Es indiscutible que, por su basto tamaño -el octavo país más grande del mundo- y cantidad de recursos, Argentina necesita una fuerza aérea capaz de cumplir su función de custodiar sus cielos. Lamentablemente, la Fuerza Aérea Argentina, como el resto de sus Fuerzas Armadas, han sufrido una desinversión constante desde el fin de la Guerra de Malvinas (1982), ya sea por decisión política, falta de visión estratégica o revanchismo en contra de los procesos militares. Esto ha afectado directamente en diversas capacidades.
La desinversión ha llevado a la desprogramación de varios sistemas de armas, debido a su obsolescencia, falta de repuestos o de tareas de mantenimiento, que sumado a las nuevas funciones que deben cumplir las aeronaves en operaciones de ayuda a la comunidad u otras de apoyo logístico, plantea una situación crítica, donde se incrementan los costos y los riesgos.
Este contexto no solo dificulta las tareas operacionales, en el que, desde el fin del conflicto del Atlántico Sur hasta el presente, se redujeron el número de escuadrillas, las cuales tampoco están completas; sino que además afecta directamente la formación y el adiestramiento del personal.
El jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier Xavier Isaac tiene como prioridad recuperar el material que ha sido sacado del servicio activo que aún tenga potencial, sobre el cual, cree que: "Tenemos gran y variada cantidad sobre el que podemos trabajar". A su vez, quiere recuperar la capacidad del personal, que permitiría llevar a cabo servicios que antes eran tercerizados. Por otro lado, tiene el deseo de que cada base de la Fuerza Aérea tenga al menos seis aviones, ya que, si no, no puede ser considerado base aérea.
En la búsqueda de la capacidad supersónica perdida
Desde hace años el país está en la búsqueda de nuevos aviones. Con la baja del sistema de armas Mirage, en 2015, tras 43 años de servicio y 131.000 horas de vuelo, se perdió completamente la capacidad supersónica de la fuerza. A la fecha, la fuerza está conformada mayoritariamente por aviones entrenadores y un puñado de A4 AR Fighting Skyhawk. La Argentina ya no apunta a adquirir un caza de transición, sino a uno de 4° generación. Esto deja fuera la propuesta de Leonardo que ofreció su entrenador avanzado y caza de ataque ligero M-346 que compitió junto con el FA-50 de Korea Aerospace Industries (KAI), y el Yakovlev Yak-130.
A lo largo de los años los ofrecimientos no han sido pocos, principalmente aviones de origen occidental, usados, que además enfrentan restricciones políticas y aviones chinos o rusos nuevos con tecnología avanzada. La elección que a priori parece sencilla, debe tener en cuenta, además del costo de adquisición, también los costos de operación y el soporte logísticos de las aeronaves y el armamento.
La empresa Israel Aircraft Industries (IAI) ofreció en varias ocasiones sus Kfir, en 2006, 2009, 2014/2015, entre 12 y 14 unidades en sus variantes C-10, C-12 y TC-12, planes de pago e incluso transferencia de tecnología, pero el gobierno apunto a buscar nuevas opciones.
La Argentina intentó incorporarse al proyecto de los Gripen producidos en Brasil por Embraer sumándose a la cadena logística, cuestión que fue tomada con cautela por la sueca Saab, quien quería evitar problemas con una corona amiga, en referencia a Reino Unido, cuya respuesta no se hizo esperar con su veto, ya que un gran numero de productos y sistemas del Gripen NG elegido por Brasil es producido por empresas británicas.
En 2016, comenzaron las negociaciones con la firma KAI para la adquisición de su avión de entrenamiento avanzado y caza ligero supersónico FA-50. La indecisión política impidió concretar un acuerdo, se replantearon las condiciones, pero la cuestión económica volvió a postponer un acuerdo. Luego del cambio de gobierno el FA-50 seguía siendo la opción favorita para remplazar a los Mirage. Todo cambió a finales de 2020 cuando se dio a conocer el veto del Reino Unido sobre seis componentes del FA-50 Fighting Eagle, descartando la opción. Para el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, el embargo británico no fue una sorpresa, y es algo que se plantea a todo aquel que ofrezca sus productos.
China y Rusia, las alternativas
En el transcurso del año varias delegaciones han visitado el país para presentar sus propuestas. Una comitiva de la empresa china Catic (China National Aero-Technology Import & Export Corporation) profundizó su ofrecimiento de los aviones Chengdu JF-17, de desarrollo conjunto entre China y Pakistán. En 2017 una comisión de Fuerza Aérea fue a verlo a Pakistán, aunque hoy en su versión Block 3 es otro avión. En una serie de reuniones se estudió y evaluó en detalle la aeronave: la logística, el radar, el sistema de comunicaciones y su armamento, además de discutir el financiamiento, la realización de cursos para pilotos y mecánicos y la posibilidad de una transferencia tecnológica. El último capítulo en relación a esta aeronave fue su incorporación dentro del presupuesto 2022 que aparentaba una decisión tomada, pero fue rápidamente desmentido y corregido por el ministerio de Defensa.
Con la Federación Rusa ha habido varios acercamientos en materia de defensa. Se realizó la VII Comisión Intergubernamental para la Cooperación Técnico – Militar entre ambas naciones con el objetivo principal de coordinar actividades y revisar las posibilidades de realizar proyectos conjuntos. Por otro lado, Xavier Isaac se reunió con el embajador ruso, Dimitry V. Feoktistov, donde trataron las perspectivas de cooperación técnico-militar bilateral entre ambas naciones. Las ofertas fueron variadas, desde el avión de entrenamiento YAK-130 hasta los Mig-29, Mig-35 y los Su-30. Junto con las aeronaves se ha planteado la posibilidad la participación de la Fadeaen su ensamblado, pero hasta el momento únicamente se ha planteado la intención de vender el avión y algunos datos sobre precios y costos operativos, lo que dificulta avanzar en las negociaciones.
En entrevista reciente con Isaac, éste comentaba que además de las ofertas mencionadas se esperaba tener una oferta por parte de los Estados Unidos y que se han tenido unos primeros contactos con la India por el Tejas. En total se están analizando 5 posibilidades (JF-17, Mig-29, Mig-35, Tejas y la opción norteamericana). Se espera tener para fin de año todas las ofertas lo más completas posibles y presentarlas al Ministerio de Defensa en el primer trimestre del año próximo para poder definir el avión y su respectivo financiamiento.
Las dificultades económicas por las que atraviesa el país, la falta de decisión política, y el embargo británico dificultan encontrar un avión que se adecue a los requerimientos de la Argentina. Es así que la búsqueda de un remplazo sigue con la esperanza de recomponer en alguna medida a la fuerza. De esta manera la novela continúa…