La Dirección de Abastecimiento de la Armada de Chile abrió una propuesta pública para enajenar un helicóptero Bell 206B Jet Ranger III (denominación UH-57B) y sus repuestos, cerrando de esta manera un capítulo en la historia de la Aviación Naval.
Como publicó Infodefensa.com, la última misión de esta legendaria aeronave se realizó el 4 de julio de 2022 en la base aeronaval Concón, poniendo fin a 51 años, 11 meses y 26 días de operaciones en la Aviación Naval. El motivo de su retiro fue la obsolescencia operativa y tecnológica, siendo reemplazado por el Airbus H125 (denominación HH-50).
Según la propuesta pública de enajenación de material naval, las bases podrán ser retiradas en la Dirección de Abastacimiento de la Armada de Chile en Valparaíso entre los días 21 de julio al 1 de agosto, de 09:00 a 11:30 horas y de 14:00 a 16:00 horas.
La fecha y lugar de apertura de ofertas se realizará el 1 de septiembre de 2025 a las 11:00 horas en el edificio de la Dirección de Abastecimiento de la Armada de Chile ubicado en Pasaje Almirante Señoret N°47 en Valparaíso.
Una aeronave revolucionaria
La Aviación Naval incorporó sus primeros cuatro Bell 206AS (SH-57) en 1970. Las aeronaves, que fueron asignadas transitoriamente al Escuadrón Antisubmarinos, dio inicio al proceso de instrucción de las dotaciones de vuelo, contribuyendo a que la institución adquiriera la capacidad de guerra antisubmarina a través el empleo de los torpedos MK-44.
Su arribo representó un gran avance ya que incorporaba tecnología aeronáutica de vanguardia destacando su planta motriz conformada por una turbina a gas junto con nuevos materiales y técnicas constructivas, como es el caso del uso del Honeycomb (panel de abeja) en el fuselaje y estructura de la aeronave.
Esto revolucionó el concepto de operación vigente en esa época, ya que al contar con un helicóptero con mayor potencia disponible y mejores prestaciones aeronaúticas, permitió que la Armada de Chile contara con aeronaves polivalentes, contribuyendo de mejor forma a las operaciones aeronavales desarrolladas por la institución.
La entrada en servicio de este modelo implicó que la Aviación Naval readecuara sus planes de curso para pilotos y personal técnico, de acuerdo a sus necesidades, realizando además modificaciones importantes en los sistemas de abastecimiento de combustible tanto en tierra como a bordo, debido a las características del combustible empleado por las turbinas a gas.
52.000 horas de vuelo
La Aviación Naval recibiría posteriormente, en el año 1982, dos unidades transferidas desde la Brigada de Aviación del Ejército de Chile, seguidos por otros dos Bell 206A y dos Bell 206B. Dos TH-57A Sea Ranger fueron adquiridos como repuestos en 1998. La última aeronave, un Bell 206B2 Jet Ranger III, fue adquirida en 2019 en Brasil y recibió la matrícula Naval 30.
Los primeros cuatro Bell 206AS operaron en las cubiertas de vuelo de las fragatas clase Leander y destructores clase Sumner de la Escuadra Naval y fueron reemplazados en el Escuadrón de Helicópteros Antisubmarinos HS-2 a finales de la década de 1970 por los helicópteros antisubmarinos Aerospatiale Alouette III 319 B (SH-9).
Las aeronaves asumirían un rol relevante, a partir de 1980, en operaciones de salvaguarda de la vida humana en el mar, a lo largo del litoral nacional, desarrollando operaciones aéreas complejas en diferentes condiciones meteorológicas, desde Arica hasta el Territorio Chileno Antártico.
Esta actividad no solo cumple con las tareas y actividades que la Armada de Chile debe realizar, sino que satisface la vocación de servicio de las dotaciones de vuelo y de los especialistas en Aviación Naval, que de una u otra forma contribuyeron a que el Jet Ranger completara 52.000 horas de vuelo en la institución.
Capacidades polivalentes
A lo largo de sus cinco décadas en servicio, el material de vuelo UH-57 Jet Ranger desarrolló múltiples misiones en la Armada de Chile, destacándose en la formación e instrucción de pilotos de aeronaves de ala rotatoria en el Escuadrón de Helicópteros de Propósitos Generales HU-1.
Asimismo, anualmente y durante el período estival desarrolló operaciones aéreas, en el ámbito de la salvaguarda de la vida humana en el mar, como parte del apoyo a las Gobernaciones Marítimas y en el marco de las actividades de búsqueda y salvamento en el mar,
Adicionalmente, los helicópteros cumplieron tareas operativas de apoyo insular, embarcándose en las unidades de la Armada, para efectuar reaprovisionamiento en las islas de Rapa Nui, San Félix, archipiélago de Juan Fernández y en la Comisión Antártica (Comantar).
También, y de acuerdo a sus capacidades operativas, efectuó misiones humanitarias y de ayuda ante desastres (HA/DR, por su sigla en inglés), y aeroevacuaciones médicas, en apoyo a la ciudadanía y en lugares de difícil acceso geográfico.