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Super Tucano: dos décadas de éxitos para Brasil
Cuando los pilotos afganos entrenados por instructores estadounidenses decidieron huir en plena noche hacia Uzbekistán volando su Embraer A-29 Super Tucano tras la reconquista de Afganistán por los milicianos talibanes en agosto de 2021, uno de los aviones colisionó con un caza MIG-29 uzbeko y ambos quedaron destruidos.
El insólito accidente se produjo en Sherabad, provincia de Surkhandarya, en la frontera entre ambos países. Unos 46 aviones militares afganos, incluidos helicópteros, aterrizaron en el aeropuerto de Termez. Este sería un capítulo más en la rica historia del turbohélice de entrenamiento y ataque diseñado por Embraer.
Poco más de 20 años después de la presentación del proyecto y del primer vuelo del prototipo (en junio de 1999), que nació con acento extranjero para responder a la competencia de la OTAN y que luego se convirtió en uno de los pilares del propio Sistema de Vigilancia de la Amazonia Brasileña (Sivam), el Super Tucano ha acumulado operadores en todo el mundo, un amplio historial de combate y se ha convertido en un vector de conversión operativa capaz de proporcionar la transición a los modernos aviones de combate, ahorrando valiosos recursos y proporcionando una formación de calidad a los jóvenes oficiales destinados a pilotar los cazas de primera línea.
ADN de la máquina
Descendiente del Embraer T-27 Tucano, el Super Tucano se derivó de un modelo mejorado de este último, el EMB-312H (H de Matador de Helicóptero).
Este nuevo avión fue diseñado para competir en dos concursos internacionales, el Joint Primary Aircraft Training System (Jpats), en Estados Unidos, y el NATO Flying Training (NFTC), en Canadá.
A partir de esta plataforma conceptual, que Embraer modificó según las necesidades de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), surgió el ALX o Avión de Ataque Ligero X.
El nuevo avión tendría dos versiones básicas: el monoplaza A-29A para ataque y reconocimiento armado, dentro de la tarea de interdicción; para ataque y cobertura, dentro de la tarea de apoyo aéreo cercano; y para interceptación y destrucción de aeronaves de bajo rendimiento; y por otro lado, el biplaza designado A-29B, que además de las mismas atribuciones del monoplaza se utilizaría también para entrenamiento y para control aéreo avanzado, en la tarea de enlace y observación.
Su primera y principal misión, bastante ambiciosa, sería la protección de las fronteras terrestres de Brasil en el Amazonas, patrullando el espacio aéreo en tiempos de paz y proporcionando apoyo aéreo cercano en tiempos de conflicto, siendo al mismo tiempo responsable del entrenamiento avanzado y la conversión operativa de los jóvenes tenientes cazadores.
Para llevar a cabo misiones tan exigentes, el avión brasileño fue equipado con un potente motor turbohélice Pratt & Whitney Canada PT6A-68C de 1.600 shp -que incorpora Fadec (Full Authority Digital Engine Control) y Eicas (Engine Indication and Crew Alert System)-, recibió aviónica digital resistente a la humedad y al calor excesivo, sistemas Hotas (Hands on Throttle and Stick) y armamento de cuarta generación.
De forma inteligente, los diseñadores añadieron al armamento del avión un par de fiables ametralladoras FN Herstal de 12,7 mm, una en cada ala, liberando espacio en las perchas para bombas de uso general, cohetes de diferentes calibres, misiles aire-aire, misiles aire-tierra y bombas guiadas, además de poder aumentar la autonomía con depósitos de combustible adicionales instalados en la línea central del fuselaje y en las perchas internas de las alas.
Todo el desarrollo de la aviónica, realizado en Brasil por la Base Industrial de Defensa (BID), utilizó parte de los conocimientos adquiridos en el programa de modernización del caza F-5EM/FM de Northrop, creando así una configuración de cabina genuinamente nacional, preparada para operar con gafas de visión nocturna y de puntería montada en el casco.
El A-29 Super Tucano fue concebido para el entorno amazónico, donde la falta de infraestructura aeronáutica y las largas distancias a recorrer han dado lugar a una aeronave equipada para operar de forma independiente en cualquier base o pista, con un apoyo mínimo en tierra y manteniendo una gran disponibilidad.
Un moderno sistema de generación de oxígeno a bordo (Obogs) eliminó la costosa logística de cilindros presurizados que utilizaban los aviones más antiguos, como el Embraer AT-26 Xavante, sustituido en la Fuerza Aérea Brasileña por el turbohélice penta-pá.
Los sistemas digitales de navegación INS/GPS y comunicaciones siguen el ritmo de la sofisticación de la aviónica, reduciendo así la carga de trabajo del piloto y aumentando su conocimiento de la situación en misiones largas y agotadoras que pueden durar horas.
Una robusta criptografía garantiza la seguridad de las comunicaciones, pudiendo el A-29 recibir y transmitir los datos enviados por los aviones de alerta temprana, mando y control aéreo Awacs del Escuadrón Guardián o de las estaciones de radar en tierra, por mencionar el esquema brasileño, utilizando las radios V/UHF de la serie M3AR 6000 (sistema de transmisión y recepción segura de datos datalink).
