De Santa Bárbara nos acordamos cuando truena
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De Santa Bárbara nos acordamos cuando truena

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"De Santa Bárbara nos acordamos cuando truena". Con estas palabras finalizaba una reciente entrevista al comandante del Mando de Operaciones, responsable del despliegue operativo de las Fuerzas Armadas para hacer frente a la amenaza del Covid-19. Nada más cercano a nuestro acervo popular que este dicho que sintetiza perfectamente la constatación de no haber atendido, a su tiempo y con la debida presteza, a una necesidad que por no sentirse prioritaria se dejó de cuidar.

No es el caso de la eficaz respuesta dada por la Unidad Militar de Emergencias que, gracias a su metódica preparación y dotación de material específico, ha podido reorientar capacidades y materiales originariamente diseñados para otras funciones hacia la lucha contra este enemigo invisible e irregular que nos tiene medio paralizados.

Pero no nos engañemos, esta reacción ha sido posible gracias a una constante preocupación y dedicación para obtener y mantener ese nivel tecnológico y esos materiales que ahora se pueden dedicar a esta nueva amenaza, porque si bien es cierto que nuestra Estrategia de Seguridad Nacional contemplaba las pandemias como uno de los posibles desafíos, la envergadura y virulencia de la actual eran difíciles de prever.

Esta Estrategia de Seguridad Nacional identifica también las amenazas que pueden comprometer o socavar nuestra seguridad, tan reales o más que este coronavirus que ahora nos está ocupando y preocupando. Estas amenazas, como los conflictos armados, el terrorismo o las ciberamenazas por solo citar algunas de las más relevantes, están normalmente interconectadas y sus efectos traspasan fronteras. De igual forma que no han existido fronteras para el avance del coronavirus, si actualmente no tenemos amenazas cerca de nuestras fronteras, ello no quiere decir que existan fronteras para las amenazas a nuestro modelo de sociedad y bienestar.

Por ello, debemos prepararnos para hacer frente a estas posibles amenazas, de forma colaborativa con nuestros socios y aliados, allá donde se encuentren, contribuyendo con nuestras capacidades a una seguridad colectiva que será la que nos permita mantenerlas lejos de nuestras fronteras. Unas capacidades que no se adquieren de la noche a la mañana, no hay forma de obtenerlas en el corto plazo, sino que deben ser el fruto de todo un proceso de planeamiento primero y posteriormente de obtención.

Pero, ¿por qué tenemos que dedicar tanto esfuerzo y tantos recursos económicos para adquirir unos instrumentos y unos sistemas que no solo son difíciles y caros de obtener, sino que además esperamos no tener que utilizar?

Sin duda, nuestra sociedad no identifica fácilmente estos riesgos y amenazas que de manera conceptual nos señalan los documentos oficiales y es difícil que, con todas las necesidades sociales que nos alcanzan diaria y directamente, seamos capaces de colocar en su justo término estos desafíos hacia nuestro modelo de sociedad, pero no atenderlos de manera proporcional sería abonar el terreno para posteriores lamentos.

Cuando nuestros soldados desplieguen más allá de nuestras fronteras lo hacen con una formación y un adiestramiento que les capacita para unir esfuerzos con nuestros socios y aliados. De igual forma, deben aportar materiales y sistemas de armas con similares prestaciones y tecnología a los del resto de sus compañeros de misión, de otra forma no constituiríamos una ayuda sino que comprometeríamos la seguridad del conjunto. No nos permitirían realizar operaciones de manera conjunta sino que seríamos irrelevantes para el fin último que motivó el despliegue de las tropas. Actualmente, la superioridad tecnológica es un factor clave para el éxito en las operaciones militares.

Unas tecnologías que no por mucho repetirlo dejan de ser una gran oportunidad para avanzar en desarrollos duales que seguirán proporcionando soluciones a las distintas necesidades de la sociedad. Siempre se ha considerado a la industria de defensa un sector estratégico para una nación, pero cada vez más se está posicionando como elemento clave dentro del progreso tecnológico y una muestra del dinamismo de nuestros técnicos e investigadores.

La anterior crisis la superó nuestra industria de defensa incidiendo precisamente en estos avances tecnológicos y en abrir nuevas oportunidades en los mercados exteriores para adquirir la suficiente fortaleza que les permitiera competir con desarrollos de calidad. Actualmente son muchos los ejemplos de colaboración entre empresas, en gran medida pequeñas y medianas, y los centros tecnológicos y de investigación para posicionarse con productos competitivos. Esta es la mejor tarjeta de presentación para poder formar parte de los grandes programas europeos de defensa que de manera metódica y constante se están planteando a través del Plan de Acción Europeo de la Defensa (1).

Es en este sentido en el que debemos orientar nuestros esfuerzos, no solo para armarnos moral e intelectualmente para poder enfrentarnos a los nuevos retos y desafíos con garantía de éxito, sino también para dotarnos de los medios y la tecnología adecuados para contribuir al esfuerzo común de la defensa.

Las capacidades militares normalmente necesitan de largos periodos de tiempo para su obtención y llegan pronto a su obsolescencia si no son debidamente mantenidas, no se pueden improvisar ni adquirir por la vía de urgencia, necesitan ser cuidadas y 'regadas' habitualmente para que no se conviertan en incapacidades. Dentro de la vorágine de los problemas diarios puede parecer que no son prioritarias y es difícil que compitan en atención frente a las necesidades sociales perentorias, pero si no les prestamos el debido cuidado nos podrá pasar como lo que está sucediendo con esta pandemia y nos volveremos a acordar de Santa Bárbara cuando truena.

1 "En plena crisis del coronavirus, La Unión Europea apuesta por continuar trabajando y avanzando en iniciativas que permitan sentar las bases de una pronta recuperación económica en los próximos meses. En esta línea, acaba de publicar las llamadas de propuestas para el Programa de Desarrollo de la Industria de Defensa Europea (Edidp) en 2020". Infodefensa.com (24MAR2020).



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