patrullaje de fronteras, operando puestos de control en las ciudades, instalando hospitales de campaña, brindando seguridad a los trabajadores del área de la salud, colaborando con la distribución de alimentos, insumos médicos a la población en general, y agua potable a las localidades más empobrecidas y aisladas del país. En específico, destaca la labor del Ejército Brasileño (EB), que no solo está entregando canastas básicas de alimentación y liderando campañas para la donación de sangre, sino que además está produciendo sus propias mascarillas para ser entregadas tanto a los efectivos militares como a la población civil.

Junto con lo anterior, las Fuerzas Armadas también tienen en la actualidad presencia en el ámbito político. No hay que olvidar que el presidente Bolsonaro es un excapitán de Ejército, y que una de las improntas de su gestión ha sido la incorporación de militares activos en puestos ministeriales (Salud, Medio Ambiente, Ciencia, Seguridad, entre otros). Considerando lo anterior, el haber integrado al general Pazuello al gabinete ministerial -un militar con experiencia en logística- resulta pertinente para enfrentar la distribución de recursos en un territorio tan extenso como el brasileño.

En conclusión, Brasil no se ha visto ajeno a las repercusiones políticas, económicas, sociales y sanitarias producto del covid-19; no obstante, al igual que el resto de los países de la región, las Fuerzas Armadas brasileñas han cumplido un rol fundamental en apoyo a la ciudadanía, demostrando ser una fuerza armada integrada, moderna, polivalente, multifacética y útil para enfrentar situaciones complejas.

Lo que no sabemos aun son los costos o implicancias que esta crisis sanitaria podría generar en cuanto a recursos económicos y humanos al interior de las Fuerzas Armadas, así como también en la valoración y confianza ciudadana producto de la participación política de militares en el actual gobierno. Todo dependerá de cómo el presidente Bolsonaro enfrente el peak de la pandemia, la relación con los organismos mundiales, el nivel de aprobación de su gestión (que ya es bajo), y el papel que le entregue a las Fuerzas Armadas en el manejo de esta crisis.

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