De hecho, la interfaz hombre-máquina y el bus de datos creados por Embraer para el Super Tucano hacen que este avión se integre fácilmente con los requisitos de los clientes de cualquier continente, lo que hace que el proyecto sea aún más atractivo.
Historial
El contrato de desarrollo del ALX Super Tucanofue firmado entre Embraer y la Fuerza Aérea Brasileña el 18 de agosto de 1995. Inicialmente se iban a adquirir 76 aviones (+23 opcionales). Diez años después (2005), la FAB ejerció su opción de compra, por lo que se fabricaron 99 aviones, repartidos entre 49 monoplaza y 50 biplaza.
La Fuerza Aérea Brasileña recibió oficialmente los primeros aviones A-29B el 6 de agosto de 2004, asignados al 2º/5º GAV (2º Escuadrón del 5º Grupo de Aviación), entonces con base en Natal, donde sustituyeron a los AT-26 Xavante utilizados en el Curso de Formación de Pilotos de Caza (CFPC).
Los A-29A/B también sustituyeron a los aviones AT-27 Tucano utilizados en la patrulla fronteriza en las regiones del Amazonas y del Medio Oeste, que sirven a Cindacta IV y están distribuidos en el 1º/3º GAV, con sede en la Base Aérea de Boa Vista; el 2º/3º GAV, en la Base Aérea de Porto Velho; y el 3º/3º GAV, en la Base Aérea de Campo Grande.
Además, los aviones Super Tucano son utilizados por la Esquadrilha da Fumaça, con base en la Academia de la Fuerza Aérea, en la ciudad de Pirassununga, São Paulo.
Pilotando el A-29, los "Fumaceiros" exhiben las cualidades de la aeronave en todo Brasil o en presentaciones internacionales que implican una compleja logística de amplios traslados y navegación precisa. Mundialmente conocida, la "Fumaça" utiliza el A-29 Super Tucano en sus presentaciones desde 2015 con gran éxito.
Ley de Abate
Existe un decreto que establece las medidas a adoptar en caso de interceptación de aeronaves sospechosas, el Nº 5.144 de 2004, y que divide los procedimientos en las categorías de indagación, intervención, persuasión y destrucción.
Si la aeronave interceptada se niega a cumplir con las determinaciones de la Defensa Aérea Brasileña, podrá sufrir medidas de detención o destrucción, cuyo objetivo principal es interrumpir la continuidad del vuelo ilícito en interés de la seguridad nacional.
El disparo de armas debe ser utilizado como último recurso, con la idea de que los disparos causen daños e impidan el vuelo de la aeronave hostil, y sólo puede ser autorizado por el Comandante de la Fuerza Aérea Brasileña.
La primera interceptación con fuego de destrucción tuvo lugar el 3 de junio de 2009, cuando dos aviones Super Tucano de la Fuerza Aérea Brasileña, vectorizados por un avión E-99, utilizaron sus ametralladoras de 12,7 mm contra un Cessna U206G perteneciente a narcotraficantes que venía de la frontera entre Bolivia y Brasil.
La interceptación tuvo lugar en la región de Alta Floresta D'Oeste (RO) y tras agotar todos los procedimientos legales previos a esta acción, se disparó una ráfaga de munición trazadora en paralelo a la trayectoria del Cessna como disparo de advertencia, obligando a la aeronave a seguir al Super Tucano hasta el aeropuerto de Cacoal.
Fue la primera vez, desde la entrada en vigor de la Ley de Abate, el 17 de octubre de 2004, que legalizó el tiro de destrucción en Brasil, que se utilizó este recurso en la lucha contra las aeronaves ilícitas. A bordo del Cessna, que aterrizó a primera hora en Izidrolândia, distrito de Alta Floresta D'Oeste, se encontraron 176 kilos de pasta base de cocaína pura, que podrían haberse convertido en casi una tonelada de cocaína.
Los dos ocupantes de la aeronave fueron detenidos por la Policía Federal en Pimenta Bueno, RO, tras un intento de fuga. Muchos otros traficantes y contrabandistas no tuvieron tanta suerte y acabaron siendo abatidos por el A-29 Super Tucano.
Según la Fuerza Aérea, las acciones de este tipo forman parte actualmente de laOperación Ostium, lanzada para frenar los delitos transfronterizos, en la que la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal trabajan conjuntamente, con el apoyo de las fuerzas de seguridad estatales especializadas en la vigilancia ostensible en las zonas fronterizas.
Según el Comando de Operaciones Aeroespaciales (Comae), tanto los radares terrestres, instalados cerca de las fronteras, como los aviones Awacs del Escuadrón Guardián, pueden detectar las aeronaves que entran ilegalmente en el espacio aéreo brasileño, y si no hay una respuesta cooperativa a las consultas de los militares enviados a interceptarlas en sus turbohélices Super Tucano es evidente que las medidas de vigilancia no se cumplen y esas aeronaves se convierten entonces en hostiles.
Los numerosos casos recientes de abates divulgados por la prensa brasileña sólo demuestran, una vez más, lo que ya se reconoce en todo el mundo: el versátil Super Tucano es el vector más eficiente del mercado para el entrenamiento avanzado y el ataque ligero, la interceptación de bajo rendimiento y la vigilancia de fronteras, si se tienen en cuenta los costes de adquisición y mantenimiento de la aeronave.
