La semana de Biden en Europa inaugura un nuevo clima de colaboración

La intensa agenda internacional protagonizada por el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, durante la semana pasada, tiene entre sus efectos más notables la vuelta de Estados Unidos y Europa a un mayor clima de entendimiento, tras unos años difíciles, durante el mandato del anterior inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump. Esta es una de las conclusiones que se extraen del artículo que el secretario general de la Asociación Atlántica Española, el teniente general en la reserva Juan Antonio Castillo Masete, publica este lunes en Infodefensa.com sobre La semana grande de Biden, como se titula la columna.

En ella recuerda que antes de su llegada a la cumbre de la OTAN en Bruselas, el día 14 de junio, Biden participó en un encuentro del G7 en Reino Unido en el que se ya limaron algunas diferencias entre Estados Unidos y la Unión Europea. El acuerdo en torno al prolongado conflicto sobre los subsidios a los fabricantes aeronáuticos de ambos lados del Atlántico Boeing y Airbus es un buen símbolo de la nueva sintonía, como lo es el alcanzado sobre la importación de acero, pero sobre todo destaca la actitud conjunta ante las amenazas que llegan de Rusia y China.

Rusia y China han sido, de hecho, “los temas estrella de la cumbre” del posterior encuentro en Bruselas de los líderes de la OTAN. En él se ha evidenciado que ya ha quedado atrás la tensión que la anterior cumbre de la Alianza Atlántica, celebrada en Londres en diciembre de 2019, dejó a cuenta principalmente de la posición encontrada entre Trump y el presidente francés, Emmanuel Macron.

Ahora, la tradicional armonía entre Europa y Estados Unidos vuelve por senderos de los que se había alejado, aunque sin olvidar el otro asunto estrella de la cumbre: “Los compromisos sobre gastos de defensa”, en los que Europa aún debe seguir avanzando para lograr que sus países incrementen sus aportaciones, especialmente España, que “consistentemente se sitúa en el penúltima lugar, seguido únicamente por Luxemburgo”. Así lo reseña el secretario general de la Asociación Atlántica Española, organización sin ánimo de lucro y apartidista que persigue, entre otros, apoyar los esfuerzos de la OTAN por asegurar la paz, la libertad, la democracia y el Estado de derecho, y pone especial acento en la parte europea de la Alianza.

Sobre los S-400 y el F-35

Al margen de los distintos acuerdos alcanzados en la cumbre de la OTAN, y que son repasados en su artículo, el teniente general Castillo Masete cita un “beneficio colateral” obtenido. Se trata del “mediático acercamiento entre Biden y [el líder turco ] Erdogan”, con el que se abre una vía a “la resolución del contencioso por los [sistemas de misiles adquiridos por Turquía a Rusia ] S-400 y el relanzamiento de los [aviones de combate] F-35, cuya producción de elementos en Turquía puede ser un apoyo fundamental para el programa de reducción de costes”.

La semana acabó con la reunión en Ginebra de Biden con el presidente ruso, Vladímir Putin, “con el único fin de partida de establecer contacto personal”. Aunque, al hablar de este encuentro, Castillo deja la duda de “si esta intensa semana tenía como objetivo adicional disminuir la intensidad del alineamiento Rusia-China, empezando a romper el escenario de confrontación y aislamiento”.

Modelo de sociedad en riesgo

El teniente general Castillo destaca entre las conclusiones que se pueden extraer del balance del apretado periplo de Biden “que, contrariamente a los conflictos de otras épocas, lo que se encuentra en riesgo en nuestros países no es solo el acceso a los recursos, a la energía, o a los mercados, sino el modelo mismo de sociedad”.

Castillo Masete enmarca la importante agenda internacional desplegada la semana pasada por el mandatario estadounidense en “una intensa campaña para retomar el lugar de liderazgo que le corresponde, junto a los países aliados y a los que comparten los valores comunes democráticos”.